Cuatro semanas después de que a José Sarabia (66 años) le implantarán un corazón mecánico (Dispositivo de Asistencia Ventricular) en el Hospital Universitario y Politécnico de la Fe de Valencia, afirmó emocionado que «antes no podía comer, ni podía dormir y ahora hago las dos cosas». Este vecino de Elda es el segundo paciente que lo ha recibido, el primero fue un castellonense de 51 años. Pero, además el de Elda es el primero en asumir esta pionera técnica de forma definitiva.

Sarabia sufría una cardiopatía muy grave y una insuficiencia renal, por lo que no podía recibir un trasplante. Con una condena de muerte sobre su cabeza, el departamento de Cardiología del Hospital General Universitario de Elda se puso en contacto con la Fe de Valencia. Era el candidato perfecto para implantarle el dispositivo de asistencia ventricular (HeartWare), según explicó José Anastasio Montero, director del área de Enfermedades Cardiovasculares en el despacho de la Alcaldía de Elda.

El doctor Montero apuntó que «para este paciente el dispositivo es una garantía de futuro, ya que le va a permitir tener una vida normal, y va a poder ser controlado en su entorno habitual». Eso sí, Sarabia debe preocuparse de estar cerca de una fuente de energía eléctrica para no perder nunca el suministro. El cardiólogo señaló que «puede contectarse, incluso, al mechero de su automóvil».

Un cable, que recorre de forma interna el tórax del paciente y sale al exterior por el abdomen, es la conexión entre el corazón mecánico y su fuente de alimentación, unas baterías recargables que lleva en un cinturón. Cuando llega a casa tiene que conectarlas a la red eléctrica. Este mismo enlace le une a un ordenador que lleva consigo siempre en una mochila y que permite realizar el seguimiento y control del enfermo.

Al mismo tiempo, el dispositivo insertado junto a la arteria, en la parte izquierda del corazón enfermo, genera un flujo sanguíneo continuo, pero sin bombeo, que irriga la sangre por todo el cuerpo. Así el paciente se queda sin pulso.

El jefe de Sección de Cardiología del Hospital de Elda, Francisco González, estuvo presente durante la operación, que duró seis horas. Ahora, los dos hospitales trabajan en contacto para hacer el seguimiento del paciente.

Desde el centro eldense se indica que «para poder llevar a cabo el seguimiento y control del paciente se han realizado dos entrenamientos». Uno, por parte del jefe de Sección de Cardiología del Hospital de Elda, quien se trasladó hasta La Fe para poder conocer cómo funciona el dispositivo, su manejo y particularidades, y otro, por parte de la familia del paciente, para que conocieran su manejo diario.

El doctor Montero aseguró que «este es el futuro de los enfermos de insuficiencia cardíaca» cuando, gracias al descenso de las muertes de jóvenes en la carretera, el número de donaciones de corazón. ha descendido a la mitad.