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Pimesa prevé derribar en 2022 cuatro edificios de San Antón donde aún viven cien familias

La empresa municipal confía en que 66 vecinos se muden a los nuevos pisos a principios de año - A los otros 37, algunos con dificultades económicas, les buscará una solución para su traslado

Edificios antiguos de San Antón cuyo futuro pasa por el derribo, entremezclados con los nuevos pisos sociales.

San Antón dirá adiós el próximo año a cuatro de sus edificios más degradados. Es el plazo que maneja el Ayuntamiento para derribar los primeros bloques del barrio, que afectará a más pisos, dentro de su plan de regeneración urbana y, para ello, antes tendrá que realojar a más de un centenar de familias (de un total de 283) en las nuevas viviendas sociales que se han construido a lo largo de los últimos años, de las cuales 66 ya están en trámites para trasladarse y el resto, 37, están pendientes de una solución porque la mayoría no se lo puede permitir económicamente.

La empresa municipal Pimesa tiene previsto aprobar en el consejo de administración de noviembre la contratación de los servicios técnicos para preparar el proyecto de derribo. Todo ello con la vista puesta en sacar a licitación las obras de demolición a lo largo del primer trimestre de 2022 para contratar una empresa que se haga cargo de los trabajos, que se espera que se ejecuten a finales del próximo año.

Tirar abajo estos edificios forma parte del compromiso de este programa de renovación urbana del barrio de lo contrario, el Ayuntamiento tendría que devolver las ayudas con las que financia estos inmuebles sociales al Gobierno central y a la Generalitat Valenciana, que permiten que los vecinos de San Antón tengan acceso a casas muy por debajo del precio de mercado. Pagan entre 36.000 y 49.000 euros por un piso con opción de plaza de garaje. Aunque a esas cantidades se les descuenta entre 15.000 y 23.000 euros por su antigua vivienda.

Para llegar a este punto, la empresa municipal confía en que a primeros de año las 66 familias que han solicitado vivienda puedan empezar a mudarse al tercer edificio recientemente acabado de 113 casas. Antes incluso podrían realojarse los vecinos que han solicitado una casa del segundo bloque social que aún tenía 13 sin vender.

No obstante, el mayor desafío lo tiene Pimesa con las otras 37 familias que quedan por trasladar. Entre ellas, hay 18 interesadas en comprar una vivienda social, pero han notificado a Pimesa que tiene problemas económicos. De las 19 restantes, la mercantil municipal ha detectado una decena de residentes de avanzada edad que no había presentado ninguna solicitud o que no estaban localizables.

En este grupo también se encuentran otras tres familias que directamente se oponen a dejar sus antiguas viviendas y a trasladarse a las nuevas.

Dos empresas

Asimismo, se han encontrado con una casa que no tiene ningún titular y dos cuyos dueños son empresas que adquirieron la propiedad y que tendrán derecho a dos viviendas sociales nuevas pero no podrán recibir ninguna subvención.

Para toda esa gente que ha manifestado al Ayuntamiento tener dificultades económicas, Pimesa se ha comprometido a buscar con Servicios Sociales la fórmula para que estos vecinos puedan tener una solución económica que les permita dejar sus casas, muchas de ellas en estado insalubre y con varias estancias apuntaladas.

Asimismo, la mercantil municipal tiene previsto poner en marcha un expediente expropiatorio obligatorio para desalojar antes del derribo a aquellos que se nieguen a salir de sus casas de toda la vida. En paralelo, el barrio asistirá en los próximos meses a la construcción de un cuatro bloque de 54 viviendas que servirá para seguir realojando a vecinos de otros edificios, cuyo futuro también pasa por la demolición.

Un plan de renovación urbana con las mismas casas nuevas que viejas

El proceso de renovación urbana del barrio San Antón ha consistido en construir en tres torres de edificios exactamente el mismo número de viviendas que hay en los cuatro bloques antiguos que se van a derribar. La filosofía de este plan pionero en España en el que se ha involucrado Gobierno, Generalitat y Ayuntamiento, es facilitar a los vecinos del barrio una casa nueva con subvenciones y a un precio muy bajo del mercado porque donde viven están en estado de ruina. Con el cuarto inmueble social comienza una segunda fase de renovación del barrio. La mercantil del Ayuntamiento ya tiene seleccionada a una empresa para acometer los trabajos

El mismo número de viviendas nuevas que viejas

El proceso de renovación urbana del barrio San Antón ha consistido en construir en tres torres de edificios exactamente el mismo número de viviendas que hay en los cuatro bloques antiguos que se van a derribar. La filosofía de este plan pionero en España en el que se ha involucrado Gobierno, Generalitat y Ayuntamiento, es facilitar a los vecinos del barrio una casa nueva con subvenciones y a un precio muy bajo del mercado porque donde viven están en estado de ruina. Con el cuarto inmueble social comienza una segunda fase.

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