Treinta y cinco piezas de adorno personal (una diadema, anillos,brazaletes, colgantes, cuentas de collar, espirales, cintillas) y un pequeño lingote de oro, que alcanzan los 147 gramos de peso componen el Tesorillo del Cabezo Redondo, un conjunto áureo que el 11 de abril celebra el cincuenta aniversario de su hallazgo.

Su onomástica va a servir para dar el pistoletazo de salida a los actos de otro gran hallazgo arqueológico del municipio, el Tesoro de Villena que el 1 de diciembre de 2013 hará cincuenta años que se encontró. En esa fecha Mauro Hernández , catedrático de la Universidad de Alicante, ofrecerá una conferencia sobre el yacimiento del Cabezo Redondo y sus hallazgos.

A su sombra

Eclipsado por la grandeza del Tesoro de Villena, el Tesorillo vive a su sombra contando gran parte de la historia del Poblado del Cabezo Redondo.

Al contrario de su hermano mayor, el "Tesorillo" fue encontrado en el mismo Cabezo. Laura Hernández, directora del Museo Arqueológico de Villena, cuenta que "era también una ocultación en el mismo poblado". A su alrededor quedan algunas incógnitas que se desvelan a medida que las excavaciones, dirigidas por el profesor Mauro Hernández se van sucediendo verano a verano.

La conexión entre el Tesoro de Villena y el Tesorillo es una de las incógnitas de la prehistoria villenense. Sin embargo, comenta Hernández, "cada vez estamos más seguros de su unión entre sí y su vinculación con una sociedad avanzada con diferencias sociales y un fuerte poder económico".