Relatos con historia

Historia viva de la villa marinera

A sus 87 años, Vicente Paya «El Mestre» nos comenta imágenes del archivo municipal que hablan del pasado campellero

Vicente posee numerosos libros con sus dibujos hechos a mano con bolígrafo.

Vicente posee numerosos libros con sus dibujos hechos a mano con bolígrafo. / ÁXEL ÁLVAREZ

Mar Vives

Mar Vives

¿Cómo era El Campello en los años 40, 50, 60 e incluso a principios del siglo XX? Pocas son las voces que van quedando para relatar cómo se construyó y creció el pueblo que llegó a ser el segundo con más flota pesquera de todo Levante. La voz de la experiencia, nunca mejor dicho, es la de Vicente Gomis, conocido en el pueblo como don Vicente Payá «El Mestre». Con 87 años recuerda perfectamente los nombres, los apodos y las calles de antaño, aquello que ya no está pero que su mente retiene como si no hubiese pasado el tiempo.

Si por algo se le conoce a Vicente Payá es por su vocación hacia la docencia, y es que su oficio fue el de maestro. Con tan solo 14 años comenzó a dar clases de leer y escribir en la planta de arriba de su casa a los chicos que trabajaban en la huerta y años más tarde estudió Magisterio. Con el tiempo construyó en un solar su escuela, llamada «Colegio-academia Gomis Payá», formada por seis aulas y donde continuó dando clases particulares a todos los bachilleres que había en El Campello, en concreto desde el año 1953 al 1975. «Los bancos de las clases los construía yo mismo con maderas viejas y las mesas eran mesas de ping pong y los crucifijos me los proporcionaban los propios padres de algún ataúd».

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En 1953 aprobó la oposición de maestro, y como él mismo describe, «enseñando aprendí, porque todo lo que yo daba en mis clases de Bachiller era superior a lo que me exigían en la oposición». En 1978 comenzó a trabajar en el colegio Rafael Altamira, en el que permaneció dando clases de matemáticas, física y química y ciencias naturales hasta que se jubiló, sin quererlo, en 2006. «Me podría haber jubilado con 60 años pero no quise y me quedé voluntariamente hasta los 70», nos cuenta.

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Su entrega y su pasión por lo que hacía y el amor por su profesión le llevó a ser un reconocido y admirado maestro en la historia de El Campello. Buen conocedor del pasado que envuelve al pueblo que le vio crecer, nos recibe en su hogar para relatarnos un pedacito de su amado Campello. Además, Vicente es un gran artista, puesto que numerosos de sus libros de poemas y dibujos llenan librerías en su sala de estar. Ahora, a sus 87 años disfruta de su vida de jubilado sin olvidar por un instante a aquellos alumnos a los que, no sólo enseño matemáticas, si no que les inculcó el valor del esfuerzo, el trabajo y el amor por la enseñanza.