Ha llegado el momento de la verdad. Tras años de investigación para desarrollar su tecnología "3D bonding", que suprime la fase de aparado y permite unir a la vez todas las piezas de un zapato mediante la inyección de un polímero, la firma ilicitana Simplicity Works acaba de poner en marcha la primera línea de producción de su planta del Parque Empresarial de Elche. Unas instalaciones que servirán para testar definitivamente este nuevo sistema de producción de calzado y que arrancan con una capacidad de fabricación de 150.000 pares, aunque se prevé que supere los 400.000 pares anuales cuando esté completa, dentro de unos nueves meses.

Y se trata solo del principio, ya que los planes de la firma pasan por la construcción de una nueva factoría de mayores dimensiones, que permita fabricar un mínimo de dos millones de zapatos anuales en un plazo de cinco años, según explica su fundador y CEO, Adrián Hernández.

Desde la firma son conscientes del desafío que supone pasar del laboratorio a la línea de producción y de la complejidad que representa la fabricación a gran escala, por lo que han decidido fichar a uno de los mayores expertos en industrialización de calzado de toda Europa para que les ayude en la tarea, el  danés Poul Haugaard Petersen. Un ejecutivo que ha desarrollado la mayor parte de su carrera en Ecco, uno de los mayores fabricantes europeos, con unas ventas superiores a los 1.000 millones de euros anuales y que supone una de las principales referencias del sector.

Parte de la línea de producción de la factoría de Simplicity Works. ANTONIO AMOROS

En concreto, Haugaard fue el responsable de modernizar la producción de la firma danesa, con la robotización de algunos de sus procesos que supusieron un nuevo estándar para el sector, y también el responsable de la firma en Tailandia, China, Eslovaquia o Portugal. Posteriormente pasó a ocupar el cargo de CEO de la alemana Lloyd, otra de las grandes zapateras europea, a la que también dio un impulso.

Desde su nuevo cargo de director de Operaciones (COO), su responsabilidad será la de poner en marcha y supervisar la infraestructura de producción de Simplicity Works, a la que llega tras siete años de amistad con su fundador.

Al respecto, Haugaard está convencido de que el sistema desarrollado por la firma ilicitana permitirá que Europa vuelva a ser competitiva a la hora de fabricar calzado, al suprimir la mayor parte de los procesos manuales, como es el aparado –el cosido de las piezas-, que supone el mayor coste para el sector en estos momentos. Además, señala que la tecnología de la unión de piezas mediante la inyección de un polímero en un molde posibilita el desarrollo de nuevos diseños.

Contratación

El aterrizaje de Haugaard coincide con el inicio de la producción en la que Simplicity Works denomina su "planta piloto", a pesar de que espera alcanzar en ella una producción superior a los 400.000 pares anuales. De momento, ya cuenta con dos clientes relevantes, una de las principales firmas del sector español –cuyo nombre no quieren revelar- y la alemana Wortmann. La firma está en pleno proceso de contratación para completar la plantilla inicial de 35 trabajadores con los que operarán las instalaciones, una tarea que está resultando más compleja de lo previsto ante el perfil de empleados que necesita una fábrica de estas características, de una cualificación elevada. Y es que, junto a los operarios de línea, la firma necesita con cierta urgencia electromecánicos, mecánicos e ingenieros de diseño industrial.

De izquierda a derecha, Rubén Serrano (Gerente de Producción), Adrián Hernández (CEO), Poul Haugaard (COO). ANTONIO AMOROS

En cuanto a los recursos necesarios para sus planes de expansión, la compañía ha obtenido hace sólo unos meses una inyección de 1,8 millones a fondo perdido del programa europeo EIC Accelerator. Además, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) también le ha concedido hasta 15 millones de euros para su desarrollo durante los próximos años que, eso sí, deben ir acompañados por una inversión equivalente por parte de socios privados. De momento la firma ha puesto en marcha una ronda de financiación con la que espera captar alrededor de 2,4 millones de euros en seis meses, que el BEI complementaría con la misma cantidad.

Por lo que respecta a la futura fábrica para producir un mínimo de dos millones de pares anuales, la compañía todavía no tiene decidida todavía una ubicación pero la intención es que se mantenga en Elche, para aprovechar las sinergias que genera el que ya es uno de los mayores polos de diseño y producción de calzado de toda Europa.

Entre los planes de la firma también está licenciar su tecnología, para que otras empresas puedan poner en marcha sus propias fábricas con este sistema. De hecho, en México ya hay en funcionamiento una factoría que trabaja así para una gran marca norteamericana.