La almendra cae en desgracia

La destrucción de 177.000 árboles para combatir la plaga de la xylella y la adversa meteorología de los últimos meses reducen la producción de la provincia de Alicante en más de 8.000 toneladas

Almendros arrancados para combatir la xylella en las cercanías de Gorga.

Almendros arrancados para combatir la xylella en las cercanías de Gorga. / JUANI RUZ

M. Vilaplana

M. Vilaplana

A estas alturas de la película ya queda poco margen para la duda. El cultivo de la almendra en la provincia de Alicante ha caído en desgracia, como así lo demuestra la concatenación de malas noticias que viene arrastrando el sector, las cuales han alcanzado su punto culminante en la campaña actual. Y es que si no fuese suficiente con la plaga de la xylella, que ya ha propiciado la destrucción de nada menos que 177.000 almendros, ahora se le han unido las adversas condiciones meteorológicas de los últimos meses. ¿El resultado? La producción se ha reducido en más de 8.000 toneladas, lo que viene a suponer unas pérdidas nada desdeñables de cerca de 17 millones de euros.

La pesadilla arrancó hace ya cinco años, cuando en el Valle de Guadalest se detectó por primera vez en la provincia la presencia de la xylella, una bacteria letal para los almendros que, al menos de momento, carece de un tratamiento efectivo. Desde entonces, la plaga se ha ido extendiendo hasta obligar a delimitar, según la última actualización publicada por la Conselleria de Agricultura, un área de 137.995 hectáreas configurada por 77 municipios pertenecientes a las comarcas de la Marina Baixa, la Marina Alta, El Comtat, l’Alcoià y l’Alacantí. Lo peor de todo es que el plan de erradicación que está llevando a cabo el departamento autonómico ya se ha llevado por delante 177.000 almendros, lo que equivale a una producción de 2.400 toneladas de almendras en cáscara.

Pues bien, más allá de esta penitencia, las más adversas condiciones meteorológicas también han decidido cebarse este año con el cultivo. Primero fueron las abundantes y persistentes lluvias, coincidiendo con la época de floración, que evitaron una correcta polinización, incluso en las variedades más tardías. Y después, ya como remate, las heladas registradas como consecuencia de la ola de aire polar acontecida a principios del mes de abril, que ha tenido consecuencias devastadoras.

Así lo señala Antonio Gascón, responsable de seguros agrarios de Asaja Alicante, quien recuerda que las temperaturas llegaron a desplomarse hasta los cuatro grados bajo cero en amplias zonas del Alto Vinalopó, l’Alcoià, El Comtat y el interior de la Marina Alta. Las pérdidas, destaca el técnico, rondan el 80% de la cosecha prevista, lo que representa unas 5.600 toneladas.

Esta misma visión la comparte Juan Pastor, productor de la zona de Pinoso perteneciente a la organización agraria de La Unió, quien no duda a la hora de señalar que «esta campaña va a ser un auténtico desastre. Hemos tenido prácticamente de todo y va a quedar muy poca almendra para recoger».

Sumando los efectos tanto de la xylella como de la meteorología, la caída de la producción se estima en 8.000 toneladas de almendra en cáscara, lo que teniendo en cuenta los precios actuales que perciben los agricultores, ofrece como resultado unas mermas económicas cercanas a los 17 millones de euros.

Y, mientras tanto, la forma de combatir la plaga sigue enfrentando a la Administración y los productores. Desde la Conselleria de Agricultura defienden que el plan de erradicación que se está aplicando, siguiendo las instrucciones de la Unión Europea, está logrando el objetivo de contener la propagación de la bacteria, en el sentido de que ya no se extiende a la velocidad inicial.

Una opinión que no comparten, ni mucho menos, los agricultores. El presidente de la plataforma de afectados, Francisco Javier Molines, insiste en reclamar un plan de contención que solo contemple la destrucción de los árboles directamente afectados, y no de todos los situados en un radio de 50 metros. También pide que los terrenos triturados puedan replantarse con almendros resistentes a la xylella, ya que, lamenta, «las alternativas que nos ha planteado la conselleria, como son olivos, algarrobos o aguacates, o bien no son rentables, o no se adaptan a las características de las zonas afectadas».

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