Política monetaria

El BCE mantiene los tipos pero da un paso más para bajarlos en junio

El banco central apunta que el recorte "sería apropiado" si la inflación sigue descendiendo y Lagarde vuelve a apuntar a su próxima reunión para iniciar las bajadas

La presidenta del BCE, Lagarde, durante la rueda de prensa posterior al consejo de gobierno

La presidenta del BCE, Lagarde, durante la rueda de prensa posterior al consejo de gobierno / EFE / RONALD WITTEK

Pablo Allendesalazar

Pablo Allendesalazar

El consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha decidido este jueves mantener los tipos de interés de la zona euro sin cambios, como se esperaba. Pero al mismo tiempo, ha dado un paso más de cara a aprobar en junio el primer recorte del precio del dinero desde que estalló la espiral inflacion a mediados de 2021. La institución, así, ha incluido por primera vez una referencia a la rebaja de tipos en el comunicado que emite tras cada encuentro sobre política monetaria de su consejo, el documento que utiliza para expresar su posición ofical al mercado y la sociedad. Asimismo, su presidenta, Christine Lagarde, ha vuelto a apuntar en la rueda de prensa posterior, como ya hizo en marzo, a la reunión del 6 de junio como la fecha más probable para el primer recorte de los tipos desde septiembre de 2019.

"Si la evaluación actualizada del consejo de gobierno de las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria reforzase en mayor medida su confianza en que la inflación está convergiendo hacia el objetivo de forma sostenida (2% a medio plazo), sería apropiado reducir el actual nivel de restricción de la política monetaria", ha apuntado el consejo en el comunicado. "He dicho anteriormente que en abril obtendríamos algo de información, pero en junio tendremos muchos más datos y una actualización de las previsiones (macroeconómicas)", ha rematado Lagarde.

El tipo principal, así, seguirá en el 4,5% en que el BCE los situó en septiembre (el nivel más alto desde mayo de 2001), mientras que la facilidad de depósito (el interés con que remunera el dinero que guarda a los bancos, el más relevante en el actual contexto) se quedará en su máximo histórico del 4%. Los mercados, en cualquier caso, ya vienen anticipando el próximo inicio del ciclo de bajadas. El tipo medio de las nuevas hipotecas en España ha bajado del máximo del 3,94% de octubre al 3,68% de febrero, mientras el de los nuevos depósitos se ha reducido del 2,58% de diciembre al 2,38% de febrero.

Cuestión de ritmo

Estas tendencias deberían proseguir si se confirma que el banco central baja los tipos, pero el proceso será más o menos rápido en función de cuándo comience a rebajar el precio del dinero y a qué ritmo lo haga. La bajada de junio parece casi garantizada, salvo que la inflación dé alguna sopresa negativa. Algunos gobernadores de bancos centrales nacionales ya han defendido un recorte en la reunión de este jueves, según ha admitido Largarde. Y en una reciente entrevista en EL PERIÓDICO, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, dio casi por seguro el primer recorte antes del verano: "Lo normal es que empecemos la reducción de los tipos pronto y junio podría ser una buena fecha para iniciarla".

Los analistas prevén hoy por hoy tres o cuatro rebajas de tipos de 0,25 puntos porcentuales a lo largo del año, la mayoría coincidiendo con la actualización de las previsiones macroeconómicas del banco central (junio, septiembre y diciembre). En ese punto, Lagarde ha sido menos explícita, incluso de lo que ella misma fue en la reunión de marzo: "La dirección es bastante clara, pero no puede comprometerme con ninguna senda (de descensos) en particular y todo dependerá de los datos".

EEUU y petróleo

La alta funcionaria francesa no ha querido atarse de manos. En parte se debe al último dato de inflación en Estados Unidos, más alto del esperado, que podría retrasar la primera bajada de tipos por parte de la Reserva Federal y provocar que el BCE suavice su política monetaria antes que su homólogo del otro lado del Atlántico. Pese a recibir múltiples preguntas sobre las implicaciones que ello podría tener en la inflación y el tipo de cambio entre el dólar y el euro, Lagarde ha evitado reiteradamente dar muchos detalles. Se ha limitado a resaltar que la inflación estadounidense tiene unas causas distintas a la europea y que, aunque su alza será tenida en cuenta, la responsabilidad del BCE se limita a la zona euro.

Otro elemento que intranquiliza a los analistas por sus posibles implicaciones en la senda de recorte de tipos en la zona euro es el reciente encarecimiento del precio del petróleo. La presidenta del BCE, sin embargo, ha mostrado una preocupación moderada. La inflación bajó en marzo algo más de lo esperado (dos décimas, al 2,4% la general y al 2,9% la que excluye los más volátiles precios de la energía y los alimentos). Pero, ha advertido Lagarde, en los próximos meses "fluctuará" en torno a los niveles actuales, para luego bajar hasta el objetivo del 2% a mediados de 2025. En parte se deberá a que los precios de la energía se compararán con los del año pasado, en que registraron dos procesos de caídas acusadas. Pero si los "baches en el camino" no se desvían de lo esperado por el BCE, ha venido a sostener que serán compatibles con el recorte de tipos.