El Centro de Día de Jubalcoy comparte espacio con la residencia del mismo nombre. O compartía. Sus usuarios llevan sin poder acceder a las instalaciones desde el pasado mes de abril, ya que al compartir zonas comunes el protocolo sanitario les impide estar cerca de los mayores que habitan en este lugar. Son cerca de 40 afectados, según un vocal de la asociación de padres. La Conselleria les ha prometido que les rehabilitará la antigua escuela infantil de Els Garrofers, pero los trabajos no se han iniciado.

La única solución la han encontrado en el Ayuntamiento de Elche, que les ha cedido, hasta que puedan instalarse en esa nueva ubicación, un espacio multiusos en Carrús, junto a la OMAC de la plaza Francesc Cantó. Una solución que desde el AMPA califican como un parche, ya que los usuarios van tan solo de 9.30 a 13 horas, y no funciona como el Centro de Día que tenían hasta ahora, donde los usuarios pasaban la jornada.

Además, debido a la menor capacidad del espacio, se han tenido que crear dos grupos de trece personas, que acuden en días alternos para no tener contacto entre ellos y reducir el riesgo de contagios. Una cifra que deja fuera a parte de los 40 usuarios del Centro de Día.

Familia

Esta situación también pasa factura a las familias, pues se trata de personas con discapacidad física y psíquica con un alto grado de dependencia, por lo que hay casos en los que los progenitores, de avanzada edad, no pueden hacerse cargo de ellos. Tampoco faltan los que su trabajo les impide dedicarles una atención continuada durante las 24 horas del día.

Pero, lo más importante es que estos usuarios se han quedado sin las múltiples actividades que realizaban cada día, y que les ayudaba a mantenerse activos y a realizar un respiro necesario por su situación de discapacidad. Desde la AMPA trasladaron que hay casos en los que en «encierro pasa factura y hace la convivencia en casa imposible, con gritos o golpes provocada por esa ansiedad de las personas con este tipo de capacidades especiales.

Así, reclaman a la Conselleria de Bienestar Social una mayor celeridad en el reacondicionamiento de este espacio, que lleva cerrado más de un año tras el traslado del aulario de infantil a las nuevas instalaciones del colegio de Matola, por lo que necesita un lavado de cara.