Astilleros Astondoa, más de 100 años de travesía

La IV Gala del Club de Empresas Centenarias, que se celebrará el próximo 15 de noviembre, pone en valor la trayectoria de seis empresas centenarias alicantinas, las cuales serán galardonadas por su solidez, constancia y visión. Estas compañías han construido relatos de éxito y resiliencia que han resistido el paso del tiempo y han forjado sus nombres en la historia económica de la provincia. La iniciativa, organizada por la Cámara de Alicante y AEFA; patrocinada por la Diputación de Alicante y Cajamar; y con el Ayuntamiento de Alicante, KPMG, Padima, Museo Comercial y el diario INFORMACIÓN como colaboradores, destaca la capacidad de estas empresas para prosperar adaptándose a las circunstancias económicas y manteniendo un compromiso con la calidad y la excelencia.

Astilleros Astondoa es una de las empresas que este año entrará a formar parte del Club de Empresas Centenarias. Una empresa cuyos orígenes en el mundo de la náutica comienzan en 1916, cuando en una pequeña carpintería de Portugalete (Vizcaya) los hermanos Jesús y José Astondoa Martínez empiezan a construir botes de remos y traineras. Uno de los primeros hitos de este pequeño negocio familiar fue la construcción, en 1925, de la primera trainera, Virgen de la Guía, con la que el Portugalete F.C. ganó en la Regata de Bilbao. En 1930, los hermanos comenzaron a construir botes salvavidas de madera, muy demandados en aquella época para equipar a los incipientes transatlánticos y grandes cargueros.

Con el tiempo, Jesús y José Astondoa Martínez formaron sus respectivas familias y tras la Guerra Civil Española, los hermanos tuvieron que comenzar de nuevo y decidieron emprender su propio camino por separado. De forma que Jesús se trasladó a un nuevo local en el muelle viejo, muy cercano a la estación del tren de Portugalete. En los años 40, Jesús centró su actividad en la construcción de barcos de pesca profesional y barcos de recreo y en 1944 Jesús Astondoa Santamaría, hijo de Jesús Astondoa Martínez, se incorporó como aprendiz pasando por todas las labores propias del astillero y aprendiendo un oficio que amó y perfeccionó durante el resto de su vida. En 1949, debido a una reforma urbanística, Jesús Astondoa Martínez abandonó sus instalaciones y se vio de nuevo obligado a trasladar el astillero. Esta vez en Santurce, lugar que fue testigo del crecimiento del negocio, que cada vez fabricaba más por encargo y la demanda de barcos de recreo era cada vez mayor.

En 1959 llamaron a los Astondoa para construir tres barcos de pesca en Santa Pola y fue Jesús Astondoa Santamaría, a quien llamaban cariñosamente «El Sheriff», quien se encargaría de este reto, dejando a su mujer, Juana María Díaz de Otazu Saras, y a su hijo Iñigo en Portugalete. Y fue después de este encargo cuando «El Sheriff» se hizo definitivamente responsable del rumbo de los Astilleros Astondoa, con su padre ya jubilado. Años más tarde, el astillero volvió a cambiar de ubicación, esta vez al puerto nuevo de Santurce. Si por algo se distinguía la firma «Astondoa» era por construir embarcaciones de mucha calidad para los años sesenta, con un refinado acabado que se podía interpretar como una señal de lujo. Yates, motoveleros y todo tipo de embarcaciones por encargo vieron la luz en este astillero.

De Santurce a Santa Pola

Jesús Astondoa Santamaría se convirtió en el director de la división de Astilleros Vatasa (Santa Pola) para la fabricación de yates de recreo durante varios años y en 1976, cansado de viajar de Santurce a Santa Pola, abandonó definitivamente su trabajo y su relación con Vatasa. Sin embargo, consciente del potencial que tenía la costa levantina, Jesús decidió comprar los terrenos donde se construyó la primera nave de los astilleros Astondoa en Santa Pola, en la Avenida de Elche, número 12. Su primera construcción, una embarcación de 14,5 metros de eslora, construida en madera, que se llamó «Carmen IV» y se fabricó en 5 meses.

Pero fue en 1980 el gran año para el astillero, pues se construyeron dos barcos gemelos de madera: el «May» y el «Deutz». Ambas embarcaciones supusieron un nuevo gran desafío para Astondoa al tratarse de barcos de recreo de 24 metros, algo insólito en la época. Puede decirse que este fue realmente el comienzo de Astondoa en lo que hoy en día se conoce como fabricación de grandes yates de lujo a medida. Un año más tarde, Astondoa comenzó a producir barcos en resina de poliéster, algo hasta entonces poco usual, pero que le permitió dar un salto cualitativo en las líneas de producción de las embarcaciones deportivas.

Una carrera imparable

A partir de 1986 se alcanzó un número de ventas desbordante. Los barcos en resina de poliéster supondrían el despegue absoluto de la empresa y comienzan a diversificar creando líneas diferentes de producto. Nace así la primera embarcación abierta Open 43’ Sport. Poco después, Astondoa compró un nuevo terreno frente para ubicar en él su tercera nave industrial.

Los encargos iban en aumento y la fama empieza a ser internacional. Se hace necesaria la ampliación de personal, así como la creación de diferentes mercantiles. La marca evoluciona, pasando a denominarse definitivamente «Astilleros Astondoa» como marca única y símbolo del grupo empresarial. Se consolida en el sector náutico internacional como un gran astillero especializado en la construcción de yates de recreo. 

En los años 90, debido a la bonanza económica y a la fidelidad de los clientes, el aumento de eslora es de obligado cumplimiento y Astondoa replantea el diseño de la unidad de 26 metros de eslora y la incrementa en 3 metros más. Por aquel entonces, Iñigo Astondoa Díaz de Otazu es el director financiero del grupo, y su hermano Jesús Astondoa dirige las líneas de diseño y producción del astillero.

En esta década, la dirección decide crear un nuevo centro de producción, esta vez en Almansa, para construir los barcos de hasta 15 mts. de eslora. Sería en 1999 cuando Astondoa inauguraba sus nuevas, y definitivas, instalaciones en el Muelle de Poniente de Santa Pola, donde se construyó el primer modelo Astondoa 122 Cap de Quers con 37 mts. de eslora.

En 2004, año de la muerte de Jesús Astondoa Santamaría, la empresa se convierte en pionera en España en la implantación de fabricación de cascos por infusión. Al año siguiente, Astondoa entra en el mundo del megayate y es en 2006 cuando se dan las cifras de máxima producción en el astillero, que cuenta con más de 500 empleados directos. En 2008, la compañía se encuentra en plena expansión internacional. Esquivando la crisis de aquel año y manteniendo el tipo, la empresa consigue el éxito, premios y reconocimientos a lo largo de los años.

2016, el año del centenario

Hasta 2016, la empresa ya había construido más de 3000 embarcaciones y comenzaba un proceso de renovación de todas sus gamas de yates con el lanzamiento de nuevos modelos. Astondoa apostó por diseños más arriesgados, líneas más modernas y vanguardistas y tecnología punta, pero siempre manteniendo el sello Astondoa. A lo largo de todos estos años, la compañía ha apostado en gran medida por la tecnología, siendo el diseño y la innovación parte fundamental de su ADN.

En 2019 se incorporó al equipo directivo Ione Astondoa, hija de Jesús Astondoa (Consejero Delegado). Ione, a sus 30 años, pertenece a la cuarta generación y asume la Dirección de Marketing del astillero, a la vez que interviene en la gestión y en el departamento financiero. 

Astondoa ofrece actualmente cinco gamas de embarcaciones. La más deportivas, la gama Coupe, una evolución hacia una línea más moderna, deportiva, original y atrevida; la gama As, compuesta por embarcaciones tipo crucero, muy manejables y confortables; la gama Flybridge, embarcaciones de crucero de línea más clásica; la gama Century, aquella que engloba a los grandes yates y embarcaciones de lujo con la que Astondoa rinde homenaje a sus cien años de historia (1916-2016); y la gama Ax como novedad, presentada en el pasado salón de Génova con el nuevo modelo Ax8.

Sede del astillero y centro de producción

El astillero, ubicado en Santa Pola, cuentan con una superficie de más de 30.000 m2 y unas instalaciones dedicadas íntegramente a la construcción de yates de hasta 122 pies. Todo el proceso de producción se realiza única y exclusivamente dentro del astillero atendiendo siempre a las necesidades de cada armador. Los prototipos de cada embarcación se realizan con la última tecnología. Además, Astondoa cuenta con naves dedicadas en exclusiva a la realización del poliéster, donde se fabrican todas las piezas del barco por separado utilizando las últimas técnicas, como por ejemplo la construcción de piezas por infusión y vacío.

Cabe destacar que actualmente Astondoa tiene presencia en el mercado internacional a través de sus distribuidores en Europa: Francia, Mónaco, Polonia, Italia, área del Adriático, Alemania, Austria y Suiza; en Medio Oriente: Dubai y Líbano; en Tailandia; y en Estados Unidos: Florida, Miami, Caribe y México.