En torno a noviembre los almendros comienzan a prepararse para la floración con una yema que se va hinchando y que cuando deja de hacer frío se abre, dejando paso a la flor y posteriormente a la almendra cuajada, explica Antonio Valero. No toda la almendra que se ve en las primeras semanas llegará hasta el final, concreta Vicente Piñol, de Asaja, pues tiene que seguir creciendo hasta la época de cosecha, en el mes de agosto.
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