Los bomberos actúan ya más en rescates que extinguiendo incendios

Los parques de Elche y Crevillent realizan más de 1.600 intervenciones al año, julio el mes que más, y son más eficaces en salvamento al ganar en especialización - Cuatro son las salidas de media diarias y el 2% de las veces por falsa alarma

Un bombero se prepara a primera hora de la mañana de servicio en el parque de bomberos de Elche.  | MATÍAS SEGARRA

Un bombero se prepara a primera hora de la mañana de servicio en el parque de bomberos de Elche. | MATÍAS SEGARRA / j.r.esquinas

J. R. Esquinas

J. R. Esquinas

Los bomberos de la zona operativa del Baix Vinalopó (Elche y Crevillent) ya realizan más salidas por labores de salvamento que para apagar incendios. La curva ha cambiado después de que los efectivos hayan mejorado en los últimos años la especialización para estar presentes en casi cualquier tipo de rescate.

Los efectivos registraron a lo largo del último año más de 1.600 intervenciones, lo que supone una media de 4,5 salidas al día. De todas ellas el 42% eran para apagar fuegos y el 47% de las ocasiones para actuar en salvamento, lo que incluiría desde excarcelaciones de vehículos en accidentes de tráfico hasta rescates a gran altura o en inundaciones; sacar a vecinos de inmuebles en riesgo de derrumbe, o que están atrapados en ascensores o en sus propias viviendas, entre otras actuaciones.

A pesar del porcentaje, hoy por hoy los bomberos dedican 300 horas más en incendios que en salvamento, según el cómputo global, y requieren de unos seis efectivos de media por intervención, casi uno más que en rescates.

Prevención

Las actividades de prevención, donde entraría la sensibilización en colegios o exhibiciones, representan el 8% de las actuaciones mientras que del total de movimientos, sólo en el 2% de los casos se debían a una falsa alarma, porcentaje que va variando por temporadas, según las estadísticas que anualmente elabora el consorcio provincial.

Que los meses de verano sean los estrella para las vacaciones de la inmensa mayoría de la población, y que se produzcan miles de desplazamientos, también afecta a la actividad de los bomberos, además de que las altas temperaturas influyen mucho.

Precisamente este mes, julio, es cuando en más incendios se actúa durante todo el año (el 13% del total), dos puntos por encima de agosto, y al igual ocurre con las tareas de salvamento. Sólo entre ambos meses se hicieron 378 servicios, un 22% del total, lo que se traduce en dos salidas más de media al día que en términos generales de todo el año.

Los sábados es cuando más incendios se apagan y los viernes cuando más se rescata, que sólo en relación al tráfico podría tener sentido con la operación salida. El mediodía y las 17 horas: los momentos de más ajetreo.

El día a día

Pero la labor del bombero no es sólo de puertas para afuera. Muchos seguramente se preguntarán qué hacen cuando no están trabajando en un siniestro. Durante una jornada los efectivos realizan mantenimiento y ciertas revisiones básicas de vehículos, y cada día reciben horas de formación reglada específica de múltiples materias para atender a víctimas. En esos cursos conocen nuevos procedimientos y técnicas para estar continuamente actualizados y minimizar cada vez más los riesgos ante ciertas situaciones.

Bomberos actúan en el incendio de una nave de Carrús

Bomberos actúan en el incendio de una nave de Carrús / ANTONIO AMOROS

Si se produce un accidente en la autovía con varios coches implicados y hay conductores atrapados, los bomberos no sólo tienen que ser rápidos a la hora de reaccionar si no que deben venir con deberes hechos como tener estudiadas las fichas técnicas de los fabricantes de vehículos.

Deben saber qué tipo de depósitos usan y las baterías para controlar si hay riesgo o no de alta tensión cuando se empleen medios como mangueras eléctricas. Este es sólo un ejemplo de esa anticipación que deben estudiar.

Miguel Montero, suboficial del Parque de Elche, señala a INFORMACIÓN que entre este parque y el subparque de Crevillent disponen de 82 bomberos, entre ellos dos suboficiales, seis sargentos, seis cabos y un encargado de mantenimiento.

Faltan efectivos

La histórica aspiración es alcanzar el centenar de efectivos para que Santa Pola tenga un parque auxiliar con medios propios y no sólo un retén entre junio y septiembre, lo que evitaría desplazamientos de más de veinte minutos durante el año. Sostienen que no es sólo una reivindicación si no que en la negociación de la década de los noventa cuando el parque ilicitano pasó a estar gestionado por la Diputación ya se hablaba de un proyecto para la villa marinera, que no ha visto aún la luz.

El hecho de tener ese retén hace que en temporada estival, cuando la zona costera multiplica la población, un cabo y tres bomberos de Elche cubran el litoral hasta las 22 horas, y el servicio se va cubriendo recurriendo a servicios extraordinarios.

Preparativos de uno de los camiones del parque de bomberos de Elche

Preparativos de uno de los camiones del parque de bomberos de Elche / MATIAS SEGARRA

Dotaciones

A pesar de esa necesidad, el cuerpo ha ido mejorando en dotaciones, y se van modernizando instalaciones. «Cuando entré hace 25 años había muchos menos medios y no tanta tecnología, ahora en herramientas y equipación personal hemos ganado mucho y estamos mucho más formados, aunque siempre adolecemos un poco de la mano de obra», resalta Sergio Ibáñez, cabo. Un detalle es que han pasado de recurrir a los mapas de papel a saber llegar a una actuación con tablets incorporadas en los vehículos y aplicaciones por las que están todos coordinados.

Cada vez se abren más las puertas a la formación ya que recientemente jóvenes que cursan grados de técnico en emergencias pueden hacer prácticas en los parques. En estos momentos, además, hay un concurso oposición para cubrir más de 180 plazas en la provincia, aunque sigue existiendo una alta situación de interinidad.

Efectivos de uno de los turnos del parque de Elche durante un almuerzo

Efectivos de uno de los turnos del parque de Elche durante un almuerzo / MATIAS SEGARRA

Plantilla

Por otro lado la plantilla cada vez está más rejuvenecida. La edad media de los bomberos está entre los 35 y los 40 años cuando hace unas décadas estaban más cerca de los 50, un cambio de tendencia que se debe a que el límite de jubilación ahora está en los 60 y no en los 65 para este gremio, indica José Soler, suboficial coordinador del consorcio. Si bien, solo hay una mujer en el cuerpo ilicitano.

Es, también, de los pocos oficios en los que los compañeros se llegan a convertir casi en familia ya que los ven más entre ellos que a sus parejas e hijos. Aún y así, entienden que han mejorado en conciliación. «Me acojo a un decreto de la Generalitat por el que puedo concililiar y tengo dos horas para poder llevar, por ejemplo, a mis hijos al colegios», sostiene Moisés Davia, bombero desde hace 18 años.