Catas y cursos exprés para degustar vinos se programan por doquier. La cultura del vino resurgió en el área mediterránea hace unos años y se ha instalado en las nuevas formas de disfrutar de los momentos de ocios.Tapas, tardeos y catas comentadas son los albergues de copas generosas con apenas unos centímetros del líquido blanco o tinto.

Más especializado y singular es que la pasión por el néctar de Baco aboque al noble y antiguo arte de extraer un zumo de la uva con algún grado de alcohol. Y con esta idea, el centro de FP Integrado Valle de Elda vuelve a llenar las aulas de alumnos interesados en combinar las distintas variedades en probetas y recipientes con el objetivo de conseguir el aroma, el sabor y el color soñado.

El curso pasado completaron la primera promoción del grado superior vitivinicultura con 20 alumnos de muy diferentes edades. Ellos, en las primeras semanas del curso, han iniciado sus prácticas en 20 bodegas de Villena, Pinoso, Novelda, Yecla y Jumilla, que colaboran con el proyecto.

El profesor de este ciclo, Antonio Carrión, apunta que «el inicio del curso coincide con las labores del campo desde la vendimia al despalillado». Por ello, una de las primeras actividades es cosechar la uva en una de las parcelas experimentales que les cede la bodega ubicada en Petrer, Bocopa. También trabajan en algunas otras fincas para aprender con los agricultores todo el proceso.

Semanas después, el arte de hacer vino llena de alumnos los laboratorios que con probetas y botellas conjugan las distintas variedades del vino. Con el método de ensayo acierto-error comienzan a distinguir que combinaciones son las más agradables para el paladar. En las clases incluso ponen en práctica la teoría pero deben ser ellos los que desentrañen los secretos del vino de calidad.