La desocupación de las viviendas en las algunas de zonas residenciales, como por ejemplo en la residencia Coloma en Elda, está provocando el declive de la convivencia entre los pocos residentes puesto que los gastos asociados a la comunidad de vecinos, que ascienden a 300 euros al año, tienen que ser repartidos entre los pocos habitantes. En este sentido, según destacan algunos de los propietarios, las cuotas de la comunidad se limitan a cubrir lo básico ya que aumentar los servicios supone un coste muy alto para los pocos vecinos. En la residencia Coloma tan sólo hay 11 viviendas habitadas de las 26 casas que conforman en conjunto la residencia.