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La necesidad de una terapia hormonal para la menopausia

Sociedades científicas, entre ellas el Hospital del Vinalalopó, piden que se recuperen los tratamientos que se han dejado de administrar

Efe

Una veintena de sociedades médicas y científicas de toda España han reivindicado la importancia de recuperar las terapias hormonales para pacientes menores de 60 años durante la menopausia, unos tratamientos dirigidos a aliviar sus síntomas y a prevenir otros problemas, como pueden ser el cáncer o el deterioro cognitivo. Entre los firmantes de esta petición se encuentra el Hospital del Vinalopó de Elche, a través de su participación en la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia.

Estas terapias se dejaron de usar hace prácticamente dos décadas, al señalar un estudio que suponían mayor riesgo de contraer cáncer. Los ginecólogos españoles creen que ahora ha llegado el momento de desterrar “ideas erróneas” y de reivindicar los beneficios que aporta el tratamiento hormonal. “Un millón y medio de mujeres españolas tienen peor vida en la actualidad por no usarlas”, sostienen los expertos. Entre los defensores de estas tesis se encuentra la jefa del servicio de Hematología y Hemoterapia del Vinalopó, Amparo Santamaría. “Hemos detectado que en estos momentos solo se aplica el tratamiento hormonal que actúa contra los problemas de la menopausia al 5% de las mujeres”, sostiene.

“En la medicina, desde la perspectiva de género, se silencia a la mujer. Está demostrado que vamos menos al médico. Cuando tenemos síntomas de infarto, se nos estudia como un ataque de ansiedad, como si fuéramos unas histéricas. Las cefaleas y los dolores de cabeza también tendrían que tener el tratamiento de un ictus”, lamenta.

Tema tabú

Santamaría cree que la menopausia sigue siendo un tema tabú, tanto a nivel médico como social, y que muchos de los problemas que ocasiona, como dolores abdominales o enrojecimientos no son tratados como se debería. Esto ocasiona una notable pérdida de la calidad de vida de las mujeres y aumenta los riesgos de sufrir problemas cardiológicos y otras patologías. Este es uno de los motivos que ha llevado a unirse a más de una veintena de sociedad científicas españolas para publicar un informe en el que se solicita a los médicos que vuelvan a aplicar los tratamientos hormonales.

La doctora del Hospital del Vinalopó de Elche Amparo Santamaría.

En el servicio del Vinalopó que encabeza Santamaría algunos de los problemas a los que tienen que hacer frente derivados de la menopausia son las trombosis o la trombofilia previa. “Se habla mucho de brecha salarial o conciliación pero este problema no se trata y a las mujeres nos silencian. Cuando nos quejamos dicen que somos unas menopáusicas. Los profesionales médicos se tienen que sentir seguros para aplicar estos tratamientos hormonales”, añade la doctora, que también incluye entre los efectos secundarios de la menopausia el insomnio y los problemas arteriales y de osteoporosis.

Perspectiva de género

La profesional del Vinalopó considera que, desde la perspectiva de género, todavía quedan muchas situaciones que mejorar en el ámbito sanitario. “Sucede con la regla, que acarrea mucha patología asociada y cuyos dolores se dice que ya se nos pasarán. En general, existe mucha desigualdad a la hora de tratar a las mujeres. No tenemos los mismos derechos”, indica Santamaría antes de concluir señalando que cuestiones como la sudoración excesiva o la falta de descanso, y su consiguiente merma de la capacidad laboral, que generan la menopausia se podrían corregir con los tratamientos hormonales.

El planteamiento que han realizado las sociedades científicas españolas, mediante el informe que han publicado, se apoya en una especie de “semáforo” con el que se mide la idoneidad de la terapia para cada mujer, a partir de una serie de criterios como las patologías de base ya existentes. De este modo, sostienen, el tratamiento se podría administrar sin miedo, ya que los beneficios son muchos mayores que los riesgos.

Los científicos sostienen que las mujeres que reciban estos tratamientos sentirán un alivio inmediato de los síntomas de la menopausia, entre los que también se encuentran los sofocos, los bajos estados de ánimo o la alteración de la vida sexual. Por último, atribuyen el fuerte descenso de su uso a la fobia a la utilización de las hormonas.

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