Las altas temperaturas con las que arrancó el otoño han afectado también al ciclo habitual de emigraciones de aves y un claro ejemplo es el que se ha detectado en el parque natural de El Hondo, donde se han llegado a registrar más de 26.000 aves a lo largo del mes de septiembre, el último del que se tienen datos, cuando en el arranque de estación de 2021 fueron 6.479 las especies detectadas, y 3.773 en 2020.
Estos datos muestran que se ha cuadriplicado el censo porque las aves están retrasando su emigración a África, y esa diferencia notoria en el volumen de ejemplares avistados viene a indicar que el cambio climático está cambiando los ciclos, y en particular este año por las temperaturas primaverales tal y como explica Vicent Sansano, presidente de la Junta Rectora de El Hondo.
Señala que aunque estamos en otoño, realmente es como si no hubiésemos entrado en esta estación, y eso las aves lo notan, «es atípico porque las temperaturas son elevadas y hay ausencia de importantes precipitaciones». Eso también ha afectado en que haya ciertas aves que hayan venido menos para hibernar como el pato cuchara que seguramente se ha quedado en archipiélagos por Francia o Alemania.
Sansano asegura que el parque este año está viviendo un muy buen año en cuanto a la población de ejemplares, y teniendo en cuenta que podrían jugar en contra algunos factores como el hecho de que se hayan desecado dos de los mayores embalses, como es el de Levante, en verano, y el de Poniente a más del 90% de su capacidad, lo que podría hacer pensar que las aves buscarían otros lugares donde alimentarse.
Desecado de lagunas
Si bien, muchas de las especies se han quedado por el buen tiempo y hay otras que aún no han decidido llegar aún por este factor climatológico. Habría que matizar que este desecado de las lagunas, que se alimentan de agua de riesgo de las comunidades de regantes, se realiza por cuestiones de mantenimiento del ecosistema y para recrear los ciclos naturales de las lagunas mediterráneas, que se secan en verano y se recuperan en otoño.
La última vez que se vaciaron algunos embalses fue en 2019 y ello permite gestionar la vegetación y sirve también para combatir a especies invasoras como las carpas, lo que ha atraído a aves como más de 9.000 gaviotas para alimentarse de los peces en un momento en el que su vida flaquea con la escasez de agua.
Si bien, en septiembre en el embalse de Poniente a pesar de esta casi vacío se contaron más de 2.000 patos coronados y un millar de pato cuchara, ejemplares que están viniendo continuamente. Esta situación adelanta que en pocos días, cuando empiecen a llenarse de nuevo los embalses, lleguen más aves.
Nidificación
Por otra parte, los número en cuanto a nidificación también van en un continuo ascenso a pesar de que el parque se ha tenido que enfrentar a episodios de botulismo por el que muchas aves mueren, aunque con las medidas de la conselleria de Transición Ecológica se pudo poner freno a la enfermedad a tiempo.
La situación se ha controlado de forma efectiva, explican, lo que también ha contribuido a que la temporada de nidificación haya ido muy bien «porque el estado del parque era muy bueno en primavera», lo que está provocando que se instalen aves nidificantes y la campaña de reproducción haya sido un éxito, de la misma forma que se espera que el proceso de hibernación sea también excepcional.
Más reproducción
El parque natural de El Hondo la logrado mejorar los niveles de asentamiento de algunas especies amenazadas como la cerceta pardilla, ya que este año han criado 35 parejas reproductoras, cuando el año pasado sólo fueron 24, y 13 en 2020.
Este dato es muy significativo ya que arroja esperanza a que la especie mejore su población, y además este es el parque natural del país donde más se ha reproducido «porque en toda Andalucía, que es el otro gran reservorio solo criaron 23-24 parejas contando Doñana», apunta Sansano.
De malvasia cabeciblanca se contabilizan 68 parejas reproductoras, cuando un año antes fueron un tercio menos y sólo diez en 2020. Se han detectado también cinco parejas de focha moruna, «que era migrante y ha dejado de migrar», y se cree que la inmensa mayoría que hay localizadas se encuentren en este humedal. Esta especie está en peligro de extinción en la Comunidad Valenciana y en 2020 no se registraron parejas.
Igualmente, y por primera vez en más de tres décadas se han vito parejas reproductoras de porrón pardo, en peligro.
Otras especies en auge
Se ha multiplicado también la población de especies que no están en peligro como el zampullín cuellinegro pasando de una treintena de parejas en 2020 a más de 400 este 2022, o de la garcilla bollera, que han criado 3.500 parejas cuando en 2021 fueron menos de la mitad.
Ecologistas contra la caza nocturna en el humedal
Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA) vuelve a reclamar el fin de la caza nocturna en el Hondo. Tal y como indica el colectivo ecologista, el pasado 31 de marzo caducaron los planes técnicos de ordenación cinegética (PTOC) de los cotos de aves acuáticas de los humedales al sur de la provincia, documentos de carácter quinquenal que regulan la caza en estos espacios naturales.
El colectivo ha presentado alegaciones a los informes para la redacción de los nuevos PTOC de los 14 cotos que actualmente se encuentran en activo en El Hondo y las salinas de Santa Pola, además del existente en la zona húmeda del Hondo de Amorós.
En sus alegaciones AHSA pide el fin de la actividad cinegética «tal y como recomiendan técnicos e investigadores que consideran que ésta facilita que se abatan especies no cinegéticas o protegidas, teniendo un efecto devastador sobre la cerceta pardilla». En cuanto a la desecación, también piden la obligatoriedad del mantenimiento de los niveles de agua durante la temporada reproductora en estas zonas húmedas.