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Arenales del Sol aún tiene un 20% de suelo edificable y los vecinos exigen parar la saturación urbanística

Los residentes reclaman servicios que no llegan y temen que la presión del ladrillo eche a perder este enclave turístico junto al Clot de Galvany

Vista aérea de la concentración de viviendas en Arenales del Sol. Al fondo, Gran Alacant. M. B. S.

Los vecinos de Arenales del Sol consideran que este enclave turístico, delimitado por la playa, el Fondet de la Senieta, el Clot de Galvany, las dunas y las pinadas ha llegado ya a su límite, o incluso se ha rebasado, en cuanto a la presión urbanística se refiere. Según fuentes del Ayuntamiento de Elche, Arenales aún tendría un 20% de suelo edificable, algo que preocupa a los residentes.

La reactivación en los últimos tres años de la construcción de nuevas urbanizaciones ha vuelto a despertar la preocupación de los actuales residentes por el hecho de que el ladrillo y la masificación terminen por acabar definitivamente con el ambiente tranquilo, salvo en julio y agosto, y la sensación de naturaleza que casi empieza a dejar de respirarse aquí. Durante el verano se ha vuelto a constatar la locura de coches y de visitantes, todo ello pese a que el covid ha frenado las estancias y las asistencias este año a Arenales del Sol.

Desde la asociación vecinal, su presidente, Fernando Cano, lleva años lamentando que el rodillo del ladrillo haya vuelto a este espacio que en los años 60, cuando se inauguró el hotel (otro gran problema de Arenales y de Elche), prácticamente era un paraíso y que con el paso de las décadas el sistema dunar fue desapareciendo poco a poco en favor de las construcciones.

Aunque la ley de costas desde hace años impide construir relativamente cerca del litoral, lo cierto es que esto no hay evitado que se aprovechen las parcelas interiores que quedaban por utilizar.

Así por ejemplo, en la avenida Bahía se han levantado varias decenas de pisos gracias a dos nuevas promociones, mientras que un solar que hace unos meses era un descampado, ha visto como este verano las primeras luces se encendían en esta promoción.

«Aquí cada vez hay más construcción, nos comen el terreno y hay menos verde», apunta Cano, quien entiende que Arenales ahora sí que ya ha tocado techo en cuanto a edificación.

Por su parte, el exalcalde pedáneo y el impulsor de una nueva plataforma para reivindicar las necesidades de este enclave turístico, Alejandro Raduán, también lo tiene claro: «Si seguimos sin servicios, preferimos que no se construya».

Raduán, totalmente contrario a que Arenales se sume a El Altet en la iniciativa independentista que desde esta última pedanía empezó a tomar fuerza hace ya varios veranos, matiza que no está en contra de la construcción a priori, «pero que si se construye, que, por ejemplo, haya locales comerciales en los bajos» para que también se cree riqueza y vida, además de, por supuesto, dotar a este enclave de prestaciones.

«Por un lado estoy contento porque fomenta la creación de nuevas altas en el padrón, para que seamos así más vecinos y podamos reclamar servicios», precisa. Pero al tiempo no ignora que Arenales del Sol cuenta, en proporción, con muy pocos censados, puesto que muchas de las viviendas son aquí segundas residencias. Y si no hay censados, no hay votos. Y si no hay ni censados ni votos, no hay inversiones, reflexionan en general vecinos que llevan décadas viviendo aquí.

De hecho, Raduán explica que apenas puede haber unas 2.100 personas censadas, que existe una población flotante de entre 4.000 y 5.000, pero que en verano el número de personas se mutiplica por 15 e incluso por 20, sin que la zona tenga infraestructuras adecuadas.

«Por la expansión hacen falta servicios de los que carecemos. Aquí vive mucha gente censada y no censada», insiste Cano, quien recuerda que en un verano pasado, en la junta general de vecinos, se aprobó casi por unanimidad que Arenales y El Altet deberían formar un municipio propio al entender que el Ayuntamiento no les tiene en consideración.

«Mucha gente está pensando lo de la idea de la segregación, como El Altet», indica el presidente vecinal, quien señala que, aunque fue de un modo informal y con un número relativo de integrantes, en una junta de vecinos de urbanizaciones se mostró este parecer.

El caso es que Arenales apenas cuenta con dos o tres pequeñas tiendas donde comprar comida, también tres o cuatro puestos para el pan, pero ningún supermercado, hotel, colegio o centro social (el Ayuntamiento lo ha asegurado de aquí a no muchos años, pero no está claro debido al covid). Sin embargo, en los últimos años, con la reactivación de la construcción, han florecido las viviendas en la calle Albacete, paseo Algeciras y cerca de San Bartolomé de Tirajana lindando con el Carabassí. Y todavía quedan parcelas entre la calle Bahía y la avenida Costa Blanca, entre otras. Lo que piden los vecinos en definitiva es stop a las viviendas y luz verde a más servicios.

Nueva plataforma en defensa de una de las joyas de Elche

Esta semana acaba de nacer una nueva plataforma para «defender a Arenales», Impulsada por el expedáneo Alejandro García Raduán. Confía en ser recibida por el alcalde de Elche para, entre otras cuestiones, recordarle que hacen falta aparcamientos para los turistas, renovar pasarelas y lavapiés,mejorar las conexiones de transporte público, limpieza, cambio de arbolado, crear un punto limpio para restos de poda y obra o una zona para caravanas.

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