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La uva afronta el final de la campaña con los 20 millones de kilos de la variedad Aledo

Las malas condiciones climatológicas han reducido la producción prevista en un 15% pero la calidad del fruto es óptima

Los municipios productores de la preciada uva de mesa del Vinalopó afrontan la recta final de la campaña con la recolección de la Aledo, la variedad más tardía, la más demandada por los mercados por sus extraordinarias cualidades y la más emblemática por tratarse de la uva que se come, tradicionalmente, durante las doce campanadas de la Nochevieja.

La cosecha de Aledo va a situarse este año en torno a los 20 millones de kilos en el conjunto de las plantaciones situadas en el denominado Valle de las Uvas, del que forman parte los municipios de Aspe, Novelda, Monforte del Cid, La Romana, Hondón de las Nieves y Hondón de los Frailes.

Se trata de un 15% menos de producción de lo inicialmente previsto. Y ello a pesar de que todo apuntaba a que, en 2013, se iba a producir un incremento de entre cuatro y cinco millones de kilos en la variedad con la que a finales de diciembre se cierra tradicionalmente la recolección. Las razones de esta inesperada merma responden, fundamentalmente, a las adversas condiciones climatológicas que se han registrado en el Medio Vinalopó durante el último semestre. El pedrisco caído en junio pasado causó daños de distinta consideración en los viñedos de Aledo y, asimismo, la destructiva combinación de humedades y altas temperaturas, que se sucedieron de forma intermitente durante los meses de agosto y septiembre, propiciaron la aparición de la temida podredumbre que produce el hongo de la Botrytis.

Todo ello ha influido para que una campaña que los agricultores confiaban que fuera «generosa» se haya convertido finalmente en «aceptable». Eso respecto a la producción, porque respecto a la calidad los productores consultados por este diario la han calificado de «muy buena».

Bajada de precios

Otro de los aspectos que preocupa al sector es la bajada de diez céntimos que ha experimentado el fruto una vez recogido en el campo. Por término medio se ha pasado de los 75 céntimos que el comercializador pagaba a los productores en 2012, a los 65 céntimos que está pagando en la actualidad. Una caída de valor que, no obstante, todavía mantiene un pequeño margen de recuperación. Aunque éste dependerá de las fluctuaciones que experimente el mercado en virtud de la mayor o menor demanda de consumo del último mes del año.

Hay excepciones, pero el grueso de la recolección de la variedad Aledo se ha comenzado a realizar en las dos últimas semanas que, según los expertos, es el momento idóneo porque la uva está en plenas condiciones de sabor, aroma, textura y color. Además, en muchas fincas del Vinalopó los racimos se siguen cortando de forma artesanal tras un proceso de selección visual previa que realiza el propio agricultor, tal y como se viene haciendo desde hace más de un siglo en el Valle de las Uvas, siguiendo una costumbre heredada de padres a hijos. Y esta circunstancia encarece la cosecha porque se prescinde, al máximo, del uso de los medios mecánicos en favor de la mano de obra experimentada lo que, a su vez, fomenta la creación de empleo. Por eso este sector sigue siendo uno de los motores de la economía comarcal y ha contribuido a suavizar las embestidas de la crisis en el Medio Vinalopó.

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