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Un catálogo del Consell pide retirar la Cruz de los Caídos y los nombres de 123 calles franquistas de Carrús

La Generalitat Valenciana respalda el plan del equipo de gobierno para eliminar el monumento del Paseo de Germanías por ser contrario a la memoria democrática y por homenajear al bando nacional

La Cruz del Paseo de Germanías que se levantó en homenaje a los caídos y se inauguró en 1944. | AXEL ÁLVAREZ

La Cruz del Paseo de Germanías que el equipo de gobierno está dispuesto a retirar bajo el argumento de que es una herencia del franquismo, frente a los que defienden su conservación por su valor histórico y arquitectónico, ha sido señalada por la Generalitat Valenciana como un monumento que debe ser eliminado. El Catálogo de Vestigios de la Guerra Civil y la Dictadura, elaborado por la Conselleria de Participación, Transparencia y Calidad Democrática incluyó la «Cruz de los Caídos» como elemento a retirar por ser un homenaje al bando nacional.

Este documento, que recopila 327 vestigios franquistas de toda la provincia, también dice que tienen que ser eliminados del barrio de Carrús los nombres de 123 calles a los caídos en la Guerra Civil del bando nacional, así como la placa conmemorativa de las viviendas del grupo San Agatángelo con el yugo, las flechas y CNS. Lo mismo pide con las placas de Viviendas de Protección Oficial del Instituto Nacional de la Vivienda con el yugo y las flechas de las calles Castro y General Cosidó.

La administración autonómica incorporó a su catálogo estos símbolos del pasado tras solicitar información a todos los ayuntamientos y consideró después que los casos que conserva Elche deben ser suprimidos por ser contrarios a la memoria democrática. El censo fue presentado en septiembre y entonces la Conselleria dio cuatro meses de plazo a los ayuntamientos para eliminar estos vestigios de la Guerra Civil o de la dictadura «porque son una ofensa a las víctimas y representan una agresión a los valores de convivencia democrática», dijo la consellera de Unidas Podemos, Rosa Pérez Garrijo.

En el caso de la cruz que es lo que más polémica está generando por la disposición municipal a retirarla ésta fue inaugurada en 1944 en homenaje a los caídos de la Guerra Civil y exaltando el recuerdo de los que «sufrieron martirio y muerte por España y por la religión», tal y como las crónicas de la época recogieron en su día.

Sin embargo, no opinan lo mismo ni la plataforma vecinal «Defiende la Cruz» ni la oposición que sigue con su lucha para evitar que el controvertido monumento salga de una de las plazas más antiguas de la ciudad, en el barrio de El Pla, entre finales de año y principios de 2023. La polvareda que sigue levantando el plan de PSOE y Compromís se ha saldado con una nueva protesta convocada para el 23 de abril, a las 12 horas.

Los tres partidos de la oposición , PP, Vox y Ciudadanos, han defendido que la cruz es perfectamente compatible mantenerla con la reforma de una plaza, que ven innecesaria y la tachan de «excusa» para perpetrar sus planes y para tapar su «nefasta gestión». Y también han descartado que exista ninguna demanda vecinal para retirar el monumento que desde hace décadas carece de simbología de la dictadura y que consideran que es un «símbolo de la reconciliación, del perdón y de la unión». Han coincidido en que la ciudad tiene otros problemas más prioritarios que éste.

Por el contrario, en el seno del equipo de gobierno y otros sectores de la sociedad creen que esta cruz tiende a blanquear el franquismo y que debe ser eliminada aprovechando la remodelación de la plaza. El alcalde, Carlos González, ha manifestado en reiteradas ocasiones que «este símbolo conlleva a la confrontación y exalta la victoria de una parte de la sociedad española sobre la otra».

Este viernes, el portavoz del equipo de gobierno, Héctor Díez, también defendió la postura municipal de retirar la construcción por «ser ser un monumento franquista constatado en el archivo municipal» y descartó que su objetivo sea ir quitando cruces de Elche.

Un millón para reformar la plaza y abrir el refugio

El Paseo de Germanías, donde eliminarán la cruz, será reformado entre finales de este año y principios del que viene, para modernizar la plaza y abrir al público el refugio de la Guerra Civil que se conserva en el subsuelo. La remodelación costará un millón de euros y el nuevo espacio se convertirá en un museo de los Derechos Humanos, ganará jardines, contará con caminales, con una nueva zona de juegos infantiles que casi triplicará su superficie y con una escultura «vanguardista y con una temática inspirada en los Derechos Humanos que represente a todos».

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