La cantera del calzado parte desde Elda

Los jóvenes se forman para aprender la profesión desde cero y luego encuentran trabajo en empresas locales con escasez de mano de obra

La cantera del calzado comienza a andar desde Elda. La profesión de zapatero se remonta a tiempos muy antiguos, hace unos 15.000 años o más, cuando los cavernícolas comenzaron a proteger sus pies amarrando piel de animal con una especie de cordel alrededor de los mismos.

En los últimos años, el oficio ha experimentado un declive debido a la mayor accesibilidad a la educación universitaria y al avance tecnológico. A lo largo de las generaciones, ser zapatero solía ser un oficio transmitido de padres a hijos, pero estas tradiciones se han visto afectadas por los cambios en la sociedad y las oportunidades educativas y laborales disponibles en la actualidad.

El objetivo de la Escuela de Artes y Oficios de Nataliya Venikova, ubicada en Elda es formar trabajadores capacitados para la industria del calzado. Antiguamente, los jóvenes solían ser aprendices, trabajando al lado de aparadoras y cortadores. Sin embargo, esta práctica se ha dejado de lado en los últimos años.

La sustitución de los trabajadores de antaño ha sido complicada, pues estos se jubilaban y los jóvenes no estaban cualificados para afrontar los retos de la profesión. Con la formación que reciben los alumnos en este taller podrán ser zapateros, cortadores, rebajadoras, aparadoras, dobladoras... Además también aprenden a montar un zapato desde cero. «Si no encuentran trabajo en la industria puedan sacar adelante una zapatería por su cuenta. En cuatro meses la persona desarrolla la destreza para poder trabajar en las empresas», asegura Nataliya Venikova, gerente de la empresa Xsenigreye. 

Mercado laboral

La salida laboral tras la realización del curso sostienen que está garantizada, puesto que «tras las prácticas, las empresas ven que son gente con ganas de trabajar y que saben sacar la faena adelante. En los negocios de la zona carecen de mano de obra y se los quedan», confiesa Nataliya.

Los alumnos realizan una enseñanza teórica y práctica a la vez, que se va alternando de semana en semana con el fin de adquirir todos los conocimientos que, la profesora Inna Bychkova, con años de experiencia en el sector les transmite. En la práctica, cada integrante elige las características que quiere que tenga el zapato de señora que va a realizar, esto es, el color, la altura del tacón, la textura...

«Los alumnos pueden hacer tres o cuatro pares de zapatos a lo largo del curso», sostiene Inna. «Vienen con muchas ganas de aprender, lo pillan enseguida. Viene gente joven que quiere formarse, personas que procedentes de otra industria o extranjeros también que quieren hacer su vida en Elda», aclara la profesora.

Uno de los jóvenes, con 21 años, tiene mucha inquietud por el sector del calzado: «Vi la ocasión de aprender el oficio, es algo que siempre me ha llamado la atención. Aprendemos a hacer la suela, cortar la piel... Es un curso bastante completo. Mi intención es trabajar de zapatero cuando termine».

Por su parte, otro, con 27 años, decidió cambiarse de sector productivo: «Empecé a formarme haciendo cursos de diseño de calzado y vi este de fabricación que me sirve para poder comprender el proceso previo. Mi objetivo es trabajar en alguna empresa de diseñadora».

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