La suciedad o falta de limpieza en la ciudad de Elda es una de las mayores demandas de los vecinos. Y a pesar de los esfuerzos de la empresa concesionaria del servicio y el Ayuntamiento por mantener las calles en perfecto estado de revista, este objetivo parece una misión imposible.

No sólo los lugares apartados del casco urbano se convierten en punto negro donde tirar escombros y enseres. También zonas integradas en la ciudad son verdaderos vertederos. Uno de ellos se sitúa en una de las laderas de los jardines del PERI -frente al barrio de la Tafalera-. Colchones, mantas, centenares de botellas y miles de bolsas siembran este talud que se asoma sobre el encauzamiento del río Vinalopó.

Siete meses

La situación viene de lejos. De hecho, ya se realizó una limpieza hace medio año y se retiraron varios de kilos de basura. «Hace unos siete meses se realizó una limpieza intensiva, profunda y extraordinaria en esta zona» comenta, con cierta impotencia, el concejal de Servicios Públicos, Fernando Gómez. Es consciente de que los vecinos de la ciudad piden mayor limpieza pero se encuentra maniatado a la hora de atajar los distintos focos de enseres que aparecen en las calles, que ralentizan y hacen menos eficaz el servicio de limpieza viaria a diario.

Una muestra es el vertedero en el que se ha convertido esta franja del talud de los jardines del PERI. Desde el Ayuntamiento han apuntado en varias ocasiones que luchar contra la falta de civismo no es fácil. El parque se limpió de igual manera en toda su extensión y sin embargo, este punto se diferencia de otros, en la suciedad que ha acumulado en estos meses. Gómez asegura que «se debe a actos incívicos y nos resulta difícil luchar contra ellos». Además, en este punto su limpieza es especialmente complicada, pues los restos de basura se acumulan verticalmente.