El juguete exige a la UE el control de las plataformas online al considerarlas un coladero de artículos inseguros

El sector denuncia una laguna jurídica que permite la comercialización de productos de fuera de Europa que incumplen la normativa y que suponen un riesgo real para los niños

Uno de los laboratorios del institucto tecnológico AIJU en el que se desarrollan pruebas de seguridad.

Uno de los laboratorios del institucto tecnológico AIJU en el que se desarrollan pruebas de seguridad. / Juani Ruz

M. Vilaplana

M. Vilaplana

Fabricantes de fuera de la UE han encontrado en las plataformas online, más conocidas como marketplace, un coladero por el que introducir en el mercado comunitario juguetes que incumplen las normativas de seguridad. Así lo denuncia la industria europea, que atribuye este fenómeno a una laguna jurídica que permite la comercialización de este tipo de artículos, por lo que instan a a las autoridades comunitarias a corregirla. El sector alerta de que estos juguetes suponen un riesgo real para la salud de los niños, además de acarrear graves consecuencias económicas para las empresas. De hecho, se calcula que las falsificaciones, que suelen ser sinónimo de artículos inseguros, provocan a las empresas de la provincia de Alicante pérdidas anuales que rondan los 40 millones de euros.

Toy Industries of Europe (TIE), la patronal europea del juguete, compró a finales de 2023 en una conocida marketplace 19 juguetes, descubriendo que ninguno de ellos cumplía la legislación para poder venderse en la UE y que nada menos que 18 presentaban un riesgo real para la seguridad de los niños. Los enviaron a un laboratorio independiente acreditado por la UE para que comprobasen los incumplimientos normativos y los resultados fueron alarmantes: peligro de cortes, bloqueo, asfixia, estrangulamiento, pinchazo y riesgo químico. Y como ejemplo, un sonajero con bordes afilados, piezas pequeñas y protuberacias rígidas. Además, todos los artículos salvo uno carecían de dirección de contacto en la UE, requisito que exige el reglamento comunitario de vigilancia del mercado.

Estas conclusiones, explican desde la propia patronal, coinciden plenamente con los resultados de 2020, cuando se compraron juguetes en cuatro mercados en línea diferentes, y prácticamente el 95 % incumplían la normativa. El problema, añaden, radica en los vendedores terceros, es decir, aquellos que utilizan estas plataformas para publicitarse y comercializar sus productos en el mercado comunitario, y a los que no puede responsabilizarse de la seguridad del juguete debido a una laguna jurídica que no contempla esta situación.

Cuando TIE informó a la marketplace acerca de sus hallazgos, ésta respodió que había tomado medidas y que los juguetes ya no podían encontrarse en su plataforma, una medida que la patronal califica de alentadora, aunque no suficiente. Catherine Van Reeth, directora general de la patronal europea, afirma que la UE debe redactar y hacer cumplir mejores normas contra la venta de juguetes falsificados e inseguros. “La UE -resalta- tiene la normativa de seguridad de los juguetes más estricta del mundo, pero las plataformas online siguen permitiendo la comercialización de artículos de vendedores extracomunitarios que ponen en peligro a los niños”. Es por ello, añade, que “las plataformas y los mercados en línea deben asumir la responsabilidad de eliminar y no permitir el acceso a los comerciantes que venden juguetes ilegales e inseguros”,

En parecidos términos se expresa el director general de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), José Antonio Pastor, quien destaca que el nuevo reglamento que se está elaborando precisamente ahora debe corregir la laguna normativa, al mismo tiempo que se refuerza la vigilancia. Todo lo contrario que el camino por el que parece transitarse. Según explica, “en reiteradas ocasiones hemos comunicado al Ministerio de Consumo nuestra preocupación ante la propuesta de revisión de la actual directiva europea de seguridad del juguete, que lejos de mejorar la vigilancia y lograr la comercialización de artículos cada vez más seguros, profundiza en exigencias únicamente para la industria juguetera”. Esos nuevos requisitos, lamenta, “encarecerán los productos de las empresas responsables, mientras se permite que la competencia desleal inunde el mercado de juguetes inseguros más baratos, sobre todo si se les deja paso franco a través de las plataformas online de venta de terceros”.

Con relación a las consecuencias económicas las falsificaciones, que prácticamente en todos los casos incumplen las normativas de seguridad, un reciente estudio de la Oficina de Propiedad Intelectual de la UE (EUIPO), con sede en Alicante, revelaba que las empresas europeas pierden más de 1.000 millones anuales, 113 de los cuáles correspondientes a la industria española. Atendiendo a su peso en el sector, las pérdidas de las firmas alicantinas podrían rondar los 40 millones.

Bordes cortantes o piezas pequeñas, las vulneraciones más comunes

Los bordes cortantes o piezas demasiado pequeñas para las edades a los que van dirigidos son algunos de los incumplimientos de la normativa de seguridad más comunes en los juguetes que se comercializan de manera ilegal. Así lo señala Gema Pozo, ingeniera del área de seguridad en los juguetes del instituto tecnológico AIJU, con sede en Ibi, quien también añade cuestiones como la composición de los materiales plásticos, en los que, en ocasiones, se han encontrado altos contenidos en plomo. La técnica, con todo, señala que el incumplimiento más frecuente es el del etiquetado, por cuestiones como el marcado CE, información incompleta o en idiomas extracomunitarios, y falta de instrucciones de uso. «Eso ya son indicios de que el juguete, lo más probable, es que no haya pasado los ensayos que debería», indica.