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Juan Lorenzo Antón AUTOR DEL LIBRO «ELCHE, CIUDAD DE OASIS».

«El problema del Palmeral es lo costoso que es su mantenimiento para la rentabilidad que ofrece»

Juan Lorenzo Antón muestra el libro «Elche, Ciudad de Oasis» en el corazón del Palmeral. | MATÍAS SEGARRA

La pasión desde niño por las palmeras ha llevado al ilicitano Juan Lorenzo Antón a publicar el libro Elche, ciudad de Oasis, una obra en la que clasifica unos 200 ejemplares con fotografías, comentarios y ubicaciones. Ahora también comparte su experiencia a través de esta entrevista.

¿Cómo surgió la idea de escribir el libro sobre el Palmeral?

Desde niño he tenido pasión por las palmeras. Vivía en el barrio del Carmen, muy cerca de los huertos del Cura y de San Plácido. Iba con mis padres y mis hermanos a jugar. Tenía un tío con muchos conocimientos sobre botánica que me enseñaba los secretos de las palmeras y me metió la pasión en el cuerpo. Luego viví 30 años en Granada por mi trabajo y, cada vez que regresaba a Elche, visitaba huertos. Con la jubilación he visitado más huertos, he ampliado las visitas a las pedanías y he recopilado material hasta publicar el libro.

¿Qué ha aprendido mientras observaba las palmeras?

He conocido mejor lo que tenemos. Incluso para un apasionado desde niño como yo sigue habiendo aspectos que son desconocidos. He aprendido del mantenimiento y he visto defunciones, no solo por el picudo, también por el abandono y la dejadez. Es costoso mantener el Palmeral para la poca rentabilidad que ofrece. Hay lugares que están muy bien cuidados y, otros, no tanto. Lo mejor es que tenemos algo único en el mundo, con grandes monumentos botánicos.

La declaración de Patrimonio de la Humanidad, ¿ha servido de ayuda para una mejor conservación del Palmeral?

Sí, en el sentido de que ha permitido que lleguen más subvenciones desde fuera. Gracias a ello, por ejemplo, se ha podido mejorar el Hort del Monjo, en la zona de Filet de Fora. Pero la extensión del Palmeral es enorme y requiere más mejoras y trabajo. La población debería dar un mayor uso a los huertos, no utilizarlos únicamente para pasear.

¿Hay muchas zonas que requieren mayor conservación?

Hay de todo. Reconocer que hay zonas mal conservadas no descubre nada nuevo. Repito que los altos costes de mantenimiento y la escasa rentabilidad complican la situación. Pese a que han llegado más subvenciones con la declaración como Patrimonio, desde el punto de vista oficial se tienen que conseguir más ayudas. No solo para los huertos urbanos que son propiedad del Ayuntamiento. También para los que son de propietarios particulares en las pedanías. Hay menos de un centenar de personas que se dedican exclusivamente al mantenimiento del Palmeral, lo que lo hace inviable. Hay problemas de poda, de limpia de palmeras, de riego... Estamos hablando de más de dos millones de metros cuadrados.

El Hort de la Cuerna es uno de los que más respeta la tradición y el de San Plácido es de los que mejor se conservan»

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¿Qué zonas del Palmeral recomendaría descubrir?

Es difícil quedarse con una sola zona. En Matola hay palmeras interesantes, como sucede en La Hoya o en Valverde. Depende de lo que uno busque. Hay huertos que son más parecidos a los tradicionales, como el Hort de la Cuerna, que tiene plantaciones de hortalizas y bancales cuadriculados en el centro. Es muy complicado quedarse con un solo lugar de todo el termino municipal de Elche. Uno de los que mejor se conserva es el de San Plácido.

Antes contaba que pasó 30 años en Granada por su trayectoria profesional, ¿el Palmeral se encuentra peor o mejor que antes de su marcha?

En términos generales, está mejor. Soy una persona crítica y sé que el mantenimiento no es fácil. Se puede seguir mejorando, sobre todo con la cantidad de huertos que se podrían habilitar para que la gente los pudiera ver. Hay muchas zonas céntricas que se pueden reconvertir: el Hort del Real, el de Martí Castany, el Parque de Tráfico, el Camino del Pantano, el Hort de Malena...

Hay muchas zonas céntricas que se deberían habilitar para el paseo: el Hort del Real, el de la Malena, el de Martí Castany...»

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¿Cuál es su palmera favorita?

La Palmera Imperial está considerada la reina y para mí el rey es una que está en Valverde, en un huerto privado. Es la más grande que hay, con 23 hijuelos. El más pequeño tendrá dos o tres metros. Es una palmera preciosa y está en un maravilloso estado de conservación. La he bautizado como la Regia de 23 brazos. Otra que se puede destacar está en la carretera de La Marina, en el kilómetro 7. Parece un candelabro judío. Se divide a los siete u ocho metros en dos hijuelos y luego se vuelve a dividir.

Más allá de su libro, durante las tres década que ha pasado fuera, ¿cómo ha visto los cambios que ha vivido Elche?

Cuando me fui no había circunvalación ni al norte ni al sur. En este tiempo también se han construido puentes como los de la Generalitat y el Bimil·lenari. Para una ciudad como esta, que está dividida por el río y las vías del tren, es muy importante tener puentes y pasarelas. El Elche Parque Empresarial y el Polígono de Carrús han aportado mucho desde el punto de vista industrial. Cuando me fui solo teníamos tres institutos y, en este sentido, no se ha parado de crecer, como en el hecho de contar con tres universidades en la actualidad.

Mis palmeras favoritas son una de Valverde, que tiene 23 hijuelos; y un candelabro judío, en la carretera de La Marina»

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Su vida profesional ha estado ligada a la enseñanza universitaria y a la actividad física y deportiva, ¿cómo ha visto el crecimiento de Elche en este campo?

Elche ha mejorado mucho en el campo deportivo. Cuando me marché a Granada no teníamos ningún pabellón cubierto. Se acaba de construir el de Los Palmerales, que ha estado abandonado y sigue igual. Ahora tenemos bastantes pabellones cubiertos, como el Esperanza Lag, el de El Toscar o los de las pedanías. Y también están los de los centros privados, como el de Salesianos. En total habrá unos quince.

Y en cuanto a los equipos, ¿qué aspectos destacaría?

El auge del deporte femenino. En aquella época era muy limitado. No había clubes que promocionaran a las mujeres. Ahora tenemos grandes equipos en fútbol y balonmano, entre otros deportes. También hay cada vez más modalidades, como el fútbol sala o el balonmano playa.

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