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Resurrección y gloria para el Elche

El equipo de Francisco se aleja a siete puntos del descenso y tiene muy despejado su camino hacia la permanencia

Mojica celebra bailando con la afición el primer gol y Fidel levanta los brazos MATÍAS SEGARRA

Y después de tres derrotas consecutivas, el Elche CF resucitó. Y lo hizo de la mejor manera. Venciendo a un rival directo por la permanencia, como es el Mallorca, y sumando tres puntos que le dejan muy cerca de alcanzar la gloria de la salvación y de poder seguir disfrutando la próxima temporada en Primera División.

Era el día esperado. Un partido crucial en el que había mucha diferencia entre ganarlo o perderlo. Un nuevo tropiezo hubiera dejado una penitencia y una agonía, en la recta final del campeonato, que nadie deseaba

Todo salió a pedir de boca. La afición, como se esperaba, llevó a su equipo en volandas, con más de 20.000 aficionados en el Martínez Valero, que fue una fiesta.

Francisco sorprendió con la alineación. Ya avisó el pasado jueves que había que ser inteligentes ante las importantes bajas de Lucas Boyé y de Guido Carrillo, los dos «9» de la plantilla, y saber leer el partido. El técnico almeriense lo plasmó a la perfección. 

De salida, apostó, por primera vez en la temporada, por tres centrales (Roco, Gonzalo Verdú y Pedro Bigas) para frenar a Muriqi y, a su vez, dar más profundidad en las bandas, con Josan y Mojica como carrileros muy ofensivos. Además, sabiendo que el Mallorca iba a jugar con cinco atrás y muchos centrocampistas, contrarrestó poniendo solo a Ezequiel Ponce en punta y buscando en la medular la movilidad de cuatro jugadores de perfil creativo, como Omar Mascarell, Raúl Guti, Fidel y Kike Pérez

El Elche comenzó llevando la iniciativa ante un Mallorca agazapado en su campo y a la espera de dar un zarpazo en una contra o en un balón directo sobre Muriqi. 

Eso provocó la aglomeración de muchos jugadores en muy poco espacio de terreno de juego. El balón estaba casi siempre en las inmediaciones del área balear. Pero la barrera defensiva diseñada por Aguirre era difícil de derribar. Había que esperar el momento para encontrar el momento. 

El Elche tuvo tres acercamientos peligrosos. Un centro de Fidel que Guti no acertó a rematar en el segundo palo, un pase de Roco sobre Fidel al que respondió Sergio Rico con una gran parada, aunque la jugada fue invalidada por fuera de juego; y un pase atrás desde la línea de fondo de Ponce que no encontró rematador. 

Los mallorquines dieron, por primera vez, señales de vida en el minuto 29, en una contra en la que Jaume Costa disparó mal. 

Josan metió un gran balón sobre Fidel, pero el onubense no acertó a rematar. 

El encuentro estaba espeso. El Elche merecía el premio por su mejor propuesta ante la racanería del Mallorca. Y cuando menos se esperaba llegó. Fidel y Mojica se intercambiaron el balón en el área y cuando parecía que el colombiano no tenía espacio para disparar, enganchó un tiró cruzado, que se sorprendió a la defensa y al portero Sergio Rico (1-0 m.41).

Las puertas de la gloria se abrían de par en para ante unas gradas que explotaban de júbilo justo antes del descanso. 

Amenaza asiática

En el descanso, a Aguirre no le quedaba otra que intentar cambiar el rumbo del partido y dio entrada a sus dos jugadores asiáticos: el japonés Take Kubo y el coreanao Lee Kang Ing para buscar más movilidad y desequilibrio ofensivo. Por un momento, el choque parecía que se igualaba y los dos jóvenes jugadores ponían en aprietos a la defensa franjiverde. 

Pero, como en la Biblia, el desenlace estaba escrito y después de tres partidos el Elche iba a resucitar y alcanzar la gloria. Una falta lanzada de forma magistral por Fidel y rematada por Pedro Bigas de cabeza significó el 2-0 en el minuto 57 y rompió por completó el ímpetu de los mallorquines.

La losa ya era demasiada pesada y el Martínez Valero empezaba a pasárselo en grande. Pero todavía quedaba mucho tiempo y un gol podía meter al Mallorca en el partido. Lo tuvo Muriqi en el 66, pero Josan se encargó de salvar el disparo del kosovar. 

A partir de ahí, Francisco refrescó el equipo para que la gente del banquillo ayudara en el sacrificio defensivo. Entró Pere Milla por Fidel, en la banda izquierda; y Gumbau por Guti en el centro del campo. Poco después se lesionó Josan y Francisco no se cortó un pelo. Puso a Tete Morente de carrilero derecho y sacó a Piatti por un desfondado Kike Pérez, para ayudar en el flanco zurdo. 

La amenaza del Mallorca y de sus dos asiático ya no era tanta. El encuentro discurría sin apenas sobresaltos. El preciado tesoro estaba a buen recaudo en el zurrón ilicitano. Todavía más cuando en el minuto 80, en una jugada desgraciada, tras un pase largo de Gumbau sobre Tete Morente, Sergio Rico despejó con la mala suerte de que la pelota rechazó en Kang Inn y se introdujo el esférico en su propia portería (3-0)

Ahí se que se abrieron definitivamente las puertas del cielo. El Martínez Valero empezó a cantar: «Herculano el que no bote», «Som, som de Primera División», la ola recorrió toda la grada. La continuidad en Primera División está casi asegurada. Los toreros dieron el paseillo y la vuelta al ruedo. Tarde completa de fiesta. 

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