Una exposición itinerante de Ex-libris de los siglos XIX y XX que forman parte de los fondos de la Casa Museo Modernista ha podido verse primero en Novelda, luego en Elche y ahora se ha trasladado a Monóvar gracias a las gestiones llevada a cabo por Pepe Payá, el responsable de los centros de legados de Caja Mediterráneo.

Este mal llamado arte menor ha terminado convirtiéndose, con el paso de los años, en un icono del modernismo para coleccionistas, historiadores y bibliógrafos. De ahí la relevancia histórica y artística de una muestra que lleva por título «La huella de los libros» y que está compuesta por 400 Ex-libris. Una singular colección que permanecerá expuesta en la Casa Museo Azorín de Monóvar hasta el próximo 30 de diciembre y podrá visitarse de lunes a viernes, de 11 a 14 y de 17 a 19 horas, y los sábados sólo en la franja matinal.

La viñeta que actualmente se conoce como Ex-libris es una marca de propiedad de las bibliotecas nacida a partir de la difusión de la imprenta y del grabado xilográfico en la Europa del siglo XV. Desde entonces en las grandes bibliotecas podían encontrarse Ex-libris impresos tipográficamente o bien con grabados, en forma de etiqueta, que se aplicaban en la guarda delantera o en la portada. Las casas nobiliarias solían reproducir su escudo heráldico como distintivo y este tipo de seña de identidad gráfica se mantuvo hasta el XIX convirtiéndose, a partir del segundo tercio del siglo, en una notable manifestación artística que dio lugar a una de las grandes corrientes del coleccionismo artístico. En la exposición de entrada libre que puede verse ahora en Monóvar hay Ex-libris de las bibliotecas de Gabriel Miró, Azorín, Cánovas del Castillo y del Rey Alfonso XIII, entre otras personalidades, así como ilustraciones de geniales creadores del mal llamado arte menor como Alexandre De Riquer y Jose Triadó.