SALUD

El Instituto de Neurociencias descubre cómo procesa el cerebro la información que le llega del tacto

El estudio de los investigadores del centro mixto CSIC-UMH, realizado a partir de los bigotes de ratones, llega a la conclusión que ambos hemisferios se comunican para poder procesar los estímulos en una región concreta de la corteza cerebral

Cristina García, Javier Alegre, Ramón Reig, Roberto Montanari, Ismael Navarro, Alicia Alonso y María Sáez, investigadores del IN-CSIC-UMH

Cristina García, Javier Alegre, Ramón Reig, Roberto Montanari, Ismael Navarro, Alicia Alonso y María Sáez, investigadores del IN-CSIC-UMH / Instituto de Neurociencias CSIC UMH

El sentido del tacto es uno de los cinco sentidos y es esencial para percibir y comprender lo que nos rodea, ¿pero cómo llega esta información al cerebro y cómo somos capaces de entenderla? Esta cuestión acaba de ser resulta por los investigadores del laboratorio de Procesamiento Sensoriomotor en Áreas Subcorticales del Instituto de Neurociencias, un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche. Según han dado a conocer este miércoles, han trabajado en un estudio pionero que ha confirmado la conexión entre ambos hemisferios cerebrales, lo que permite la percepción de forma continua sin interrupciones entre ambos lados del cuerpo.

El tacto es fundamental en los humanos. Es el encargado de sentir y detectar estímulos, como presión, temperatura, textura y vibración, a través de la piel. "El cerebro - dice el estudio - tiene una manera muy concreta de procesar la información del sentido del tacto.

Los estímulos que se sienten en el lado izquierdo del cuerpo se procesan en el hemisferio cerebral derecho, y con el lado derecho sucede al contrario.El Instituto de Neurociencias de Alicante ha señalado que esta cuestión ya era es ampliamente conocida, pero hasta ahora no se había descrito en detalle cómo los dos hemisferios comparten esta información. 

Pioneros

El trabajo se ha realizado mediante estudios fisiológicos de los bigotes de los ratones, ya que estos son unos excelentes receptores táctiles que permiten estimular con mucha precisión con la que es posible observar con detalle qué parte del hemisferio responde. Este análisis ha abordado una hipótesis denominada "Midline Fusion Theory", en la que establecía que las áreas del cerebro que codifican la información sensorial próxima a la línea media del cuerpo enviaban gran número de conexiones que cruzaban al otro hemisferio. 

Esta investigación por parte del Instituto de Neurociencias CSIC-UMH se llevó a cabo mediante los bigotes de los ratones

Esta investigación por parte del Instituto de Neurociencias CSIC-UMH se llevó a cabo mediante los bigotes de los ratones / INFORMACION

Gracias a ello han conseguido definir el circuito completo que comunica ambos hemisferios cerebrales: la información percibida ante un estímulo sensorial viaja a través del cuerpo calloso (estructura que se encuentra en lo profundo del cerebro y que conecta los hemisferios cerebrales derecho e izquierdo) y es procesada específicamente en una región muy concreta de la corteza somatosensorial primaria.

Por lo tanto, estos representan un centro sensorial para la comunicación entre hemisferios, en el ratón los barriles de la fila A (estructuras en la corteza somatosensorial que representan la información táctil proveniente de los bigotes del ratón). Además, han comprobado que la información viaja a través de un ‘carril’ concreto. La corteza cerebral que codifica la información táctil del ratón se divide en filas y columnas, y cada una de ellas contiene grupos de neuronas que se denominan barriles. Los investigadores han comprobado que la comunicación entre hemisferios se produce en la fila A.

Un paso más

Los expertos utilizaron un anestésico común (lidocaína) para bloquear la información que pudiera proceder de un lado del hocico del ratón, con el objetivo de comprobar qué sucedía cuando el animal solo se centraba en la información de un lado. Una vez más, comprobaron que la información viaja a través de la fila A conectando ambos hemisferios.

Para validar estos resultados, los investigadores imitaron lo que habían llevado a cabo a nivel sensorial en los bigotes del ratón con técnicas de optogenética. El experimento consistió en estimular directamente con luz la corteza cerebral para observar la respuesta de las neuronas de las filas A y, efectivamente, observaron que la respuesta coincidía y daba lugar al mismo fenómeno que el del ratón.