El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación destinará más de 42 millones de euros para modernizar los sistemas de regadío al sur de la provincia de Alicante con el fin de que sean sostenibles en la zona de la Margen Izquierda del Segura. Esta inyección permitirá la construcción de la planta de regeneración de aguas salinizadas para incorporar hasta 15 hectómetros cúbicos de agua de El Hondo.
Con esta última inversión saldría finalmente adelante el proyecto de depuradora de aguas salobres de Riegos de Levante que hace un año quedó bloqueado cuando se resolvió el contrato con la mercantil. Al hilo, también se levantarán tres plantas fotovoltaicas para elevar los recursos hídricos.
Este fue el gran paquete que se anunció este jueves en el salón de plenos de Elche y que irá a cargo del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia con fondos europeos. Para materializar la ayuda se firmó un convenio que supera los 42 millones, contando el IVA, entre Francisco Rodríguez Mulero como presidente de Seiasa-empresa pública del Ministerio de Agricultora-y el presidente de la Comunidad General de Riegos de Levante Margen Izquierda del Segura, Javier Berenguer. La delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Gloria Isabel Calero también estuvo presente en la firma y expuso que el Gobierno central ha duplicado la inversión para la Comunidad en 2022 por lo que «hay una apuesta por reutilizar el agua y estamos en un momento de cambios estructurales».
El alcalde de Elche, Carlos González, señaló que este era un día histórico para el Camp d’Elx por los beneficios que traerán estas infraestructuras a los agricultores ilicitanos y Javier Berenguer, desde Riegos de Levanté, dijo que estos nuevos sistemas podrán hacer que se llegue a precios razonables del agua para asegurar el trabajo de los agricultores.
Estas obras de modernización de regadíos afectarán a 23.000 hectáreas y beneficiarán a 18.200 regantes de Elche, Alicante, El Campello, Crevillent, Mutxamel, Orihuela, Sant Joan y Santa Pola.
Los ponentes explicaron que la clave será mejorar la eficiencia hídrica al permitir la utilización de aguas regeneradas para el riego; y energética, al habilitar instalaciones solares fotovoltaicas de autoconsumo que ahorren costes a los regantes y que reduzcan las emisiones de dióxido de carbono.
Habrá cuatro líneas de actuación. Así las cosas, la puesta en marcha de la planta de tratamiento regeneradora del agua, procedente del río Segura y de los azarbes, permitirá mejorar la calidad del agua empleada en el riego.
Para reducir la dependencia energética se construirá una instalación solar fotovoltaica de autoconsumo que abastezca a la planta y a las estaciones elevadoras de la comunidad general de regantes.
Por otra parte se ha planificado la regulación y la integración de las aguas regeneradas procedentes de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) en el sistema hidráulico de la comunidad general, para lo que se instalará un sistema de conducciones de tuberías a presión.
De igual forma, se mejorará la gestión del riego a través de sistemas de telecontrol y telemando que van a permitir la digitalización y gestión telemática del riego, según explicó Rodríguez Mulero, que al frente de Seiasa destacó que esta aportación en primera fase representa un 10% del total que se ha repartido en todo el terreno nacional por lo que supone «el convenio con más esfuerzo en materia de regadío del paquete de recuperación»
El Gobierno asumirá hasta un 80% del total de las obras mientras que las comunidades de regantes y usuarios objeto de la actuación aportarán el resto.
Agua directa hasta un embalse de 200.000 metros cúbicos en Torrellano
Una de las actuaciones que se prevén con este paquete de mejoras de los sistemas de regadío es la reutilización de aguas no convencionales donde está previsto invertir 7,5 millones de euros para dotar de infraestructuras que lo permitan. Para ello se contempla la conexión de los azarbes del Rincón de León y de Crevillent con un embalse de 200.000 metros cúbicos en Torrellano.
La segunda pata vendrá con la regeneración de agua a través de la planta de Riegos de Levante y se ha calculado que el coste sea de 16,5 millones, por lo que supone cerca de la mitad de toda la inversión prevista en esta primera fase.
De igual forma, la instalación de energías renovables con las plantas solares costarían 7, 9 millones mientras que dar el paso a las nuevas tecnologías para la telegestión tendría un coste de 5,7 millones. Esta es solo la estimación que la propia Seiasa hacía sobre los cuatro bloques pendientes de ejecución.
En cuanto a plazos, desde esta empresa pública apuntaron que 2022 será un año clave para que se puedan expedir todos los permisos y autorizaciones ambientales para poder sacar a licitación las obras. Esperan, sin embargo, que para el segundo semestre de 2022 pueda comenzar la ejecución de las plantas fotovoltaicas y que en 2023 funcionen, aunque todo dependerá de que se cumplan los plazos administrativos.
Javier Berenguer, presidente de Riegos de Levante en la Margen Izquierda del Segura emplazó este jueves a representantes de las Confederaciones Hidrográficas del Júcar y el Segura a trabajar juntos, al igual que pidió el apoyo de las administraciones locales y al secretario autonómico de Agricultura, que también acudió al encuentro.
