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Vox vaticina el conflicto vecinal que se producirá en Elche en 2022

Plaza del Paseo de Germanías

Si los augurios de Vox y PP se cumplen, Elche podría asistir en los próximos meses, más bien en 2022, cuando está previsto que comiencen las obras, a una polémica creciente sobre la ya confirmada supresión de la cruz de la plaza del Paseo de Germanías. De inmediato a más de uno le puede venir a la cabeza el conflicto con un caso similar que se originó en Callosa de Segura. Vox ya ha dicho que este símbolo prevalecerá y que estará al lado de los vecinos, incluso les instó, desde los micrófonos del pleno, a hacerlo, mientras que el equipo de gobierno tiene claro que la remodelación y modernización de este entorno se va a llevar a cabo no por un capricho, sino por necesidad. PP y Vox aseguran que la mayoría de los vecinos está en contra.

La polémica acaba de surgir tras presentar Vox una moción en el pleno de este lunes, que no ha salido adelante, sobre la defensa de esta cruz. A juicio de la edil Aurora Rodil, los vecinos tienen “enorme preocupación” por la continuidad del “principal símbolo arquitectónico” de la plaza, que también denominó, “cruz de la reconciliación”.

En su contestación, la edil de Compromís Esther Díez señaló que esta tiene que ser “una oportunidad para modernizar la zona desde el punto de vista arquitectónico y también de valores”. A su juicio, esa cruz es un claro homenaje a los caídos de un determinado bando de la Guerra Civil, además de recordar que existe una ley estatal que obligar a retirar elementos ofensivos relativos a la memoria histórica. “Vamos a modernizarla, con fondos de la UE, y rediseñarla con criterios de urbanismo sostenible.

El popular Juan de Dios Navarro, en la misma línea que Vox, defendió la permanencia de la cruz. “Haremos un flaco favor a la historia y a los ilicitanos. Nuestra historia es la que es. Hace diez años vino un abogado de Orihuela a decirnos lo que teníamos que hacer. Modernizar no es eliminar elementos arquitectónicos”, según definió el concejal.

La edil de Urbanismo, Ana Arabid, significó que esta moción de Vox hacía alusión a un aspecto muy concreto de un proyecto global que pretende la transformación integral de un área urbana tras una inversión de 900.000 euros. En concreto se trata de actuar sobre 5.700 metros cuadrados de plaza, donde está el colegio Miguel de Unamuno y que no ha sufrido cambios significativos desde su creación, por lo que “pide a gritos una remodelación integral”, en palabras de Arabid.

Es caso es que el proyecto incluye, además de musealizar el refugio subterráneo de la Guerra Civil que allí se encuentro, utilizar la plaza como soporte para un museo al aire libre sobre los derechos humanos, además de ser sede de recepción de visitantes. “No se trata de arreglar la plaza, se trata de transformarla. No se trata de eliminar un símbolo religioso, y no atentar contra nadie, sino que los ciudadanos disfruten de un espacio público renovado. Hay diversas cruces y este equipo de gobierno no se plantea quitarlas. No se trata de revanchas ni de símbolos. El debate debe ser cómo mejorar un espacio bastante deteriorado”, apuntaba la edil de Urbanismo.

Vox insistía en que esa actuación urbana puede convivir perfectamente con la cruz. “Una cruz no es emblema de ninguna guerra ni de ningún régimen”, dijo Rodil, para concluir: “La cruz prevalecerá”.

Para Esther Díez, Vox quería vestir la cuestión “de debate religioso cuando no lo es. Y sí, somos muy sectarios contra el Franquismo”, en alusión a las acusaciones de sectarismo de Vox a Compromís.

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