Maquillador de cine. El maquillador cinematográfico José Quetglas, ganador de siete premios Goya, el último de ellos por "Balada triste de trompeta", de Álex de la Iglesia, participa en la feria Jesal Extetic que se cierra hoy en IFA. El experto ha cosechado otros éxitos en "El laberinto del Fauno" y "El día de la bestia", que le valió su primer Goya.

¿Qué supone en su carrera tener varios premios Goya?

Hay gente que dice que tener un premio es contraproducente; en mi caso ha sido todo lo contrario. "El día de la bestia" fue un espaldarazo muy importante. A partir de ese momento -1996-, he tenido la gran suerte de poder participar en un determinado tipo de películas que requieren cierto tipo de trabajo. Me ha beneficiado bastante el Goya y, sobre todo, al que más cariño le tengo es al primero.

¿Puede elegir los trabajos en los que participa?

No. Ojalá. Eso suele ocurrir en países donde los trabajos son mucho más desarrollados, quizá en Estados Unidos. Pero dudo que un profesional de nuestro departamento pueda elegir libremente lo que quiere. A mí me llaman para hacer una película que decimos "actual" o "del día", y lo hago. Y si me llaman para hacer una caracterización también. No descarto nunca un trabajo. Para nada.

¿Qué tipo de trabajos prefiere?

Los de caracterización. Son más llamativos. No sólo es hacer caras rotas como en "Balada" o un mostruito, es trabajar con pelo en la cara, con calvas o con pelucas. Además, es más difícil poner una barba y que la gente no note que es falsa, que hacer una máscara, donde todos sabemos que es algo falso por muy bien puesta que esté.

¿Cuál ha sido el trabajo en el que ha tenido que emplearse más a fondo o por más tiempo?

En el "Día de la bestia" tardábamos dos o tres horas. En el "Laberinto del fauno", junto a otro equipo de maquillaje, se llegaba a tardar cinco horas todos los días. De todas formas, un trabajo que me agradó bastante y que no ha tenido ninguna repercusión en taquilla fue "El gran Vázquez". El trabajo era transformar a Santiago Segura, que es una persona que se deja hacer prácticamente de todo, de hecho en sus películas casi siempre lleva algo puesto, desde los años sesenta a los noventa. Es una película que me ha dado muchas satisfacciones.

¿Cómo es el proceso a la hora de "construir" a los personajes?

Habitualmente te llama un productor y te dice: "Vamos a hacer una película que trata de esto". El siguiente paso es leer el guión, hacerte tu composición de lugar y documentarte. Después, hay una reunión con el director y el director de arte, e igual, con vestuario y ahí exponemos lo que tenemos. Lo que hacemos a partir de entonces es intentar buscar algo que le vaya al actor o actriz dentro de lo que es la época. Luego, se hace una reunión con dirección, que es quien tiene la última palabra. También hay casos como el de Álex de la Iglesia, que es un dibujante excelente, y, si no lo vemos claro, nos hace un dibujo.

¿Cuál es su próximo proyecto?

Estoy en el rodaje de una película con guión y "look" de los sesenta que no se pudo rodar en esos años por la censura.