Entrevista |

La transformación de una tradición centenaria en Crevillent

El escritor J.S. Ripoll diserta sobre la pérdida de la tradicional misa en la ermita crevillentina de San Pascual

Imagen antigua de la ermita de San Pascual en Crevillent el día de la misa

Imagen antigua de la ermita de San Pascual en Crevillent el día de la misa / AGUSTÍN

En las inmediaciones de la provincia de Alicante, el tranquilo pueblo de Crevillent se prepara para conmemorar la festividad de San Pascual Bailón, un evento arraigado en la historia local y que despierta fervor entre jóvenes y mayores por igual. Sin embargo, este año, al igual que los últimos, la celebración adquiere un matiz diferente, uno que deja perplejos a muchos de sus habitantes.

Durante años, la festividad se ha vinculado estrechamente con una tradición venerada: la misa en honor a San Pascual en su ermita, ubicada en una montaña que solía acoger a multitudes de fieles del pueblo. Este ritual, impregnado de significado y emotividad, confería un carácter especial a la ocasión, convirtiéndola en un hito anual en la vida de la comunidad.

Sin embargo, en una sorprendente vuelta de los acontecimientos, la misa ya no se celebra en la apacible ermita de la montaña, sino que ha sido trasladada a una iglesia en el corazón del pueblo. Este cambio repentino ha generado desconcierto entre los lugareños, quienes ven cómo una tradición arraigada se ve alterada por decisiones que, para muchos, carecen de justificación.

Para algunos, este cambio representa un avance, un intento de modernización que busca hacer la festividad más accesible y cómoda para todos. Sin embargo, para otros, supone una pérdida irreparable de una tradición única y auténtica que define la identidad de Crevillent.

La ermita de San Pascual en Crevillent durante una misa celebrada hace décadas

La ermita de San Pascual en Crevillent durante una misa celebrada hace décadas / INFORMACIÓN

El alma de un pueblo

En palabras de los vecinos preocupados, el avance no debe significar la renuncia a las tradiciones que han dado forma a la comunidad a lo largo de los años. Las tradiciones son el alma de cada pueblo español, y preservarlas es fundamental para mantener viva la rica historia y cultura de nuestras tierras.

Es una gran pena ver cómo una parte tan importante de la herencia de Crevillent se desvanece sin que se busque una solución que permita mantener viva esta tradición. En tiempos de cambio y progreso, es esencial recordar que nuestras raíces son parte de lo que nos hace únicos, y abandonarlas es perder una parte de nuestra propia identidad.