«Antes éramos cosecheros y artesanos. Ahora nos hemos convertido también en comerciales para vender una palma que antes se vendía sola». Con esta frase un trabajador del sector resume la difícil situación a la que se enfrenta el gremio con otro Domingo de Ramos sin procesiones a causa de la pandemia. Este año, tras la ruina del pasado, a lo único que se pueden encomendar este gremio es a los pedidos para las parroquias, que sí celebrarán las misas con aforo reducido, para decorar los balcones y para los que salgan a la calle ese día, ya que en esta ocasión no se espera un confinamiento domiciliario. Es lo poco que les está salvando.

A un mes de la festividad, iglesias de todo el país están haciendo ya sus encargos para decorar de manera simbólica, al igual que las cofradías que llegaban a pedir 300 o 400 palmas y ahora encargan menos de una decena. Hay particulares que también están empezando a hacer llamadas a los artesanos, quienes han tenido que reinventarse y lanzarse a la venta online y telefónica. Para ayudarles, VisitElche ha recogido en un directorio los teléfonos, direcciones y correos electrónicos de una docena de empresas que elaboran o distribuyen la palma blanca.

En sus talleres repartidos por todo Elche, las familias de artesanos han empezado ya a trabajar en los pocos encargos que les van llegando y en tratar de recuperar algunas de las miles de palmas que se quedaron sin ver la luz en 2020, guardadas en cámaras frigoríficas especiales que han abocado a muchos a pedir préstamos al banco para poder pagarlas.

La mayoría de los pedidos que están recibiendo son palmas lisas, las que creen que sí podrán aprovechar del pasado año, ya que su conservación en cámaras es mucho más fácil que los ramos trabajados, auténticas joyas artesanales que tienen que procesarse y cortarse y pierden el oxígeno necesario para que puedan aguantar doce meses.

Los artesanos de la palma se encomiendan a sobrevivir con pedidos para misas y balcones

«Hacemos el sacrificio de intentar mantener la tradición viva porque lo que pensamos que venderemos este año puede ser un 10% en comparación con los años previos a la pandemia», señala Paqui Serrano, de la familia Serrano-Valero. Hay quienes son más optimistas y estiman que las ventas serán algo mayores, de un 20% de lo que eran antes del covid y en el mejor caso del 50%, pero de cualquier modo, insuficientes para cubrir gastos, lo que ha hecho que para la campaña de este año tampoco puedan reforzar el personal y la elaboración de los ramos se limite a las familias de artesanos.

«Lo normal era contratar a gente para poder llegar a todos los encargos, ahora estamos mi padre de 80 años, mi madre y yo», cuenta el artesano Antonio Navarro. Él es también de los que piensan que pese a las dificultades que arrastra este sector que trabaja durante meses para solo un día al año, «hay que recordarle a la gente que la tradición de la palma blanca no puede perderse».

En unas circunstancias parecidas está trabajando la familia de artesanos de Moisés Esclapez, quien asegura que están «intentando mantenernos como podamos, porque llevamos toda la vida con esto y nuestra seña de identidad no puede desaparecer».

En su taller les mueve la ilusión de la gente de Elche que ya empiezan a hacerles encargos aunque sea para decorar sus balcones. «Toda piedra hace pared», señala Esclapez. El pasado Domingo de Ramos ya trataron de poner en marcha esta iniciativa, pero finalmente se vio frustrada por la imposibilidad de transportarlas en pleno estado de alarma porque el Real Decreto no consideró las palmas bienes de primera necesidad.

Reclaman ayudas

Ante las complicaciones que atraviesan y la incertidumbre con la que afrontan también 2022 , los artesanos siguen reclamando más ayudas. Son conscientes de que son un sector minoritario en Elche pero, un sector que ha hecho perdurar una tradición única por la que la ciudad consiguió ser Fiesta de Interés Turístico Internacional.

Como asegura Paqui Serrano, «a ver quien es el valiente que empieza a preparar ya las palmas para el próximo año». Lo peor es que muchos, como Jorge García Antón, «no creemos que con lo que ganemos este año podamos aguantar otro. Los gastos son los mismos y los ingresos son muchísimos más bajos. Sin ayudas este año no podremos subsistir», confiesa.

Habrá concurso, pero los mercadillos están en el aire 

El concurso de la palma blanca sí que se celebrará este año y será en el Centro de Congresos. El Ayuntamiento ha apostado por un espacio más grande para celebrar un evento que se vio suspendido el pasado año, aunque todavía tiene que anunciar las condiciones de aforo. Lo que está por decidir es si habrá mercados de venta ambulante de palma blanca. El edil del área, Carles Molina, aseguró que la intención es que se puedan instalar, aunque están a expensas de la evolución de la pandemia. En caso de que se celebre, el espacio será más reducido.