El 28 de octubre las Cortes Valencianas aprobaban la reivindicada ley del Palmeral, cuyas bases fueron redactadas por el Ayuntamiento con la participación de técnicos y asociaciones. Ocurría 35 años después de la primera normativa que tuvo la ciudad para regular uno de sus bienes más preciados. Los colectivos defensores del Patrimonio de la Humanidad aseguraron aquel día que la nueva legislación iba a suponer un «antes y un después» y el equipo de gobierno lo calificó de hito histórico para garantizar la supervivencia de los huertos de palmeras. Ahora, a punto de cumplirse el primer aniversario de la aprobación del documento ni siquiera se han podido activar los máximos órganos de representación encargados de la tutela y vigilancia de la joya ilicitana: la junta gestora y el Patronato. Junto a ello, sigue habiendo importantes asignaturas por resolver en la gestión del Palmeral.

¿De qué ha servido la ley en su primer año? Es una de las preguntas que este lunes lanzó el colectivo Volem Palmerar, que no ocultó en un duro comunicado su «decepción» con el Ayuntamiento y con la Conselleria de Cultura, dos administraciones directamente implicadas con la puesta en marcha de la normativa, a las que la asociación acusó de «despreciar» el Palmeral.

Para activar ambos organismos (tendrían que haberse constituido a los tres meses de la entrada en vigor de la ley) el gobierno valenciano necesita los nombres de los representantes que formarán parte de los mismos. Un listado que tiene que ser totalmente paritario y que tiene que enviar el Ayuntamiento. El último plazo que dio el alcalde, Carlos González, fue el pasado mes de septiembre para poder desbloquear ese trámite, sin que haya anunciado ningún avance al respecto.

La dificultad para encontrar a mujeres al frente de las asociaciones cívicas y relacionadas con el Palmeral ha sido uno de los principales obstáculos para cerrar la lista, según fuentes municipales.

«Es increíble que, en un Ayuntamiento PSOE-Compromís y en una Conselleria Compromís-PSOE, sean tan incompetentes o tan despreocupados un año después, para poner en marcha el patronato que debe gestionarlo. ¿No se dan cuenta del pésimo ejemplo de respeto a la ley y de preocupación por el Palmeral que están demostrando?», reprochó Volem Palmerar.

El alcalde Carlos González aseguró tras las críticas estar configurando los órganos de la Ley, defendió que la normativa está en vigor y que" despliega todos sus efectos con plenitud". También puntualizó que está prorrogada "la vigencia de los órganos que emanaban de la anterior norma" y confíó en que "pronto se pueda culminar el proceso de nombramiento".

Decadencia

Más allá de este retraso, el estado actual de los huertos también está siendo motivo de críticas tanto de colectivos, como de particulares. El último ejemplo: el del huerto histórico de Tomballops, en la ladera del río. Volem Palmerar ha apuntado directamente a la «dejadez y decadencia» de los huertos. El colectivo proteccionista enumeró otras de las carencias que sigue sufriendo el Palmeral ilicitano pese a contar con una nueva legislación pensada para velar por su supervivencia. La merma de la plantilla municipal de palmereros, el abandono del patrimonio hidráulico e histórico ligado al Palmeral, la ausencia del Plan Especial... son algunos de los ejemplos.

También lamentó Volem Palmerar que el ejecutivo local no haya remitido a la Conselleria las cifras de lo que cuesta mantener el Palmeral, ya que la Generalitat está obligada a financiar la mitad de los gastos por ley. Igualmente, reiteró su rechazo al proyecto de transformar el malogrado Hort del Gat en un Casal Fester para asociaciones de fiestas, en lugar de dedicarlo a difundir los valores del paisaje ilicitano.

Las novedades

Una de las novedades de la norma aprobada en octubre del año pasado es que los máximos órganos de representación del Palmeral tendrían más participación. Con ello, el nuevo patronato (obligado a reunirse una vez al año) deberá de contar con hasta siete vocalías ocupadas por personas representantes de las asociaciones de cultivadores, palmereros, productores de dátiles, artesanos de palma blanca, entidades de riego históricas y otras entidades cívicas, ecologistas o culturales vinculadas al Palmeral. La presidencia del patronato, como ha ocurrido hasta ahora, recae en el conseller o consellera de Cultura; la vicepresidencia la ostenta el alcalde de Elche.

Por otro lado, entre los cambios claves de la nueva ley destaca la implicación de la Generalitat en la conservación y mantenimiento del Palmeral (obligada a financiar el 50% de los gastos), la declaración como Bien de Interés Cultural del oficio de palmerero. Asimismo, garantiza que los huertos queden exentos de nuevas construcciones en el futuro.