Elecciones 23J

Un empresario contrata un catering de lujo para la mesa electoral que preside en Gran Canaria: "Hoy pienso vivir como un rey"

Raúl Castañeda reserva un servicio con camareros para servirle mientras atiende a los votantes en un instituto

Elecciones 23J | Jornada electoral en Mogán.

Elecciones 23J | Jornada electoral en Mogán. / JOSÉ CARLOS GUERRA

R. Torres

Gazpacho de fresa, crema de setas con trufa, tortilla, ensalada de ventresca, ensalada de quinoa, calabaza y flores, croquetas de pollo, buñuelos de bacalao y cochino con puré de papas en su jugo. Con ese menú el empresario Raúl Castañeda, fundador y CEO de Preico Jurídicos, compañía especializada entre otros trabajos en anular los intereses abusivos en las tarjetas revolving, sorprendió este domingo a los compañeros de la mesa electoral Distrito 3 Sección 1 Mesa B, mesa que él mismo presidía en el IES Arguineguín. Como cualquier miembro de una mesa que se lleva un bocadillo o un táper para comer, Castañeda contrató un servicio de catering con cuatro camareros, para sorpresa de los miembros del resto de mesas electorales y de los propios votantes. "Yo siempre vivo con comodidades, ya me he arruinado y he vivido en un almacén y la verdad es que ahora me lo puedo permitir", señala, "como no sé dónde voy a estar mañana, hoy pienso vivir como un rey".

Una mesa cargada de alimentos sorprendió a los electores en el IES Arguineguín.

Una mesa cargada de alimentos sorprendió a los electores en el IES Arguineguín. / JOSÉ CARLOS GUERRA

Desde aproximadamente las 10.30 horas de la mañana, el servicio contratado por el empresario montó una mesa redonda con cestas de fruta y pulguitas en medio del patio interior del colegio electoral, custodiada por un escolta del equipo de seguridad del empresario, una imagen nada habitual en las jornadas electorales que rápidamente atrajo todas las miradas y se convirtió en la comidilla de todos los electores, los miembros del resto de mesas y los apoderados. Hasta que se enteraron de la realidad, algunos votantes incluso llegaron a pensar que se trataba de un servicio ofrecido por el Gobierno.

Oriundo de Cataluña y residente desde hace un año en Arguineguín, es la primera vez que a este empresario le toca en una mesa electoral, encargo que ha recibido de buen agrado hasta el punto de haber interrumpido sus vacaciones en Ibiza para volver a Gran Canaria y cumplir con su mandato. "Yo siempre he querido presidir una mesa y me ha tocado, hay que aprender de estas experiencias en la vida y yo quería vivirlo al menos una vez", relata, mientras atiende a los electores. "Yo viajo en jet y tenía el barco, podía reclamar y demostrar que tenía las vacaciones reservadas" antes de la convocatoria de los comicios, sostiene, "pero allí he dejado el barquito y me he venido, esta vez en vuelo regular porque para venir desde la Península en jet se me van más de 300.000 euros en el vuelo que he preferido ahorrarme".

Pino Guzmán y su hijo Esteban votan en dos municipios diferentes, en colegios que están a 700 metros de distancia

Raúl Castañeda es consciente de que llamaba la atención entre el público que se acercó a votar, sobre todo porque otra de las imágenes llamativas era la de los camareros entrando y saliendo del aula donde se encontraba su mesa para servir zumo de naranja, café o agua. "Tengo una forma diferente de ver la vida, pero lo hago con buena fe y con buena intención", sostuvo para explicar que aunque en la mesa había sillas para seis comensales, estarían invitados "los de mi mesa y a cualquier persona que entre al colegio y quiera, no hay límites; si hay que ir a buscar más comida, se va". El empresario reveló que invirtió en este servicio unos 3.000 euros y que recurrió a la empresa de catering Boanva Canarias, de los socios y hermanos Ángel y Borja Marrero, éste último un reconocido chef grancanario galardonado, entre otros reconocimientos, con el Premio de Sostenibilidad Aquanaria Madrid Fusión Alimentos de España o la Estrella Verde Michelin para su restaurante Muxgo.

2A mi lo que me llama la atención es que no nos pongan ventilador y el agua que nos traen sea del tiempo; así no se puede cuidar a las personas a las que se exige que estén aquí condenados 14 horas", critió Castañeda, quien mandó a su escolta a comprar un ventilador, "esas cosas no son normales, lo que yo hago sí es normal porque tenemos que vivir lo más cómodos posible".

Jornada de calor

Aún con esta anécdota, la jornada electoral transcurrió con total normalidad en este instituto, en el que hubo una importante afluencia durante la mañana y al que se acercó Mari Carmen González, pañuelo en mano para secarse el sudor por el calor. "Llueva, truene o haga calor, yo no voy a faltar", sostuvo, "esto es una obligación que tenemos los ciudadanos para poder exigir después". La electora cambió su voto en esta ocasión porque la formación que eligió en 2019 la decepcionó. "Espero que ahora se porten bien, sino también los vetaré la siguiente vez", señaló.

El vigilante de seguridad Manuel Jesús López vota en el centro social de El Horno, habilitado como colegio electoral.

El vigilante de seguridad Manuel Jesús López vota en el centro social de El Horno, habilitado como colegio electoral. / JOSÉ CARLOS GUERRA

En otros puntos del municipio, como el centro social de El Horno, habilitado como colegio electoral, la jornada fue más pausada, ya que sobre las 11.00 horas habían votado unos 70 de los 636 electores, aunque sí se formaron pequeñas colas en momentos puntuales. A sus 84 años, era la primera vez que Pedro Suárez votaba allí, a pesar de haber nacido en el barrio, pero pasó en la capital 60 años y ha vuelto tras jubilarse. Votó porque siempre lo ha hecho y porque hasta este domingo veía el panorama político "un poco chungo". "Cuando era joven había menos partidos y más participación, ahora es al revés, pero participar es importante porque cada voto cuenta y es nuestro deber como ciudadanos", añadió. Tras votar, Pedro marchó a atender a sus animales.

Por allí también pasó Manuel Jesús López, un vigilante de seguridad que salió de trabajar en Las Palmas de Gran Canaria a las 06.00 horas, desayunó y fue a votar. "La cosa está complicada y creo que pasará como la última vez, que tuvimos que votar varias veces", señaló.

En los barrios de este barranco se dan situaciones curiosas como la de Pino Guzmán y su hijo Esteban. Ella vota en El Horno, en Mogán, y él, empadronado en San Bartolomé de Tirajana, en Cercados de Espino, a apenas 700 metros. "Yo voto desde la época de Adolfo Suárez y nunca he cambiado mi voto, siempre firme", señaló, "que gane el mejor, el que lleve la barra derecha y no diga mentiras".

En El Horno también votaron jóvenes como Alejandro, de 21 años, para quien estas han sido sus primeras elecciones. "La experiencia ha sido buena pero he estado un poco desubicado porque no sabía cómo iban las papeletas", y por eso lo ayudó su madre. Antes de llegar hizo los deberes. "Me leí todos los programas electorales", agregó.

También lo hizo Jorge Segura, un joven de 22 años que vota por segunda vez "para elegir al partido que creo que nos ayudará para tener un buen futuro y las ideas que yo pienso que son las correctas". Este elector ha cambiado su voto respecto a a los comicios del año 2019 y piensa, dice, en toda la población y "no solo en las propuestas que lanzan para los jóvenes, no soy egoísta".