Sánchez y Puig enarbolan la sanidad para movilizar a sus bases

Los socialistas enarbolaron ayer la sanidad pública como bandera para la movilización del electorado progresista el próximo 28 de mayo. Sánchez eligió el acto central de campaña en València para anunciar la mayor inversión de la historia del Gobierno de España en atención primaria. Serán 580 millones de euros que el Consejo de Ministros aprobará el próximo martes -ya pactados en un Consejo Interterritorial de Salud en abril- para mejorar las infraestructuras y los equipamientos de los más de 13.000 centros de salud de España.

Sánchez acudió a València a apoyar las opciones de Ximo Puig de lograr un tercer mandato al frente de la Generalitat y de Sandra Gómez de hacerse con la vara de mando en el Ayuntamiento de la capital del Túria. La movilización de las bases se evidenció con la imagen de un Museo de les Ciències lleno -con guerra de cifras entre socialistas y populares-, una activación que los del puño y la rosa quieren trasladar a todo el electorado progresista para que dentro de ocho días acudan a la cita con las urnas.

Para ello, tanto el presidente del Gobierno como el jefe del Consell centraron sus discursos en la defensa de la sanidad pública confrontando su modelo de gestión con el de los «recortes» del PP. «El próximo domingo elegimos entre una sanidad pública o los recortes, entre el derecho a la sanidad o el negocio a la sanidad, y votar al PSOE es votar sanidad pública», dijo Sánchez complementando así el anuncio de minutos antes y tratando de volver a la campaña a los debates en torno a la gestión.

La sanidad es una competencia que recae en las comunidades autónomas, sin embargo, fuentes de La Moncloa destacaron que la inversión que se apruebe demuestra el «compromiso» del Gobierno de España con la sanidad pública y que trata de confrontar con lo que sucede en autonomías gobernadas por el PP. Es una forma, además, de aterrizar la acción gubernamental en la batalla política autonómica.

Así, Sánchez recordó que de las cuatro comunidades que menos dinero destinan por habitante a la sanidad pública, tres están dirigidas por los populares. «Y la que menos», incidió Sánchez, «es Madrid», encabezada por Isabel Díaz Ayuso, némesis de los socialistas. «El voto importa y escogemos si se revierten los recortes o no, si se instalan copagos o no, si se defiende la sanidad pública o no», expresó el líder de los socialistas llamando a la movilización.

Acuerdo con los médicos

En la sanidad también ahondó el president y candidato a la reelección, Ximo Puig, tanto con lo hecho como con lo que podría hacerse en caso de continuar al frente del Gobierno autonómico. La principal reivindicación, y la más aplaudida, fue que en la próxima legislatura se terminarán de desprivatizar «todos los departamentos de salud que el PP privatizó», después de haber firmado hace dos semanas la reversión del Hospital de Manises.

Asimismo, recordó que una de sus primeras medidas al llegar al Consell fue eliminar los copagos instaurados por los populares y que, a diferencia de otras autonomías, en la Comunidad Valenciana, los refuerzos de personal sanitario contratados durante la pandemia se han mantenido cuando esta ha acabado. No fue la única comparación que hizo Puig respecto a otras autonomías, aunque sin citarlas. En este sentido, destacó que en la valenciana se había logrado un pacto con los sindicatos médicos. «No se trata solo de aplaudir, sino de dar derechos», explicó.

Puig, igual que hizo Sandra Gómez, vinculó los recortes en el ámbito social con la corrupción del PP que quedó, dijeron, en el pasado. «No pueden volver y el mejor antídoto es el Partido Socialista», defendió el jefe del Consell. Misma línea que la candidata de los socialistas al Ayuntamiento de València, quien señaló que València y la Comunidad Valenciana habían pasado de ser «la capital del pufo» con Terra Mítica o la Ciudad de la Luz a ser «la capital de los grandes proyectos como Volskwagen, Ford o Hitachi».

Pedro Sánchez, Ximo Puig y Sandra Gómez protagonizaron el acto central de campaña de los socialistas, en el que también estuvo la alcaldable de Alicante, Ana Barceló.

La financiación y el agua se quedan en el tintero en pleno efecto invernadero

Presencia del presidente de la patronal, Salvador Navarro, y críticas al PP por sus palabras sobre ETA

El efecto invernadero es una de las explicaciones para el cambio climático y el aumento de la temperatura global y algo así pasaba ayer en el Museu de les Ciències. La cristalera que adorna los arcos del edificio donde los socialistas celebraron su gran mitin de campaña no solo sirvió para resguardar a los del puño y la rosa de las lluvias previstas que no llegaron, sino también para incrementar la temperatura en el interior.

Quizás de ahí el agradecimiento expreso de Ximo Puig a la presencia no solo de los líderes sindicales de CC OO PV y UGT PV, Ana García e Ismael Sáez, sino del presidente de la patronal CEV, Salvador Navarro, como ejemplo de ese «proyecto de mayoría social» que reivindica Puig en su campaña. Tampoco ayudó la hora de retraso y los 10 minutos que necesitó Sánchez para recorrer el paseíllo de la militancia entre apretones de mano, selfies y besos.

Ya en su discurso, casi una versión exprés por las horas, el líder de los socialistas se dejó en el tintero asuntos de la llamada agenda valenciana, reivindicada por los miembros de su propio partido desde la Generalitat. Ni financiación autonómica ni agua -ni siquiera mención a repartir botellas para sobrellevar el calor del recinto- aparecieron en la intervención del presidente del Gobierno. Horas después, en Twitter, Compromís le exigía los 800 millones por el gasto sanitario de los desplazados y no «regalos», en mención al anuncio de los 580 millones para atención primaria.

Sí que entró en la agenda del otro, en la estatal en este caso, Ximo Puig quien ha buscado en todo momento una campaña lo más autonómica posible. Lo hizo subiendo el tono contra el PP por las declaraciones de sus dirigentes sobre ETA. «Al PP le es igual la convivencia, dicen atrocidades, no se puede entender esa bajeza moral», dijo Ximo Puig antes de sentenciar que el PSPV estará «siempre con todas las víctimas».