El nuevo colegio Virgen de la Luz de Elche costará casi el doble de lo previsto y tendrá la mitad de espacio

Las familias de este centro especial, que acoge a jóvenes con discapacidad intelectual, llevan más de 15 años esperando la obra para la que aún no hay fecha. El complejo tendrá un diseño muy funcional y moderno aunque pasará de los 16.000 m2 actuales a 8.400

Entorno donde se levantará el nuevo colegio Virgen de la Luz, junto al barranco de San Antón

Entorno donde se levantará el nuevo colegio Virgen de la Luz, junto al barranco de San Antón / Matías Segarra

El nuevo colegio de educación especial Virgen de la Luz que está previsto construir en Elche costará prácticamente el doble de lo inicialmente previsto y ocupará aproximadamente la mitad del espacio en comparación con el actual centro.

En 2018 el pleno municipal de Elche aprobó pedir al Consell un aplazamiento de las anualidades del Plan Edificant en Elche, entre ellas las correspondientes a este colegio, al constar que no iba a ser posible empezar a ejecutarlo ese año 2018.

Así que se produjo un reajuste de anualidades y, para el colegio Virgen de la Luz, se dejó para 2019 destinar 143.580 euros; para 2020 1,7 millones; y de cara a 2021 2,8 millones. Se suponía que el centro debía estar concluido para ese ejercicio 2021 con un coste final de 4,5 millones de euros. Ahora, está previsto que esté para 2025 tras un desembolso de 7,9 millones

El caso es que aquí ha sobrevenido demora tras demora. Y llegó también la pandemia y luego la invasión en Ucrania, mientras que las familias de los cerca de 75 jóvenes que aquí se encuentran llevan esperando este nuevo edificio desde hace más de 15 años, y para el que todavía no hay fecha de inicio de obra.

No obstante, a principios de esta semana trascendía que la Conselleria de Educación había aceptado la modificación de la delegación de competencias en favor del Ayuntamiento de Elche después de haber actualizado finalmente los precios como consecuencia del encarecimiento de los materiales por la invasión rusa. 

La delegación de competencias permite al Ayuntamiento de Elche poder iniciar el proceso para licitar las obras tras tener autorización para incrementar el presupuesto, más que nada para que no se quede desierta la licitación, por el encarecimiento de los materiales, y evitar así que, de nuevo, se retrase aún más el proyecto.

El colegio Virgen de la Luz se encuentra ubicado actualmente en la carretera entre Elche y Crevillent. Allí, 74 alumnos de entre 3 y 21 años con discapacidad intelectual ocupan un recinto de unos 16.000 metros cuadrados, un lugar con amplios espacios y zonas abiertas. Pese a sus generosos espacios, el centro se ha quedado anticuado y requiere desde hace años o una remodelación profunda o un nuevo centro.

Finalmente, tras años de reivindicaciones y promesas, la administración autonómica optó por esta última opción, de manera que los alumnos, cuando se construya, se reubicarán en un moderno y funcional edificio a asentar en la zona del Travalón, en la calle Celia Lozano, junto al colegio Princesa de Asturias, en un terreno de unos 8.400 metros cuadrados, es decir, menos de la mitad que el actual. 

Pese a esta reducción de espacio, esto no va a ser óbice para poder atender debidamente a los jóvenes. De hecho, el centro mantendrá la misma capacidad que el actual y se dotará de lo último en materiales y medios para atender a estos jóvenes.

Además, desde el Ayuntamiento se insiste en que el patio se ha consensuado con la comunidad educativa, la cual también avisó de la necesidad de que autobuses puedan entrar dentro del recinto puesto que algunos alumnos proceden de otras comarcas.

Tras años de espera y de promesas incumplidas -los padres recuerdan con nitidez cómo en la campaña electoral de hace ocho años ya se prometió que este centro, esta vez, se haría realidad en breve-, parece que es imparable que se saquen a licitación las obras.

Eso sí, una vez que se licite y adjudique, la construcción del nuevo centro se prolongará durante unos 24 meses.

"Ilusionados, pero cansados"

«Estamos ilusionados, contentos, pero cansados y decepcionados de tanta demora. Nos hemos sentido abandonados y con poca información por parte de los políticos. Hemos tenido que ir detrás de ellos», señalan desde la asociación de madres y padres de alumnos, cuyos integrantes agregan que no ven «ni el princio ni el fin de la obra».

Las familias, en cualquier caso, valoran que se vaya a construir un centro digno, integrado en la ciudad, donde los alumnos puedan salir y relacionarse con el resto de ciudadanos, poder hacer algo de vida normal y que se les visibilice.

También un padre apunta que el edificio arquitectónicamente es muy interesante, eso sí, con menos zonas de esparcimiento y que, aunque el centro sea más pequeño, «más que el continente nos interesa el contenido», señalando así que tienen la suerte de contar con una gran plantilla de maestos y pedagogos.

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