Este Elche es un quiero y no puedo y continúa de forma preocupante en caída libre. Ni la tibia mejoría mostrada ayer en Mestalla, frente a un Valencia gris y tensionado por su mala situación clasificatoria, le valió para sumar. El conjunto de Almirón cosechó una nueva derrota, acumula ya 14 partidos sin ganar y sigue despeñando hacia el descenso a Segunda División.

Solo un cambio radical, tanto en el banquillo como en la llegada de fichajes -mañana termina el plazo- alberguería alguna esperanza de reacción.

A los jugadores franjiverdes no se les puede decir que no lo intenten, que no se vacían en el campo y que no ponen voluntad. Pero este Elche es un equipo muy limitado que permite que los contrarios con poco terminen ganándole.

Ayer se vio un atisbo de mejoría en la segunda parte cuando se mostró más valiente -el resultado en contra también obligaba a ello- pero fue insuficiente. El conjunto ilicitano tuvo más dominio de balón, jugó más en campo contrario, pero le cuesta horrores crear ocasiones de gol. Si a esto unimos el desajuste defensivo en la jugada del tanto valenciana, al final, llega, como ocurrió, la condena a la derrota.

El Elche es un quiero y no puedo

Almirón intentó cambiar algunas cosas y planteó un partido similar a los de principio de temporada, con una línea defensiva de tres centrales (Barragán, Gonzalo Verdú y Diego González) y dos carrileros (Josan y Mojica), dos mediocentros (Marcone y Raúl Guti), dos interiores que busca de las transiciones rápidas (Tete Morente y Rigoni) y Lucas Boyé en punta. Sin embargo, la convicción no es la misma que en el inicio del campeonato y hay futbolistas como Barragán y Marcone, que han bajado de forma alarmante su rendimiento. Y Rigoni sigue sin ser el jugador desequilibrante para lo que se fichó.

Incluso, Edgar Badia falló en una salida en los primeros minutos que no fue gol porque Diego González se tiró muy bien al suelo en un remate de Wass. Luego el guardameta catalán enmendó ese error y permitió al Elche mantenerse en el partido deteniendo un penalti a Carlos Soler.

Pero al conjunto franjiverde le faltó valentía en el comienzo del partido. Se encerró demasiado atrás, a pesar de que intentó no hacerlo adelantando la defensa y presionando más arriba.

Cuando parecía que empezaba a encontrar el camino, tras unos primeros 15 minutos encerrado en su campo, en el 21, Barragán no tapó el centro de Pablo Guedes y Mojica no cerró bien el segundo palo, donde Wass remató libre de marca (1-0).

Tocaba volver a nadar contracorriente. Tete Morente tuvo una buena ocasión para empatar en una jugada individual en la que, tras varios recortes en el área disparó alto.

El Valencia se encontraba cómodo y en una acción sin mucho peligro, en el minuto 32, Barragán empujó a Manu Vallejo impidiéndole rematar. El árbitro, que tuvo el gatillo fácil a la hora de mostrar tarjetas amarillas al cuadro ilicitano, señaló el claro penalti. Menos mal que Badia adivinó el lanzamiento de Carlos Soler, porque el encuentro podía haber terminado a la media hora.

El Elche hizo daño por la banda izquierda con Mojica y Morente muy activos. El colombiano enganchó una volea en el minuto 36 que Jaume Domenech desvió a saque de esquina, cuando la pelota se colocaba por la escuadra. Al descanso se llegó con la ventaja mínima del Valencia que permitía albergar esperanzas.

Un equipo más valiente

Almirón cambió el sistema en la charla del tiempo de asueto, dio entrada a Cifu por Barragán y a Pere Milla por Josan, pasando a jugar un 1-4-4-2 en ataque y un un 1-4-5-1 en defensa. Con esa variación, los franjiverde fueron más valientes y pasaron a llevar el control del partido, jugando mucho más en campo rival.

Sin embargo, el Valencia tuvo el segundo en una gran jugada de Carlos Soler, que dribló a cuantos contrarios le salieron al paso y disparó dentro del área. Afortunadamente Mojica se cruzó a tiempo para desviar el balón y salvar un gol, que podía haber sido el de la jornada.

El Elche aprovechó la nueva vida y se fue hacia arriba. Si en el primer tiempo había estado más activo en la banda izquierda, en el segundo lo estuvo en la derecha con Cifu y Rigoni, quien apareció un poco más. El equipo de Almirón se acercó más al área de Jaume Domenech y lanzó numerosos saques de equina. Cifu tuvo dos lanzamientos en sendos rechaces que ejecutó desviado. Tete Morente puso un buen centro que no encontró rematador. Parecía que el empate podía llegar, más por insistencia que por ocasiones claras.

El Valencia ya no incordió a Edgar Badia excepto en una jugada de carambola que terminó con un remate fuera.

El técnico franjiverde decidió jugársela con dos delanteros centros poniendo a Guido Carrillo por Rigoni y pasando a Pere Milla a la banda izquierda y a Morente a la derecha. El Elche lo intentó con balones al área buscando a Boyé y a Carrillo, pero hubo más voluntad que acierto. El partido fue muriendo en campo valencianista, pero no en el área. Aún así, en el minuto 86, Hugo Carrillo se lanzó a por un centro de Pere Milla, pero no consiguió conectar el cabeza. Fue la última de los ilicitanos, que terminaron resignados, a la vez que enojados con la disparidad de criterio del colegiado con las faltas y las tarjetas.

La mejoría fue insuficiente y el Elche volvió a perder...y van ya 14 encuentros sin ganar. El descenso es una amenaza real salvó cambio radical, tanto en el banquillo como en la plantilla en las últimas horas del mercado de fichajes. Bragarnik tiene la última palabra.