El idilio de Fran Escribá con el Elche es irresistible. Si el fichaje del técnico valenciano había disparado la ilusión de todo el entorno franjiverde, su estreno en esta segunda etapa no pudo salir mejor. A la primera, victoria. Y no una victoria cualquiera. Frente a un rival directo en la lucha por la permanencia como es el Eibar, al que iguala a puntos y le gana el «golaverage» particular. Algo que puede resultar determinante al final del campeonato.

Ha tenido que llegar Escribá para romper la racha de 16 jornadas sin vencer. Han tenido que pasar 120 días desde el último triunfo con Almirón, que databa del 23 de octubre de 2020 frente al Valencia (2-1). Una victoria que refuerza la moral de la plantilla y el convencimiento de que con el preparador valenciano el milagro de la salvación es posible.

Solo ha dispuesto de cinco días para entrenar, pero frente al Eibar ya se vio un Elche muy diferente con el sello de Escribá. Un equipo ordenado en el campo, solidario a la hora de defender, con una presión rápida tras pérdida del balón. Un equipo que no se complicó a la hora de sacar la pelota desde atrás, como insistía con el técnico argentino. Un conjunto práctico que buscó siempre tener la pelota lo más alejada posible de su área para evitar complicaciones. Un equipo que cerró los pasillos centrales y la creación del juego del cuadro eibarrés en el centro del campo, lo que le obligó a buscar las bandas y los centros laterales donde se impuso la defensa franjiverde.

El conjunto ilicitano también consiguió mantener la portería a cero, algo que no hacía desde el 6 de diciembre en Villarreal. Y por si fuera poco, hasta la estrategia made in Escribá funcionó. El gol de la victoria llegó en una acción a balón parado. En un saque de esquina en corto, el que el balón le llegó a Barragán, que puso un centro al área, donde Dani Calvo, que fue la principal novedad en el once inicial, enganchó un perfecto cabezazo, que se coló por toda la escuadra. Ni en los mejores sueños.

Es cierto que al Elche le faltó fútbol y controlar más el juego en el centro del campo. Pero ayer lo que importaba, por encima de todo, era la victoria y la consiguió.

Ya habrá tiempo de mejorar ese aspecto. Ahora lo fundamental es sacar al equipo de UCI y recuperar las constantes vitales para que a finales de mayo pueda correr y celebrar la permanencia. El primer paso y el más difícil ya está dado. El triunfo ante el Eibar era vital y ha insuflado el oxígeno necesario para poder progresar.

Como era de esperar, Escribá no realizó ninguna revolución en el once inicial con respecto al que venía jugando con Almirón. Siguió apostando por dos delanteros: Lucas Boyé y Guido Carrillo. La mayor variación estuvo en el centro de la defensa donde Dani Calvo, que apenas jugaba con el técnico argentino, fue titular junto a Gonzalo Verdú. Barragán y Mojica, una vez recuperado de sus molestias, ocuparon los laterales. En el doble pivote se mantuvieron Marcone y Raúl Guti, mientras que en las bandas Rigoni empezó en la izquierda a pierna cambiada y Tete Morente actuó por la derecha, en lugar de Josan, quien inicialmente se quedó en el banquillo tras estar toda la semana entre algodones.

El partido comenzó con susto. A los dos minutos, un centro desde la derecha de Pedro León lo remató Sergi Enrich obligando a Edgar Badia a realizar una buena parada. Fueron los nervios y desajustes del principio.

Gol de Dani Calvo

Poco a poco, el Elche se fue posicionando mejor en el campo. Aunque el equipo de Medilibar llevaba la iniciativa, su llegadas al área franjiverde no era peligrosas. Al equipo de Escribá le costaba asomarse a la portería contraria. Hasta que en el minuto 32 se produjo la jugada que a la postre resultó decisiva. Tete Morente tuvo fe a la hora de la presión y provocó el saque de esquina. Ahí entró la pizarra del técnico valenciano. En vez de enviar la pelota directamente al área, los franjiverdes la jugaron en corto, la abrieron para Barragán y el gallego, que mejoró mucho su nivel de los últimos partidos, puso un gran centro al área y Dani Calvo con un gran remate de cabeza mandó el balón al fondo de la red. La dedicatoria fue especial. Recientemente ha sido padre y su primer gol en Primera División fue para su bebé.

El Eibar respondió con un una buena jugada de Pedro León, que terminó con el balón paseando por el área sin encontrar rematador. Sufriendo, como no podía ser de otra manera, el Elche llegó al descanso con el 1-0 en el marcador.

Todo hacía indicar que los eibarreses iban a apretar mucho en el segundo tiempo y que iban a meter a los ilicitanos en su área. Sin embargo no fue así. Incluso, los franjiveredes tuvieron ocasiones a la contra para poder sentenciar el encuentro. Barragán llegó hasta la línea de fondo y dejó una buena pelota, pero Raúl Guti remató al exterior de la red. Un minuto después, Lucas Boyé disparó mal dentro del área. Josan también tuvo una buena ocasión, tras una gran jugada de Tete Morente -otro que subió de forma considerable su rendimiento- y el crevillentino lanzó con su pierna mala, la izquierda y el balón salió rozando el poste.

Al Eibar le entró el miedo a encajar el segundo. Bryan Gil, una de las sensaciones de la presente Liga, se desesperaba porque no era capaz de hacer daño a la defensa franjiverde.

El cansancio empezó a hacer mella en los jugadores del Elche y Escribá empezó a mover el banquillo. Josan ya había sustituido a Rigoni y Josema y Pere Milla salieron por Mojica y por Guido Carrillo, que ya estaban desfondados.

El héroe del ascenso tuvo otra buena oportunidad tras otro centro de Barragán, pero dudo entre rematar o dejarle el balón a Josan. Al final, ninguna de las dos.

Otra diferencia con respecto a Almirón: el técnico valenciano hizo cuatro cambios y no dudó en quitar a Barragán y Boyé para aportar frescura con Cifu y Mfulu. Era el momento de cerrar el partido y así fue. El Elche llegó al final del encuentro sin muchos apuros. Con el pitido final, los jugadores franjiverdes lo celebraron como si de una final se tratara. Respiraron aliviados. Por fin llegó la victoria. Quedan todavía 16 encuentros por delante. Nadie dijo que iba a ser fácil. Pero ahora el futuro se ve con más optimismo.

FICHA TÉCNICA:

ELCHE: Edgar Badia, Barragán (Cifu, m. 85), Gonzalo Verdú, Dani Calvo, Mojica (Josema, m. 79), Iván Marcone, Raúl Guti, Tete Morente, Rigoni (Josan, m. 61), Lucas Boyé (Mfulu, m. 85) y Guido Carrillo (Pere Milla, m. 85).

EIBAR: Dmitrovic, Pozo, Arbilla, Bigas, Cote (Álex García, m. 70), Diop (Soares, m. 70), Edu Expósito, Pedro León (Inui, m. 70), Bryan Gil, Kike García y Sergi Enrich (Mutu, m.56)

GOL: 1-0 m. 32, Dani Calvo.

ÁRBITRO: Cordero Vega, del colegio cántabro. Mostró tarjetas amarillas a Gonzalo Verdú (m. 41), Iván Marcone (m. 52) y a Bryan Gil (m. 92).

ESTADIO: Martínez Valero. Sin público.