La paulatina vuelta a la normalidad en el sector servicios o en la industria y la mayor actividad en el sector de la construcción -tanto en la obra nueva, como en las reformas- han permitido que el volumen de empresas de la provincia ya sea similar al que existía antes de la crisis y que hasta en 63 municipios haya incluso más negocios con trabajadores que antes de la llegada del covid.

Así lo reflejan los últimos datos sobre empresas inscritas en la Seguridad Social recopilados por el Portal Estadístico de la Generalitat, relativos al primer trimestre de este año, y que dan cuenta de la buena marcha que llevaba la economía provincial, al menos hasta que la invasión rusa de Ucrania aceleró la subida de costes, que ha frenado el crecimiento en todo el mundo.

A la espera de ver el impacto del conflicto, las cifras hasta marzo arrojan un balance positivo para el conjunto de la provincia, con un total 59.724 compañías con cuenta de cotización, lo que significa que tienen al menos un asalariado. Es decir, que no son meras sociedades instrumentales. Son 166 más de las que se contabilizaban en el arranque de 2020, lo que no está nada mal si se tiene en consideración que el primer envite del coronavirus y el confinamiento se llevaron por delante más de 4.000 empresas alicantinas, el 7% de su tejido productivo.

Ritmo desigual

Sin embargo, lo cierto es que la recuperación no avanza al mismo ritmo en toda la provincia y que hay municipios donde las heridas están tardando más en cicatrizar que en otras, en función de la estructura productiva de cada una de ellas.

Así, mientras que en 63 poblaciones ya se ha superado el volumen empresarial previo al covid y en otras nueve poblaciones ya se iguala la cifra, todavía hay 55 municipios donde el censo empresarial sigue por debajo.

Entre las primeras se encuentran las dos mayores ciudades de la provincia, Alicante y Elche, aunque, eso sí, con aumentos de la cifra de empresas muy pequeños, del 0,3% en el caso de la primera, y del 0,6% en la capital del Baix Vinalopó. En la evolución de ambos municipios tiene mucho que ver la reactivación del sector constructor, que es el que aporta el mayor incremento en la cifra de empresas activas, mientras que los servicios aún están mínimamente por debajo de los niveles prepandemia. En total, la capital de la provincia cerró el primer trimestre con 11.203 empresas, mientras que Elche registra 7.327.

Una obra en construcción en la ciudad de Alicante. PILAR CORTES

En términos porcentuales, destacan los crecimientos de la cifra de negocios de tres poblaciones turísticas: Xàbia, que ya cuenta con un 7,2% más empresas con trabajadores que antes del covid, hasta sumar un total de 1.172 firmas con asalariados; Altea, con un 3,6% más, y un total de 1.049 compañías activas; y Calp, con una subida del 3,6%, hasta alcanzar un total de 1.006 firmas en funcionamiento. En todas ellas, se repite una misma pauta: una recuperación total e incluso aumento de las empresas del sector servicios -lo que probablemente tenga que ver con el hecho de que su modelo turístico se base más en las segundas residencias, que en los hoteles- y un crecimiento de los negocios relacionados con la construcción con relación a las cifras existentes antes del coronavirus.

Toda el área metropolitana de Alicante, Santa Pola, Guardamar y Orihuela también cuentan ya con un tejido productivo mayor del que tenían, al igual que ocurre en Ibi, en el interior de la provincia, donde la mejora de la obra se suma a la resistencia que ha mostrado su tejido industrial.

En el lado opuesto, los dos municipios donde queda un mayor porcentaje de empresas por recuperar tienen poco que ver entre ellos. Se trata, por un lado, de Benidorm, que al cierre de marzo aún contaba con un 6,3% menos negocios abiertos que en el arranque de 2020; y de Villena, que se encuentra en una situación similar.

En el caso de la capital turística de la Costa Blanca, la razón de este retraso hay que buscarla en que también fue la ciudad donde más tejido empresarial se perdió en el primer envite del covid y, además, al contrario que la mayoría de municipios, siguió destruyendo empresas hasta el primer trimestre del siguiente ejercicio, de 2021, ante las restricciones para la llegada de viajeros internacionales. Así, ese periodo llegaron a desaparecer o quedarse sin trabajadores el 14,4% de todas las firmas del municipio. Eso sí, la parte positiva es que en este último año también es la ciudad que más empresas gana -suma un 9,7%-, pero aún no compensa toda la caída.

Por su parte, Villena acusa la crisis industrial que ya arrastraba el sector del calzado en la zona antes de la pandemia, lo que, añadido a la caída de los servicios, ha provocado que siga bastante por debajo de los niveles de 2020. También siguen en niveles inferiores, aunque con cifras más moderadas otras poblaciones del Alto y Medio Vinalopó, como Elda, Novelda o Petrer.

Fuera de esta zona, Alcoy o Torrevieja también siguen ligeramente con cifras de empresas por debajo de las de hace dos años.