El Paisaje Protegido de la Sierra del Cid y Sierra del Maigmó dispondrá de un Plan Rector de Uso y Gestión que evitará el deterioro de uno de los ecosistemas naturales más importantes de la provincia. Sus cerca de 16.000 hectáreas de terreno forestal lo convierten, además, en el de mayor superficie de la Comunidad Valenciana. Además, cuenta con la masa natural de pino carrasco más extensa de la provincia y con 22 kilómetros continuados de franja arbórea repartida entre los términos municipales de Petrer, Castalla, Tibi, Agost y Sax, municipios enclavados en las comarcas del Alto y Medio Vinalopó, Foia de Castalla y l’Alacantí.
La Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica ha adjudicado el contrato para la elaboración y recopilación de la documentación necesaria previa al proceso de exposición pública y redacción del plan de uso. De hecho, la elaboración de la memoria y el diagnóstico se va a adjudicar en los próximos días a una empresa especializada, haciéndose cargo los técnicos de Medio Ambiente de la parte dispositiva.
La tramitación está, por tanto, iniciada y ahora hay que ir cubriendo etapas. Así se ha indicado a este diario desde la Conselleria, tras aprobarse en el último Consejo de Participación del Paisaje Protegido de la Sierra del Maigmó y Sierra del Cid una medida que supone desbloquear un proceso que debería haberse puesto en marcha once años atrás. Concretamente a partir del 23 de febrero de 2007, fecha en la que la Generalitat Valenciana decidió promulgar un decreto para proteger la flora, fauna, etnología y paisaje de este enclave único. Sin embargo, nada se había hecho desde entonces por desarrollar y aplicar todos los recursos administrativos y normativos que contempla la Administración con el fin de evitar su deterioro y garantizar su protección.
El Paisaje Protegido Cid-Maigmó soporta una gran presión social debido a sus numerosas áreas recreativas, refugios, miradores, senderos, itinerarios de cicloturismo, vías ferrata y zonas de acampada y escalada. Su proximidad con ciudades como Alicante, San Vicente, Elda, Petrer e Ibi lo convierte en un enclave muy frecuentado durante los fines de semana y días festivos de todo el año por aficionados a la montaña, al senderismo, a las carreras a pie, a la caza, al mountain bike y al parapente. De ahí la exigencia que los ecologistas han venido reivindicando durante los últimos años para que se frene su degradación mediante la regulación de su gestión y uso. Un plan que también incluye a los propietarios de los terrenos comprendidos dentro del Paisaje Protegido. Cabe señalar al respecto que el 75% de la superficie del Cid-Maigmó es de carácter privado. Hay muchas fincas agrícolas y algunas de ellas cultivan productos ecológicos. Es necesario, por tanto, adecuar su gestión para impedir usos incompatibles y también para evitar que la presión pública pueda generar conflictos con los propietarios. Un problema que ha aumentado con la pandemia del covid-19 ya que las medidas restrictivas han multiplicado la presencia de visitantes en el enclave natural.
