Los padres de Cristina Costa Gómez, la joven de 16 años que falleció al lanzarse por el puente de la Libertad de Elda en mayo de 2005, piden a la Justicia que reabra el caso. Tanto Mari Carmen Gómez como Antonio Costa siguen manteniendo, tal y como denunciaron en su día, que su hija sufría acoso escolar y que esa situación fue la que desencadenó su dramático final. Desde el triste suceso han pasado 16 años y cuando transcurran otros cuatro más cualquier actuación penal en torno al asunto habrá prescrito.
«Queremos que se retome la investigación para que se llegue a la verdad», ha indicado la madre instando a los antiguos compañeros de clase de Cristina a colaborar con la Justicia. «Cuando mi niña murió todos eran menores, tenían 16 años, pero ahora tienen 32. Son adultos, han madurado, algunos de ellos incluso tienen hijos e hijas que también van al colegio y, en este momento, sus testimonios podrían ser muy importantes para aclarar lo que hace 16 años no se pudo aclarar», señala Mari Carmen Gómez. También el padre ha hecho un llamamiento para que «todas aquellas personas que no hablaron por miedo, por temor a las consecuencias, o bien porque se vieron sobrepasadas por una situación desgarradora, que lo hagan ahora porque todavía hay margen de tiempo para reabrir el caso». Antonio Costa les pide «que sean valientes, que piensen en Cristina, y que acudan a la Comisaría para prestar declaración y contar todos los episodios de humillación, vejaciones y violencia física y verbal que presenciaron tanto en el colegio como fuera del colegio».
En marzo de 2007, dos años después de que la adolescente se quitara la vida, el caso fue sobreseído y archivado. De la investigación se hizo cargo el fiscal jefe en noviembre de 2005 para tratar de aclarar las circunstancias que rodearon a un trágico suceso, que generó un gran impacto social después de denunciar la familia que había sido objeto de acoso escolar por parte de cuatro compañeras de clase. Sin embargo en marzo de 2007 un auto de la titular del Juzgado de Menores descartó que la muerte de la menor fuera consecuencia de un hostigamiento físico o psicológico producido por las cuatro imputadas, todas ellas alumnas de cuarto curso de ESO. En su resolución, la magistrada de Alicante explicó que «de las numerosas declaraciones practicadas -se tomaron una decena de testimonios- no resulta la situación de acoso que se investiga, hablando los implicados y conocedores de este episodio de numerosos factores, no sólo escolares, sino también psicológicos o familiares».
Los padres de Cristina recurrieron el archivo del expediente. Pero en junio de 2007 el mismo juzgado denegó tal petición argumentando que no se había podido constatar la existencia de causa-efecto entre la agresión sufrida por la víctima en diciembre de 2004 y su suicidio en mayo de 2005. Al agotar esta decisión cualquier otro recurso por la vía judicial, Antonio Costa y Mari Carmen Gómez pidieron amparo al Síndic de Greuges. «Estamos hundidos, destrozados y muy decepcionados con la Justicia porque no se ha querido profundizar en las causas verdaderas de todo esto. Además, de las manifestaciones de todos los testigos se desprende claramente que mi hija sufrió un acoso permanente, aunque también entiendo que es muy difícil vincular el hostigamiento que sufría en el colegio con su muerte», manifestó entonces el padre lamentando que «no se quiera ir más allá» y criticando que «la Fiscalía exima a las imputadas de cualquier castigo argumentando que la presión mediática ya es suficiente pena».
Mari Carmen Gómez también considera que la investigación policial y judicial debería haber sido más exhaustiva. «Hay una pieza que no cuadra. Creo que se quedaron muchos cabos sueltos por comprobar y hubiera sido conveniente tomar declaración a todos los compañeros de Cristina y no solo a unos cuantos» ha indicado por último asegurando que luchará «hasta el último día de los cuatro años que quedan» para que se le haga justicia a su hija.
