La Concejalía de Educación de Elda pondrá en marcha el próximo curso un nuevo programa para la detección, prevención e intervención del absentismo escolar en la ciudad. El servicio prestará especial atención a las familias pertenecientes a otras etnias y culturas a fin de garantizar su inclusión social, sobre todo en el ámbito educativo, pero desde una perspectiva más integradora que sancionadora. Durante los seis últimos años el gobierno de Rubén Alfaro ha conseguido, a través de diferentes iniciativas, evitar que el absentismo escolar siga creciendo en Elda. Pero el siguiente paso es tratar de reducirlo. Un objetivo muy complicado de alcanzar, y muy lento en sus resultados, porque enmascara un tipo de comportamiento social muy arraigado en la cultura de algunas comunidades. Cabe recordar que, en el arranque del curso pasado, se contabilizaron 264 casos de absentismo de un total de 8.600 estudiantes matriculados.
Por eso el nuevo programa, que en estos momentos se encuentra en fase de licitación, incluye la puesta en marcha de diversas actividades socio-educativas dirigidas a la prevención y control del absentismo en el alumnado de escolarización obligatoria -de 6 a 16 años- en Educación Primaria y Secundaria y, también de manera preventiva, en Infantil. Entre los objetivos del programa, además de prevenir el absentismo y el abandono escolar, se encuentra el refuerzo de la relación de padres y madres con sus hijos e hijas en el ámbito educativo; anticipar la aparición de actitudes segregacionistas e intolerantes por motivos étnicos, raciales y culturales; motivar a las familias; promover y facilitar alternativas de ocio y tiempo libre así como fomentar la participación en actividades socio-culturales, educativas y deportivas.
También se actuará en coordinación con los centros educativos para la reinserción de alumnado absentista, aumentando la información dirigida a los docentes, facilitando información para realizar la matriculación, ofreciendo un servicio de mediación y buscando una mayor implicación de las familias con los centros educativos. A este respecto el concejal de Educación, Fernando Gómez, ha explicado que «la iniciativa se enmarca en nuestra apuesta por la educación pública y por combatir el absentismo escolar, un problema que en nuestra ciudad se vio agravado durante los peores meses de la pandemia». Para el edil es muy importante «que el foco no sólo se ponga en los alumnos y alumnas, sino especialmente en su entorno familiar. Por eso es fundamental implicar a los padres y madres, dándoles toda la información e incentivando al mismo tiempo los contactos con los docentes».
El nuevo método, que incluye la incorporación de un coordinador y dos educadores sociales, tendrá una duración de dos años y cuenta con un presupuesto de licitación de 41.888 euros al año. El objetivo es que pueda ponerse en marcha al inicio del próximo curso.
Es una acción totalmente novedosa porque, hasta la fecha, el problema se ha intentando atajar únicamente con la mediación de los técnicos de Educación dedicados al absentismo. Pero, a partir de ahora, se podrá intervenir en el problema con más medios, personal cualificado y una perspectiva más amplia de la que también forma parte Bienestar Social. «Es un modelo que propone e impulsa, más allá de la vía sancionadora por no llevar a los niños al centro educativo, la asunción de responsabilidades por parte de las familias y la búsqueda de soluciones. Pero no se centra únicamente en el absentismo, busca mejorar la convivencia ciudadana y eso solo se consigue cuando las personas sienten realmente que forman parte de una comunidad», ha explicado Fernando Gómez adelantando que utilizarán la experiencia vital de antiguos alumnos que, encontrándose en una situación semejante, han superado las dificultades y se han formado como grandes profesionales en diferentes campos.
