Con el objetivo de rendir homenaje a las empresas más longevas de la provincia de Alicante, el próximo 9 de noviembre, se llevará a cabo en el Teatro Principal de Alicante la III Gala de Empresas Centenarias. En este evento, organizado por la Cámara de Comercio de Alicante y la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante (AEFA) -con el patrocinio de Cajamar y la Diputación de Alicante- , serán siete las empresas a las se les brindará el reconocimiento y se les invitará a pertenecer al Club de Empresas Centenarias de la Provincia. 

Durante la gala, se pondrá en valor la trayectoria de las diferentes empresas a las que se homenajeará, ya que todas ellas, con sus similitudes y diferencias, han coexistido durante más de 100 años sobreviviendo a sucesos históricos que causaron un gran impacto en la sociedad como la Guerra Civil Española. No obstante cada historia es única y la de Obleas Quintín empieza a escribirse en 1908.

Desde la clandestinidad

Existe el mito popular de que los negocios prósperos tienen sus inicios en el garaje de la casa de su fundador. En el caso de Obleas Quintín, más bien fue en los bajos del domicilio familiar donde su creador, Quintín García Verdú, empezó en 1908 con la fabricación de galletas para helados. Con la inestimable ayuda de su hijo Antonio García García, que todavía convivía con él, poco a poco empezaron el proceso de comercialización de productos a otras familias heladeras de Ibi y de algún pueblo limítrofe. 

La primera década de vida de la empresa se caracteriza por su escaso desarrollo, al contar con un volumen bajo de producción. No obstante, con los años 20, una nueva generación liderada por Antonio García, asume las riendas del negocio impulsando la actividad y ampliando la comercialización y la oferta de obleas. Todo ello desde una nueva localización: una nave industrial ubicada en la actual calle Castalla, de Ibi, que estuvo operativa hasta la década de los 90.

La huella de la Guerra Civil

Obleas Quintín inició la década de los 30 con grandes hitos para la empresa como la adquisición de una máquina de escribir Olivetti para poder llevar a cabo tareas administrativas, así como la compra del primer vehículo de empresa, un Fiat 508 para poder visitar clientes y expandir su presencia comercial. En esta época, ya se fabricaba una variedad considerable de modelos de oblea, galletas y cucuruchos. Pero de pronto, en 1936 todos esos avances se vieron empañados por el estallido de la Guerra Civil Española, motivo por el cual Obleas Quintín cesaría su actividad industrial hasta 1942.

En la década de los 40, sumidos en la postguerra, comienza la tarea de la reconstrucción. En 1941 fallece Quintín García, fundador de la compañía, y recoge el testigo su hijo Antonio García. Con la reanudación de la actividad fabril en 1942, Obleas Quintín se ve inmersa en grandes problemas de abastecimiento. La imposibilidad de conseguir harina fue gestando en Antonio García la idea de trasladar la fabricación a otra zona del país siendo finalmente la ciudad de Albacete el lugar donde en los posteriores años se ubicaría. En esta capital se mantuvo la actividad comercial hasta 1972, siendo el responsable de fabricación Carlos Martínez Guillem, que trasladó a toda su familia al nuevo domicilio de Albacete próximo a los locales de producción. 

La actividad iniciada en Albacete supuso el 90% de la producción total de Obleas Quintín. En Ibi se redujo, dejándola como meramente testimonial, solo se mantuvo la gestión administrativa, dejando la fábrica de Albacete como sucursal. En este periodo desaparecieron diversas fábricas de obleas en Ibi, que no pudieron superar los problemas que planteó la postguerra.

En busca de progreso

En los años 50, en Ibi la producción seguía siendo muy reducida, pero poco a poco iba en aumento hasta que llegó a alcanzar una actividad importante al final de la década. Durante estos años se hicieron importantes avances como la utilización de la electricidad para la elaboración de sus productos artesanos. Por lo que respecta a la actividad en la sucursal de Albacete, continuó su desarrollo con carácter estable y permanente, adquiriendo al final de la década un edificio y solares en el Paseo de la Feria que pasarían a estar bajo la dirección y control de Juan Pablo García Verdú, hijo de Antonio García. En 1959 fallecería repentinamente y provocaría un giro en los planes empresariales de Obleas Quintín. 

El espectacular desarrollo de la economía española en el trascurso de la década de los 60 favoreció el avance industrial y comercial, así como el aumento de puestos de trabajo fijos en las empresas. Obleas Quintín empezó a tener problemas para conseguir empleados temporales para las campañas, y finalmente, ese y otros inconvenientes, consecuencia del desarrollo económico, desembocaron en la suspensión de la producción en Albacete y el traslado definitivo a Ibi. En 1967 se produjo el cese pero no sería hasta 1972 cuando se haría definitivo. 

De izquierda a derecha, Juan Pablo García Rico, Inés García Rico , Juan Antonio Bonillo García , Martín Bonillo Garcia, la cuarta generación de la empresa.

Nuevas generaciones 

A partir de 1973, dada la avanzada edad de Antonio García, y su delicado estado de salud, se le pasó el testigo a José Luis García Martínez. Así pues, comienza el trabajo de la tercera generación. En los siguientes años, la empresa acometió la modernización de la maquinaria a medida de sus posibilidades económicas y se aumentó la presencia en el sector de la confitería, turronería, dulces y panaderías. Y en 1984 se consolida la evolución empresarial con el cambio jurídico de la compañía que se convierte en Obleas Quintín S.L., dejando atrás 76 años como empresa individual. La nueva sociedad constituida tenía y sigue teniendo como partícipes a los miembros de la familia de Antonio García, hijo de Quintín García.

Las flores de oblea son uno de sus mayores reclamos.

Iniciado el siglo XXI, se confirma el nuevo emplazamiento de las nuevas fábricas de Obleas Quintín y poco a poco va incorporándose la cuarta generación de la familia, compuesta por Juan Pablo García, Martín Quintín Bonillo, Inés García y Juan Antonio Bonillo, que actualmente dirigen y gestionan los destinos más inmediatos de la empresa familiar Obleas Quintín S.L.

En la actualidad, la compañía extiende su influencia a nivel nacional, con una cuota de mercado cada día más relevante, y sigue creciendo en el panorama internacional.

Dónde se ubica Obleas Quintín

Datos de contacto

Teléfono: 96 555 23 35

Correo electrónico: obleasquintin@obleasquintin.com