La tormenta que dejó una tromba de impresionante de agua una hora antes del partido, que obligó a retrasar el inicio 30 minutos, se tradujo luego al terreno de juego, que drenó muy bien la gran cantidad de agua, pero no frenó la otra tormenta que desataron el colegiado madrileño Pizarro Gómez, en el campo; y el castellano leonés, González González en el VAR. Sus decisiones condicionaron claramente el encuentro y perjudicaron, principalmente, al Elche CF.

El conjunto ilicitano está gafado y tiene todo en contra en este inicio de LaLiga. Los franjiverdes solo pudieron sumar un punto ante el Mallorca, que resulta insuficiente a nivel clasificatorio.

El Elche se vio, claramente, perjudicado por la desastrosa actuación arbitral, con dos penaltis en contra, el segundo inexistente, que supuso la igualada de los baleares. Expulsaron, de forma muy meticulosa, tras consultar con el VAR, a Lucas Boyé, nada más salir al terreno de juego; y no quiso hacerlo con Grenier, en una entrada dura y similar sobre Raúl Guti.

Luego compensó mostrándole la roja a Muriqi, por un manotazo a Pere Milla, tras rectificar viendo el VAR, cuando primero le había mostrado la amarilla.

El partido, con las dos tormentas, la climatológicas y la arbitral, se alargó hasta el minuto 99, pudo caer de cualquier lado. La igualada no dejó contentos ni a ilicitanos, porque lucharon hasta la extenuación y se vieron condicionados por el árbitro; ni a los baleares, que dejaron pasar una gran ocasión de dejar más hundidos, todavía, a los franjiverdes.

El técnico del filial, Alberto Gallego, que fue el encargado de dirigir al Elche, con la ayuda de Dani Llácer y con Nino dando instrucciones desde una cabina de prensa, introdujo cinco cambios con respecto al partido del Rayo. Volvieron Gonzalo Verdú, Bigas y Mascarell, que no pudieron jugar en Vallecas. Josan fue la principal novedad en el carril derecho y Ponce ocupó el puesto de Boyé, que, inicialmente se quedó en el banquillo, por las molestias musculares de los últimos días.

El técnico interino mantuvo la defensa de tres centrales, con Helibelton Palacios en el flanco derecho acompañando a Verdú y Bigas. Josan y Clerc ocuparon la bandas, Mascarell, Gumbau y Raúl Guti formaron un pivote en el centro del campo, con Ponce y Roger arriba.

El Mallorca comenzó asustando y mucho. A los 30 segundos, Muriqi se quedó solo ante Edgar Badia, parecía que estaba en fuera de juego, pero lo invalidaba Josan. El portero franjiverde salvó una gran ocasión.

Y a los nueve minutos, Pizarro Gómez, tras consultar con el VAR, decretó penalti, por un pisotón de Bigas a Antonio Sánchez. Badia se erigió, por enésima vez, en salvador. Adivinó el disparo a Muriqi.

La lluvia empezó a escampar en el cielo. El Elche se repuso y en su primer lanzamiento a puerta se adelantó en el marcador. Gumbau metió la pelota al corazón del área, Ponce peinó de cabeza y el esférico se coló en el fondo de la mallas.

El partido cambió por completo con esa acción. Los futbolistas franjiverdes se quitaron los nervios y la presión de encima y, aunque sufriendo, intentaron defender con orden. Cuando podían buscaban la presión alta, para evitar la salida desde atrás de los bermellones; e intentaban robar en el centro del campo para montar las contras.

El Elche tuvo algunos desajustes a la hora de cerrar la bandas, pero, con sacrificio, pudo llegar al descanso con una ventaja mínima en el marcador.

Tormenta arbitral

En el inicio de la segunda parte, tuvieron más el control. Gallego dio entrada a Boyé y a Lirola para poder sentenciar. Pero todo se vino abajo con la expulsión del argentino, cuando llevaba solo cuatro minutos en el terreno de juego, por dar una patada dura, pero involuntaria. De nuevo el VAR castigó al conjunto ilicitano.

Boyé, Roger y Verdú protestan la expulsión del argentino, que acaba de salir al campo ANTONIO AMORÓS

Los truenos y relámpagos arbitrales no acabaron ahí. Nueve minutos después, el trencilla y el encargado del videoarbitraje entendieron como penalti una salida despejar de Edgar Badia , que se encontró por delante a Raíllo. Las imágenes dejan muchas dudas, pero este Elche tiene todo en contra. Muriqi no desaprovechó la segunda oportunidad y estableció la igualada, desde los once metros.

Y mas todavía. Grenier dio una dura patada a Guti, que también pudo ser roja, pero los colegiados, en esa ocasión, no lo consideraron. Ver para creer.

Quedaba todavía casi media hora y se veía todo muy negro, sin luz, como la tormenta dejó algunas dependencias del Martínez Valero. El conjunto ilicitano, con uno menos, intentaba campear el temporal como podía. Y en el minuto 80, de nuevo Pizarro Gómez y el VAR se ponían en el foco. Expulsaron a Muriqi, por un manotazo a Pere Milla. Que supo exagerar para provocar una compensación, que era infinitamente inferior a todo los que había sufrido el Elche.

Con las fuerzas igualadas, con diez para diez en el campo, los franjiverdes se vieron con posibilidades y fueron a por el partido. Pere Milla tuvo un remate de cabeza, tras un centro de Lirola y, en el minuto 99, en la última acción del encuentro, Verdú dispuso de un golpe franco, que se estrelló en la barrera.

El triunfo hubiera sido un justo premio para un Elche que se dejó el alma, pero que vio perjudicado por el árbitro y el VAR.