«Doy gracias a que una vecina, cuando fue a acostarse, vio el resplandor del fuego, nos avisó y llamamos a tiempo a los bomberos. Yo no vi nada, ni siquiera olí a quemado, no hacía viento. Eso también nos ha salvado, si hubiera soplado, el fuego habría arrasado la casa». Así contaba ayer por la mañana Paquita García los momentos de «miedo y preocupación» que vivió, junto a su marido, familiares y el resto de la veintena de personas desalojadas por la Policía Local, el virulento incendio que se declaró junto a su granja, en un huerto abandonado de palmeras, de cerca de una hectárea.

Pese a la cercanía de su vivienda, la más próxima a donde se produjo el fuego, no lo vio hasta que una vecina le llamó alertada por el resplandor que vio desde su ventana, a varios metros de distancia. «Todo ardió muy deprisa, al principio temimos que el fuego llegara a nuestra casa y a los animales de la granja. He visto varios incendios de palmeras y por suerte no se extendió. Los bomberos estuvieron cerca de cuatro horas aquí». La espectacularidad de las llamas hizo visible el incendio desde buena parte de Elche, pese a que se inició en la Vereda de Sendres, en la pedanía ilicitana de Daimés. «Le mandé una foto a mi hermana y, alertada por la espectacularidad del fuego, vino de inmediato», cuenta.

Desalojo

La Policía Local la obligó, junto a su marido, a desalojar su casa, por precaución. La acumulación de paja junto a una cuadra con varios caballos y los huertos de olivos y otras plantaciones junto a la vivienda eran la mayor preocupación de los efectivos de emergencias para evitar que se extendieran las llamas. El fuego no llegó a la casa, pero sí afectó a los cultivos que la familia tiene en la granja. «El calor de las llamas ha quemado los olivos, las judías y otros árboles que teníamos», cuenta María García, la hermana de Paquita. La familia mantiene la granja por afición, aunque ya no vive de ella, si bien ayer se afanaron en reparar todos los daños causados por el fuego que «ha derretido hasta las mangueras de goteo», lamentó.

Las llamas mantuvieron en vilo hasta bien entrada la madrugada, cuando por fin pudieron volver a sus casas tras el trabajo de los bomberos. El Consorcio provincial movilizó a 25 personas para frenar las llamas. En un primer momento acudieron hasta siete vehículos de los parques de Elche y de Crevillent, con varias bombas pesadas y vehículos de primera salida. También acudió hasta el lugar el jefe de zona de Elda, que estaba de guardia, para coordinar las tareas.

Por último, y ante la virulencia de las llamas, se movilizó a dos brigadas forestales.Una noche de mucho trabajo, miedo y tensión que los vecinos tratarán ahora de olvidar.

Los vecinos denuncian que han visto cinco siniestros en solo cuatro meses

Los residentes señalan que estos sucesos son una constante en la zona, dicen que no son casuales y temen por su integridad

Los vecinos del entorno donde se produjo el incendio de un huerto de palmeras en la madrugada de ayer en Daimés señalan que no es el primer caso que se producen en los últimos meses. De hecho, aseguran que llevan ya cinco incendios en cuatro meses. Un paseo por la Vereda de Sendres da muestras de ello, pues los restos calcinados son aún visibles.

«Hace años se abandonaron porque no eran rentables, están son cuidar, prende muy rápido, y son un peligro», señala una vecina. Para los residentes «no puede ser casualidad tanto fuego en tan poco tiempo», por lo que piden que se investigue su origen. Además del peligro que suponen y de la pérdida ecológica, la palmera no deja de ser un símbolo de la ciudad, por lo que «da todavía más pena ver cómo arden sin control», señaló otra vecina.

El problema, explican es que «esta vez le hemos visto las orejas al lobo pero puede llegar el momento en el que se ponga de verdad en peligro la integridad de las personas. Hay casas muy cerca, ayer hubo suerte y una vecina lo vio antes de que fuera tarde». señaló una amiga de la familia que acudió ayer a la zona tras el suceso para contemplar lo ocurrido.