Cuando acaban de cumplirse 14 años desde que la quiebra de Lehman Brothers provocara el estallido de la burbuja inmobiliaria, las consecuencias de aquellos años de excesos y desenfreno urbanístico siguen coleando. Y más en provincias como Alicante, una de las denominadas "zonas cero" de aquel desastre, que provocó una de las recesiones más duras que se recuerdan.

La mayor prueba de ello es que la Sareb, la sociedad que se creó en 2012 para liquidar el ladrillo que acumulaban en sus balances las cajas rescatadas, apenas ha logrado completar el 43% de la misión que tiene encomendada, tras más de una década de trabajo. La tarea no es fácil, ya que en su día la mayoría de los activos que recibió eran préstamos a promotores en estado de mora o de dudoso cobro, que los gestores del también conocido como "banco malo" tienen que resolver para transformarlos en inmuebles, que luego pueda vender en el mercado para recuperar el máximo de inversión posible.

El resultado es que, a pesar de las ventas que registra por un lado, Sareb sigue acumulando nuevos pisos y solares por el otro. De esta forma, según los datos facilitados por la propia sociedad presidida por Javier Torres, al cierre del primer semestre la compañía controlada por el Estado mantenía en la provincia de Alicante una cartera de más de 7.600 inmuebles de todo tipo, valorada en 517 millones de euros.

En concreto, la Sareb posee en estos momentos hasta 4.900 activos residenciales por valor de 240 millones de euros, que se desglosan en 2.140 viviendas y 2.760 garajes y trasteros. También tiene 1.500 suelos en distintas fases de tramitación urbanística, que suman un valor estimado de 214 millones, y 615 inmuebles terciarios, es decir, naves industriales, oficinas o para usos turísticos, que suman otros 63 millones de euros.

Dada la procedencia de estos activos, los problemas a los que tienen que enfrentarse los gestores del "banco malo" son de toda índole, desde los inmuebles que se ven afectados por concursos de acreedores, con la complejidad que esto conlleva, hasta otros que resultan prácticamente invendibles por las ubicaciones nada atractivas en las que llegó a construirse en los años de la burbuja.

Aún así, Sareb mantiene un ritmo de ventas significativo, que le ha llevado a ingresar alrededor de 40 millones en Alicante durante el primer semestre de este año, en el que consiguió desprenderse de 285 inmuebles residenciales, 44 suelos y hasta 30 activos terciarios.

La gran duda es si realmente conseguirá desprenderse de toda la herencia de las cajas, entre la que, por ejemplo, hay también terrenos rústicos en los que nunca se podrá llegar a construir. El Sabadell, que tuvo que encargarse del ladrillo tóxico de la CAM, logró completar esta tarea a base de vender la mayor parte de estos activos en grandes carteras a fondos buitre, con grandes descuentos. Una práctica en la que Sareb se había mostrado algo más cauta hasta la fecha -en parte por la voluntad de los gestores de minimizar las pérdidas- pero que este año parece haber acelerado.

Líneas de actuación

Desde su creación en 2012, Sareb ha tenido que ir adoptando distintas líneas de actuación para realizar su misión de liquidar los activos recibidos de las cajas de ahorros, que generalmente delega en empresas especializadas. Así, la sociedad tiene contratada la gestión de préstamos y la comercialización de inmuebles en el mercado minorista a Hipoges y Anticipa-Aliseda. Por su parte, Serviland es la responsable de tramitar la gestión urbanística de los suelos que el banco malo se queda como dación en pago o mediante la ejecución de los préstamos, mientras que Domo se encarga de otra tarea fundamental, la finalización de las numerosas obras paradas que acumula en cartera. En este sentido, por lo general, suele ser bastante más rentable acabar la promoción y vender las viviendas a particulares con posterioridad, que vender la estructura.

El "banco malo" incluso ha puesto en marcha su propia promotora, en asociación con Aelca. Se trata de Árqura Homes, que concentra casi dos millones de metros cuadrados en terrenos en toda España, en los que construir unas 17.000 viviendas. En Alicante ha desarrollado, entre otras, la promoción Anak en la capital de la provincia; el residencial Arena, en la playa de San Juan; y Arel, en Benidorm.

Sareb también se ha comprometido a poner a disposición de las Administraciones Públicas hasta 15.000 inmuebles para destinarlos a vivienda social.

De habitaciones de hotel en Mutxamel al mayor rascacielos de Benidorm

La lista de activos significativos que ha tenido que gestionar Sareb en la provincia es larga y comprende, por ejemplo, 30 habitaciones de un complejo hotelero en Mutxamel o varias parcelas de suelo en el entorno de Terra Mítica. Entre ellas una de 23.800 metros calificada para uso hotelero. Sin embargo, sin duda la operación más emblemática fue la venta del In Tempo, el mayor rascacielos de Benidorm y uno de los edificios más altos de España. La compañía recibió la hipoteca del inmueble entre los activos que le traspasó Caixa Galicia y, tras la quiebra del promotor en un proceso extremadamente complicado, acabó vendiendo la deuda al fondo SVP Global, que acabó los trabajos y se encargó de vender los apartamentos. No es el único rascacielos de la capital turística de la provincia que pasó por sus manos, también vendió el edificio Kronos.