El Mercado Central de Elda vive una segunda juventud tras un lento declive que comenzó en 2010. En los años siguientes la ocupación de puestos llegó a descender al 50% en la primera fase y hasta un 60% en la segunda fase del edificio municipal. Pero desde el último trimestre de 2020 el enclave comercial más emblemático de la ciudad ha comenzado a renacer. Y lo ha hecho con una continua recuperación de su actividad y la apertura de nuevos y variados puestos. Ayer mismo abrió la frutería Beneite, que regresa al mercado eldense con un establecimiento que ocupa tres puestos.
La oferta comercial también se ha diversificado. A los productos tradicionales de carne, pescado, fruta o verdura se han unido o lo harán en los próximos días puestos de artesanía, cosmética vegana, decoración y hasta productos esotéricos. Otros comercios, como la carnicería de Alejandro Llorca, ha llevado a cabo una renovación de su establecimiento. En total una decena de puestos han levantado la persiana en un plazo de apenas dos meses. El número de puestos ya alcanza los 90 y hay una cartera de solicitudes de nuevas aperturas en estudio.
Y en este resurgir han jugado un papel fundamental la pandemia y la apuesta del Ayuntamiento por impulsar el comercio local y de proximidad. El alcalde de Elda, Rubén Alfaro, recuerda que «el Mercado Central es fundamental para la actividad comercial de nuestra ciudad. Por su ubicación y por su amplísima oferta, es muy atractivo y cómodo para comprar, no sólo a los vecinos y vecinas de Elda, sino también del resto de la comarca. Yo mismo -subraya- soy un cliente habitual de productos frescos».
Las campañas de promoción municipal junto a la venta online y el reparto a domicilio impulsan la actividad
Durante el confinamiento muchos comerciantes apostaron por la digitalización, el reparto a domicilio y la venta online «y son servicios que han llegado para quedarse», destaca Alfaro.
Desde la concejalía de Comercio y Mercados se ha realizado durante los últimos doce meses una intensa campaña de promoción de los mercados municipales, incluido el de San Francisco, y desde la concejalía de Servicios Públicos Sostenibles también se han llevado a cabo importantes inversiones para mejorar las instalaciones. Entre estas mejoras, con una partida próxima a los 40.000 euros, se encuentran la sustitución del pavimento en diferentes zonas, la reparación de cámaras frigoríficas y del sistema de megafonía, la eliminación de las goteras, la sustitución de placas del techo y la construcción de una pasarela con barandillas en la segunda fase del Mercado Central.
A estas mejoras hay que añadir la inversión que se llevará cabo dentro del Plan Elda Renace para renovar la cubierta del Mercado Central con un presupuesto inicial de 100.000 euros, así como el acondicionamiento de las Oficinas del Mercado.
El número de comercios se aproxima a los 150 y el Ayuntamiento estudia las últimas solicitudes de apertura presentadas
«El Mercado Central es el epicentro comercial de nuestra ciudad y para el Ayuntamiento de Elda es una prioridad no sólo mantenerlo en perfectas condiciones, sino también hacerlo atractivo para los vecinos de Elda y de toda la comarca», apunta Sarah López, concejala de Comercio y Mercados. A su juicio, el reciente traslado del mercadillo de Santa Bárbara hasta la calle Jaime Balmes también ha supuesto un revulsivo importante para los comercios de la zona y para el propio Mercado Central, cuya actividad se ha visto notablemente incrementada los martes y sábados.
La ocupación llegó a descender al 50% a partir de 2010
La instalación de un gran supermercado en los años 90 no tuvo el efecto de «locomotora» esperado
La primera fase del Mercado Central se inauguró en 1983 con una ocupación del 100% de los puestos existentes. En las dos plantas de la primera fase se habilitaron todas las secciones que provenían del antiguo Mercado de Abastos.
El 1 de diciembre de 1984 se inauguró la segunda fase, la ocupación no llegó al 75% del conjunto de los dos edificios una vez distribuidos por secciones. La fruta y verdura quedó instalada en la planta alta de la primera fase y en la segunda fase se ubicaron los puestos de carnes y variados. El pescado se quedó en la primera fase, ocupando el 100% de los puestos destinados a esta actividad. La evolución en los siguientes años fue a la baja en la ocupación, instalándose en los años 90 un gran supermercado en la parte central de la segunda fase a modo de «locomotora» que no logró hacer repuntar la actividad.
A finales de los 90 se realizó una reforma de la parte central de la segunda fase y se trasladó la fruta y verdura de la planta alta de la primera fase a la planta reformada. La ocupación alcanzó entonces el 100% al completarse con la instalación de flores y plantas que, hasta ese instante, estaban en la calle. En la primera fase se iban perdiendo puestos de venta de pescado por lo que la ocupación bajó al 75%. A partir de un periodo de estabilización entre 2000 y 2009, fue bajando la actividad llegando en los siguientes años a descender al 50% de ocupación en la primera fase y al 60% en la segunda fase. Y tras años de decadencia ha sido en 2020 cuando el Mercado Central de Elda comienza a resurgir con fuerza.
