Ilicitanos sospechosos de ser positivos en covid-19 están sometiéndose desde hace días a dos pruebas distintas para la detección del virus, el test PCR y el test rápido Ag de Abbot, que fue presentado hace solo un mes como una solución para obtener resultados en solo 15 minutos desde la obtención de la muestra. Según la información recabada por el periódico, en centros de salud de Elche se están realizando 500 pruebas dobles. Algunas fuentes sanitarias apuntan a que a este ritmo para el martes o miércoles próximo se contará con todos los resultados en Elche y se comprobará si existen discrepancias entre ambos para saber su fiabilidad.

Para realizar las dos pruebas, el sujeto tiene que someterse a dos tomas distintas con el hisopo (el bastoncillo que se introduce en el orificio nasal y en la boca). Uno de ellos seguirá el curso habitual de análisis en el Hospital General Universitario, mientras que del segundo se sabrá al cabo de 15 minutos cuál ha sido el resultado. En cualquier caso, al ciudadano se le informa sólo del PCR, que hasta ahora se ha mostrado como el sistema más fiable.

El test rápido Ag de Abbot se presentó a nivel mundial hace poco más de un mes y comunidades como la madrileña anunciaron en cuestión de días que lo utilizarían para evitar las demoras en conocer los resultados. La Generalitat Valenciana no se ha pronunciado, al menos oficialmente, sobre su posible uso.

El PCR se impuso en plena pandemia como el método más fiable para saber si una persona tenía el virus después de que los test rápidos dieran falsos positivos o negativos, lo que dio lugar a numerosos problemas sanitarios. Algunas fuentes apuntan a que solo «acertaban» en el 30% de los casos. El único problema del PCR era y es que los resultados tardan 24 horas en el mejor de los casos. Este plazo, según ha publicado el diario, se ha llegado a alargar hasta diez días en la provincia, según han denunciado usuarios, por la acumulación de pruebas a realizar o la falta de reactivos. Tener la posibilidad de disponer de un resultado en 15 minutos y que sea fiable daría un salto cualitativo en la lucha contra la enfermedad.

El test rápido se basa en la prueba de antígenos. La empresa asegura que su método incrementa el nivel de acceso a las pruebas debido a su diseño sencillo: el aparataje es muy portátil, es fácil de usar, sus resultados se obtienen rápidamente y pueden utilizarse en lugares donde no se dispone de instrumentos de laboratorio. Lo importante, dice el laboratorio que lo ha patentado, es que son pruebas con elevados índices de sensibilidad y especificidad.

La sensibilidad caracteriza la capacidad de la prueba para detectar la enfermedad, es decir, es el parámetro que realmente tiene que ser alto. La especificidad en cambio mide la proporción de sanos correctamente identificados. En el caso de estos test la sensibilidad es del 93,3% y la especificidad del 99,4% en personas que se sospechaba que estaban expuestas al COVID-19 o que tenían síntomas en los últimos siete días. La Generalitat quiere ahora comprobar si estos porcentajes son así.