La reciente reforma laboral se está mostrando como una herramienta sumamente efectiva en la lucha contra la precariedad, hasta el punto de que cerca del 60% de las nuevas contrataciones que se formalizan en la provincia ya son indefinidas, cuando con anterioridad apenas suponían un porcentaje testimonial. Pues bien, precisamente esa virtud es la que se ha convertido en un grave problema para el sector alicantino del calzado, que denuncia que el Ministerio de Trabajo no ha tenido en cuenta para nada su temporalidad y que las empresas se están viendo forzadas a pasar a fijos a cerca de 15.000 empleados, en una dinámica que puede tener graves consecuencias para su viabilidad. Las compañías advierten de que se van a ver empujadas a la presentación de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) cada vez que disminuya el volumen de trabajo, por lo que reclaman una normativa que tome en consideración sus peculiaridades.

Fue en la última entrega del ciclo "Converses de futur", organizado por INFORMACIÓN y Prensa Ibérica junto a la Generalitat y el Ayuntamiento de Elda, cuando el calzado, en presencia del jefe del Consell, Ximo Puig, levantó la voz de alarma con relación a los efectos perniciosos que la reforma laboral impulsada por el Gobierno central puede tener sobre el sector. Representantes empresariales recordaron que, desde 1961, la industria zapatera ha venido disponiendo de un ERTE específico que permitía suspender la actividad un máximo de 60 días, teniendo en cuenta que hay dos campañas de producción muy diferenciadas en el tiempo, como son otoño-invierno y primavera-verano, y que en medio hay periodos en los que el volumen de trabajo se reduce de manera notable. Este mecanismo fue sustituido en 1990 por un contrato fijo discontinuo que otorgó flexibilidad a las empresas en el mismo sentido.

El problema, con todo, ha irrumpido ahora con la reforma, dado que las compañías han recibido una instrucción procedente del Ministerio de Trabajo en la que se advierte de que los empleados fijos discontinuos tienen que pasar a fijos ordinarios si han permanecido en el paro menos de 60 días o un 20% de la jornada anual, lo que deja a la industria sin un instrumento que considera esencial para poder capear la temporalidad. El impacto, de hecho, va a ser más que considerable, puesto que se calcula que un 70% de los trabajadores del sector son fijos discontinuos y ahora tendrán que convertirse en indefinidos.

Desde la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal), su presidenta, Marián Cano, asegura que el contrato fijo discontinuo "es una figura clave para nosotros, porque pese a que la temporalidad no es tan acusada como hace años, las campañas continúan estando ahí y hay momentos en los que la actividad de las empresas baja de manera muy notable". La representante del sector, asimismo, llama la atención sobre la complicada coyuntura actual, en el sentido de que cuestiones como la ruptura de las cadenas de suministro o la relocalización que se ha registrado como consecuencia de los costes del transporte y la falta de materias primas, propician que en estos momentos sea más complicado que nunca organizar el trabajo en las compañías, con la consiguiente incertidumbre respecto a las necesidades de mano de obra. De hecho, añade Cano, las características de este contrato era uno de los asuntos que estaba previsto abordar en el seno del convenio colectivo del sector, cuya negociación se encuentra en estos momentos bloqueada por las diferencias en materia salarial.

Con todo ello, y recogiendo el guante lanzado por Ximo Puig en el ciclo "Converses de futur", la patronal zapatera quiere apoyarse en la Generalitat "para hacerle llegar al ministerio las particularidades de nuestro sector, de manera que se tengan en cuenta a la hora de aplicar la reforma por parte de la Inspección de Trabajo", explica la presidenta de Avecal. El jefe del Consell, en concreto, se comprometió a mediar, aunque siempre a través del diálogo y el acuerdo con los agentes económicos y sociales.

El sentir es generalizado entre las empresas zapateras. Antonio Porta, CEO de Unisa y presidente de Instituto Tecnológico del Calzado (Inescop), se muestra muy crítico con las instrucciones dadas por el Ministerio de Trabajo, sobre la base de que van a dificultar la organización interna e incluso perjudicar la creación de empleo. "La desaparición del contrato fijo discontinuo va a tener unas consecuencias difíciles de prever, aunque ya puedo anticipar que todas negativas", asegura.

En parecidos términos se expresa Mila García, gerente de la empresa Pedro García, quien no tiene dudas a la hora de señalar que, con la exigencia de pasar a todos los trabajadores a fijos ordinarios, "no nos van a dejar otra opción que presentar expedientes de regulación cuando nos disminuya el volumen de trabajo. Es una cosa que realmente no se entiende".

Más contundente incluso es Manuel Ruiz, director de Newkers, quien destaca que en su empresa ya ha tenido que contratar como indefinidos a todos los empleados que estaban como fijos discontinuos. "La medida -enfatiza- no tiene ni pies ni cabeza, hasta el punto de que salen perjudicados los propios trabajadores. Ahora, por obligación, nos tocará mandarlos al paro cuando disminuya la actividad, cuando antes no consumían el desempleo".

Por su parte, Pedro Miralles, gerente de la empresa del mismo nombre, subraya que la modalidad del fijo discontinuo "ha formado parte siempre de nuestro sector", y que su desaparición "crea una inseguridad enorme. Ahora resulta que, porque una temporada te haya podido ir bien y se haya alargado más de lo normal, te obligan a tener a toda la plantilla como fija". Para el industrial, la medida, además, puede tener un impacto negativo sobre el empleo, "porque la gente se lo va a pensar más a la hora de contratar".

La reforma no va a afectar tan sólo a las firmas del calzado, sino también a la industria auxiliar, aunque, eso sí, en menor medida. Así lo señala el presidente de la Asociación Española de Empresas de Componentes y Maquinaria para el Calzado y la Marroquinería (AEC), Manuel Román, quien destaca que el porcentaje de fijos discontinuos en este sector es menor, al tratarse de puestos de trabajo muy especializados. "Hablamos -explica- de unas profesiones muy técnicas, por lo que no podemos arriesgarnos a perder a un especialista, ya que después resulta muy difícil suplirlo". Román, en cualquier caso, señala que van a estar al lado de las reivindicaciones de las empresas del calzado, con las que comparten los mismos puntos de vista. "Se trata -indica- de un problema grave, porque el fijo discontinuo es una figura ideal para hacer frente a las características propias de estos sectores".

La industria zapatera, con todo, no se encuentra sola en sus reclamaciones. Desde la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana (CEV), su presidente, Salvador Navarro, reconoce que la reforma laboral ha favorecido la estabilidad en el empleo, aunque también defiende, como se contempla a nivel legislativo, la posibilidad de que las empresas puedan optar por contratos temporales en circunstancias concretas. Según sus palabras, "en determinados sectores con un elevado peso en nuestra economía, como pueden ser el turismo, el calzado o la agricultura, tiene que entrar también en juego la negociación colectiva, porque están condicionados por la duración de las campañas, el clima o incluso la mayor o menos producción".

También el presidente de la Cámara de Comercio de Alicante, Carlos Baño, muestra su respaldo al calzado, abogando por una solución pactada entre todos los agentes implicados. En su opinión, se tienen que tener en cuenta las características propias de cada sector a la hora de aplicar medidas, y, en el caso de la industria zapatera, además, adoptar medidas para hacer frente al que es otro de sus problemas endémicos, como es la falta de mano de obra especializada. En este sentido, explica que desde la Cámara y los ayuntamientos de Elche y Elda se va a promover la formación de trabajadores a través de dos iniciativas que se van a llevar a cabo en las empresas Pikolinos y Studio Ilana.

Los sindicatos defienden la medida del Gobierno

Los sindicatos, al contrario que las empresas, defienden los términos de la reforma laboral y mantienen que impulsar la contratación indefinida es una forma de combatir la economía sumergida y la competencia desleal que, destacan, tanto daño le han hecho al calzado.

El secretario general de      CC OO en l’Alacantí y Les Marines, Paco García, señala que las quejas del empresariado se han convertido en un «mantra, una especie de directriz, que no tiene ningún sentido cuando casi todas las empresas están mejorando resultados».

El dirigente sindical, en este sentido, hace referencia al sector turístico, que, según sus palabras, «no tiene motivo para la queja cuando este verano ha estado batiendo récords». En lo que respecta al calzado, enfatiza que, «esta provincia concentra el 70% de los artículos de alta gama y, además, la mayoría de firmas prevén incrementar sus beneficios».

García, asimismo, considera un sinsentido que el sector se queje de la reforma laboral, cuando, indica, «tiene problemas de competencia desleal por culpa de la economía sumergida y también de relevo generacional entre sus empleados. La contratación indefinida, precisamente, ayuda a combatir ambas situaciones».

De una forma muy parecida se expresa Yaissel Sánchez, secretaria general de UGT en la misma demarcación, quien señala que la medida también busca evitar la picaresca que se da en determinados centros de trabajo, donde se prescinde de empleados en época de vacaciones. Así, señala que cuando un trabajador está en activo en una empresa durante diez meses y medio, «lo lógico -resalta- es que se convierta en fijo ordinario, porque lo único que le resta para completar el año completo son las vacaciones».

Por ello defiende la reforma laboral en un sector que tanto ha sufrido la economía sumergida, y en el que también hay serias dificultades para encontrar mano de obra cualificada. «Una de las fórmulas para solucionarlo es darle una mayor estabilidad al empleo», concluye.