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La industria pide paso

Los sectores manufactureros reclaman más apoyo de las administraciones para liderar la recuperación, tras haber demostrado su capacidad de resistencia en la crisis del covid

La facturación del juguete ha registrado un ligero descenso.

La industria ha decidido dar un paso al frente y reivindicarse como un sector clave para la recuperación económica tras la crisis del covid. Las empresas manufactureras de la Comunidad Valenciana, entre las que se encuentran el metal, el calzado, el textil y el juguete, con gran peso en la provincia de Alicante, están reclamando un mayor apoyo por parte de las administraciones para liderar la salida del túnel, después de haber demostrado su capacidad de resistencia en estos momentos tan complicados. Con argumentos como la calidad del empleo y su capacidad competitiva, solicitan a la Generalitat un respaldo anual de 330 millones de euros, que les acerque a las ayudas que dedican a la industria otras autonomías como el País Vasco o Cataluña. El Consell, de entrada, parece haber recogido el guante, aunque fía parte de la inversión a las convocatorias europeas, dada la maltrecha situación de las arcas autonómicas.

El textil ha logrado soportar la embestida de la pandemia.

La economía está sufriendo un impacto sin precedentes debido a la pandemia , que en algunos territorios, como es el caso de la Comunidad Valenciana y, singularmente, la provincia de Alicante, está siendo más acusado debido al gran peso de sectores como el turismo, la hostelería y el comercio, que se están viendo más afectados por las restricciones. La industria también está sufriendo, aunque en menor medida, como lo demuestra el hecho que desde que irrumpiera la crisis sólo ha perdido 2.400 empleos, frente a los casi 20.000 del sector servicios. La producción de la industria de la Comunidad, además, sólo cayó el año pasado un 5,8% frente al 9,1% de la media nacional.

Partiendo de esta base, los sectores manufactureros se han unido a través de la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana (CEV), para que la Generalitat, sin dejar de lado a los más afectados por la pandemia, les incremente su apoyo. Desde esa misma organización argumentan que la actual situación generada por la crisis debe ser el detonante para que la industria lidere el cambio hacia un modelo económico sostenible y resiliente, por ser un elemento estratégico para el desarrollo y la competitividad del territorio, por su efecto arrastre sobre otros sectores de la economía, la calidad del empleo y su capacidad de innovación e incorporación de nuevas tecnologías. La CEV destaca que la industria de la Comunidad es la que más empleo genera en España, sólo por detrás de Cataluña, con 366.700 puestos de trabajo, de los que 133.000 corresponden a la provincia de Alicante. La confederación también enfatiza su capacidad exportadora.

Con todo ello, reclama a la Generalitat un apoyo anual de 330 millones de euros, con el objetivo de generar un tejido productivo sostenible, innovador y de alto valor añadido, que pueda actuar como elemento tractor. Cuestiones como la transformación digital, la transición energética, las infraestructuras, la sostenibilidad, la internacionalización, la lucha contra la competencia desleal y la cooperación empresarial son apartados a los que tendrían que dirigirse estas inversiones.

El presidente de CEV Alicante, Perfecto Palacio, señala que «es necesario que ratifiquemos el apoyo de todos los partidos políticos al fortalecimiento de la industria, y que este apoyo se manifieste en hechos, tanto en las partidas dedicadas en los presupuestos de la Generalitat como en políticas fiscales que incentiven la inversión y la innovación en este sector».

Palacio añade que, en la situación actual de crisis por la pandemia, «se alude muchas veces al cambio de modelo productivo como revulsivo, pero lo verdaderamente eficaz y realista es potenciar nuestro modelo existente, que es muy bueno, y la forma de hacerlo es apoyar a sectores como el calzado, el juguete, el textil, la maquinaria y muchos otros, que como todos sabemos tienen una incidencia enorme en las exportaciones, la generación de empleo estable y bien retribuido, y la mejora de la competitividad empresarial».

Luis Rodríguez, secretario general de la Federación de Empresarios del Metal de la Provincia de Alicante (Fempa), no duda a la hora de señalar que «la industria es el motor que nos sacó de la crisis anterior y que ha garantizado en la actual que el sistema siga en marcha. Igual no tenemos tanto glamour como otros sectores, pero siempre estamos ahí, como digo, apuntalando el sistema y garantizando su viabilidad. Las economías más avanzadas y con mayor renta son las que tienen un sector industrial potente. Por eso, es necesario un plan de apoyo que nos aporte calidad y valor añadido».

Rodríguez destaca que el metal «es una industria competitiva y que ha resistido bastante bien la actual crisis sanitaria, entre otras cosas por su capacidad de adaptación. Los ERTE y los avales ICO nos han ayudado, aunque es cierto que en los próximos meses podrían venir ajustes».

Por su parte, Marián Cano, presidenta de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal), se expresa en el mismo sentido. «La industria da estabilidad y empleo de calidad, y es necesario que se nos escuche y este plan pueda salir adelante. Es cierto que en los últimos tiempos ha habido un incremento de los apoyos, pero nos encontramos todavía lejos de otras comunidades autónomas. Hay muchas cuestiones, como la innovación y la sostenibilidad, en las que hay que invertir, y también resulta del todo necesario trabajar en una política energética que reduzca costes, puesto que es algo que influye y mucho en los sectores manufactureros». El del calzado es uno de los sectores industriales que más está sufriendo la pandemia, dado que el consumo de moda ha descendido entre un 30% y un 40% a nivel mundial, y cuatro colecciones ya se han dado por perdidas. «Pese a todo- subraya Cano-, las empresas están aguantando, aunque, desgraciadamente, no todas podrán conseguirlo».

Las reivindicaciones que llegan desde el textil son parecidas. El presidente de la Asociación de Empresarios Textiles de la Comunidad Valenciana (Ateval), Pepe Serna, destaca que «comunidades como Cataluña o el País Vasco duplican la inversión en industria que está realizando la Generalitat, y eso es algo que hay que subsanar para profundizar en aspectos como la innovación, la internacionalización o la sostenibilidad. Y más en un momento tan complicado como éste, en el que nuestros sectores han aguantado el tirón y apenas ha habido un incremento del paro».

El textil, en concreto, ha logrado resistir gracias al esfuerzo de reconversión para fabricar mascarillas y prendas sanitarias, y también a los tejidos para el hogar, cuyas ventas han estado funcionando muy bien.

La industria del juguete ha experimentado un ligero descenso

El presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, José Antonio Pastor, también defiende el incremento de las inversiones en la industria, aunque, desde el punto de vista sectorial, afirma que «sólo con que se cumpliesen las legislaciones existentes para combatir la competencia desleal para nosotros ya resultaría una gran ayuda». A falta de tener resultados definitivos, el sector calcula que en el último año su facturación se habría reducido alrededor de un 5%, toda vez que el ligero incremento de las exportaciones no habría logrado compensar el desplome del 7% que se ha producido en las ventas a nivel nacional.

En la Foia de Castalla se concentra el denominado subsector de los procesos industriales, en que se combinan el plástico y el metal. El director de la Asociación de Empresarios de Ibi (Ibiae), Héctor Torrente, indica que «se debe establecer una política industrial clara para saber a qué jugamos, con acciones que impliquen más allá de una legislatura. La energía es uno de los puntos clave, pues somos el país más caro de Europa a nivel energético, pero también hay que mejorar las redes de transporte».

El presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Alicante, Juan Bautista Riera, subraya que, de los estudios realizados por la entidad, «se deduce que las empresas industriales han superado mucho mejor el temporal que otros sectores económicos de la provincia, si bien no alcanzan la situación precovid. Lo bueno de este panorama es que, acabada la crisis sanitaria, la economía remontará, y las empresas que se hayan adaptado en procesos de innovación, digitalización, internacionalización, imagen y reputación, estarán más preparadas para competir. Para todo ello hace falta un apoyo decidido de las administraciones hacia las empresas, que son el principal escudo social y económico de la ciudadanía».

¿Y qué responde el conseller de Economía Sostenible, Rafa Climent, a esta reivindicación unánime? Pues que básicamente está de acuerdo. Según sus palabras, «en 2014, con el anterior Gobierno autonómico, sólo se destinaban a la industria 10 millones de euros directos, y ahora mismo ya nos hemos situado en 194 millones, lo que demuestra la clara apuesta de este Ejecutivo por un sector que consideramos esencial. La pandemia, además, ha demostrado su importancia, desde la base de que o producimos aquí los productos esenciales o vamos a tener graves problemas». 

Climent destaca los distintos planes que se han puesto en marcha para fomentar la innovación y la industria 4.0, la sostenibilidad y la internacionalización, y también para atender las necesidades de las empresas desde el punto de vista de la formación. Respecto a la inversión anual de 330 millones que se reclama, el conseller señala que, «en el ámbito presupuestario, no es posible ahora una inversión directa de esta envergadura. Pero con recursos de la UE podemos incluso superarla, si somos capaces de aprovechar los programas para digitalización, innovación o infraestructuras, entre otros, para lo que estamos trabajando». El dirigente autonómico, con todo, destaca la necesidad de que «se genere un pacto por la industria a nivel nacional, con una implicación directa por parte del Gobierno central».

El metal defiende la competitividad del sector industrial

Modelo económico de futuro

Vicente Lafuente Martínez, presidente de FEMEVAL y de la Comisión de Industria de la CEV

La crisis del coronavirus ha generado unas dificultades no solo sanitarias sino económicas muy importantes en la sociedad y toca tomar decisiones valientes. Decisiones que conllevan no dejar de lado a los sectores más afectados por la pandemia -hostelería, turismo y comercio-, pero también que potencien a aquellos que, en estos momentos, sí pueden tener un recorrido importante.

Me refiero a sectores industriales de la Comunitat Valenciana, referentes a nivel mundial, para cuyo desarrollo sólo necesitan el marco que debe proporcionar la Administración. Esto nos permitirá continuar potenciando una industria que ha hecho, y sigue haciendo, sus deberes para ser competitiva. Que es, y sigue siendo, a pesar de la pandemia, un eje tractor de las empresas de servicios y comercio.

Necesitamos, por tanto, el compromiso de los grupos parlamentarios para que hagan propuestas y aportaciones de apoyo e incentivos a un sector con capacidad para mantener el sistema de bienestar. Y a la vista está porque ante esta pandemia nuestra industria ha demostrado que está aguantando el tirón y el objetivo es lograr el acuerdo de los partidos políticos para tomar medidas que la fortalezcan. 

Una economía sólida es la base para un desarrollo sostenible. Y la industria juega, sin duda, un papel fundamental en ese terreno porque es un elemento estratégico para el desarrollo y competitividad de nuestro territorio. A la par que su efecto arrastre sobre otros sectores de la economía, la calidad del empleo y su capacidad de innovación y de incorporación de tecnología repercute sobre el conjunto de la sociedad. Así lo defendemos en el plan de acción para fortalecer la industria de la Comunitat Valenciana elaborado por la Comisión de Industria de la CEV.

Este informe cifra en 330 millones de euros la inyección económica pública anual necesaria para que la industria manufacturera actúe como elemento tractor de la transición hacia un nuevo modelo económico sostenible y resiliente, y sitúa el contexto actual, tras la crisis generada por el covid-19, como el oportuno para posicionar a este sector como motor de la recuperación económica.

En este plan abogamos por el refuerzo de las políticas dirigidas a fortalecer el peso industrial en la Comunitat Valenciana priorizando innovación y transformación digital; formación y calidad del empleo; energía y cambio climático (transición energética); infraestructuras y áreas industriales avanzadas y atracción de inversiones industriales; economía circular y sostenibilidad; internacionalización, fomento del consumo y defensa contra la competencia desleal; cooperación empresarial y clústeres; así como políticas públicas y gobernanza.

 También reclamamos que la Administración mejore su tiempo de respuesta, que en ocasiones se demora por la excesiva seguridad jurídica del sistema burocrático español. Es necesario agilizar la tramitación de los expedientes porque tenemos problemas sobre todo con los ayuntamientos. Nosotros apostamos por potenciar las declaraciones responsables y el silencio administrativo positivo.

 La Administración debe ver el apoyo a la industria como una inversión, no como un gasto. Por eso, confiamos en que tengan en cuenta la contribución del tejido industrial al PIB para compensar su peso específico frente a otros sectores. Y todo porque la industria de la Comunitat Valenciana es y debe seguir siendo un pilar clave de nuestra economía, del empleo de calidad, estable y cualificado, y un motor insustituible de innovación y progreso de toda la sociedad. Es el momento de tomar decisiones valientes.

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