Las cinco y media de la tarde fue la hora fijada por Jorge Almirón para el primero de sus entrenamientos con el Elche. A puerta cerrada, como era su costumbre. Y en el estadio Martínez Valero, donde la infraestructura y la seguridad impiden dilucidar cualquier tipo de pista sobre las tácticas a emplear y sobre la evolución de los lesionados. 

Entre las dudas para el sábado (16.15 horas) ante el Valencia estaba la del «Flaco» Pastore. El atacante argentino llegaba al campo en su coche particular, como el resto de sus compañeros, y a una hora similar a todos, pero menos de una hora después, sobre las 17.15 abandonaba las instalaciones. Mala noticia que con casi toda seguridad significa que Pastore sigue con sus molestias musculares y volverá a ser baja. Solo ha jugado 20 minutos en lo que va de Liga, en el partido ante el Almería, en la segunda jornada. 

Por su parte, Lucas Boyé conocía que su sanción por la roja vista ante el Mallorca el lunes será de un solo partido, por lo que volverá a la convocatoria el próximo miércoles ante el Real Madrid. 

El Comité de Competición entiende que Boyé infringió el artículo 130.1 del Código Disciplinario sobre «Violencia en el juego»:«Producirse de manera violenta con ocasión del juego o como consecuencia directa de algún lance del mismo, siempre que la acción origine riesgo, pero no se produzcan consecuencias dañosas o lesivas, se sancionará con suspensión de uno a tres partidos o por tiempo de hasta un mes.