Una de las cuestiones que genera tantos conflictos por la contaminación acústica es la falta de educación, que los centros escolares y las familias no se impliquen a la hora de enseñar a los más pequeños buenos hábitos que contribuyan a que en el futuro su rutina sea más silenciosa, para descanso propio y de sus vecinos. Así lo considera Antonio García, motivo por el que este mismo año ha publicado una serie de seis cuentos para enseñar a los niños a no hacer tanto ruido, obra que llega avalada por el sello del Ministerio de Medio Ambiente, que se ha encargado de su publicación.

Un sonido misterioso en Navidad, Mi casa, mi castillo, Habla por sí solo, ¡Con qué poquito!, Mis oídos son para ti y Un gran proyecto son los nombres de los seis cuentos creados por el Abogado del Ruido, quien se ha encargado de escribir los textos y ha contado con la colaboración de Ana María Esteve para ilustrar las páginas. Las historias que narran están protagonizadas por dos niños, Deci y Belia, que viven una serie de peripecias con la cuestión acústica como telón de fondo.

Los dos menores pasan por una serie de vivencias que son interpretadas desde su visión particular, mostrando la presencia diaria del ruido en las actividades cotidianas y haciendo ver que hay una realidad social que muchas veces no se aprecia y cae en el olvido. El propio García habrá experimentado en primera persona esta sensación en más de una ocasión, con las quejas a la desesperada que llegan a su despacho ilicitano desde diferentes puntos geográficos.

Deci y Belia acaban aprendiendo de sus vivencias, lo que les permite conocer algo más sobre las graves consecuencias que genera el ruido y saber que debe existir una concienciación real y efectiva frente a esta problemática mundial. Esta es la aportación, desde la cultura, que hace el «Abogado del Ruido».